Béjar, o la 'Cáparra' del siglo XXI

Malas noticias para el Patrimonio Cultural de los bejaranos. Por un lado, La Comisión de Cultura y Turismo de las Cortes de Castilla y León han rechazado, con los votos del Partido Popular, una Proposición No de ley, presentada por el Partido Socialista en la que se instaba a la Junta para que llevara a cabo un proyecto de restauración de la finca y los jardines de El Bosque de Béjar, que permitiera su uso y acabara de una vez por todas con el avanzado estado de deterioro que presenta.

Por otro lado, el Ayuntamiento anuncia a bombo y platillo, que se van a invertir 180.000 euros en la reparación de dos de las estructuras que componen el conjunto arquitectónico, la Casa del Bosquero y la escorialina obra de impermeabilización del estanque, 90.000 euros para cada una, más de cinco millones marca el presupuesto del Plan Director y se han invertido en ejecución de obra menos de la mitad, sin tener en cuenta además que, al margen de lo que marca el Plan Director, El Bosque necesita una inyección seria de dinero o acabara siendo la mayor escombrera de Béjar, mientras se va desmontando poco a poco y sirve de cantera de la que, y mediante un espolio perfectamente organizado, se van abasteciendo otros edificios de la ciudad, desvirtuando uno y otros.

Parece que a pocos meses de las elecciones, a los dos partidos mayoritarios del consistorio bejarano les han entrado las prisas por ver quien cuida mejor a la vapuleada finca, años de deterioro la mantienen en las circunstancias actuales, pero es ahora cuando a todos les preocupa.

La ciudad nunca se ha distinguido por su interés en conocer su historia y mucho menos de preservar su Patrimonio Cultural.

Es ancestral el rechazo que produce a los dirigentes consistoriales el preservar, siquiera un elemento, del Patrimonio Cultural en general y del Arquitectónico en particular.

Si miramos más allá de nuestro ombligo, vemos como cualquier municipio se agarra con uñas y dientes para conservar y divulgar, todo lo que de patrimonial ha heredado, pero no sólo de estructuras de marcado carácter histórico como elementos íberos, romanos, andalusíes, etc, también el Patrimonio Industrial es objeto de atención y de puesta en valor, por lo que de rentabilidad económica ofrece. Y Béjar algo de Patrimonio Industrial tiene (o debería decir tenía).

Ciudades como Madrid hacen su agosto y promocionan la ciudad, rehabilitando y poniendo en valor edificios tan voluminosos como el antiguo Matadero de Legazpi o el edificio de Tabacalera en Embajadores, donde atraen a miles de turistas con sus exposiciones, conciertos, obras de teatro etc., recordemos que Madrid está en los 6 millones de turistas anuales y que Béjar se encuentra a tan solo dos horas de la capital. Por otro lado, a escasos 45 minutos tenemos la capital de la provincia, Salamanca recibe turistas suficientes como para que un porcentaje importante de estos se acerquen a disfrutar de las oferta bejarana, por último esta el potencial extremeño, Cáceres y su zona de influencia norte recibe tanto turistas que buscan un entorno urbano como natural y Béjar y su comarca se lo puede ofrecer.

La prueba más evidente de la dejadez en el conocimiento y preservación del núcleo poblacional y comarcano son los continuos ataques al interés histórico de la ciudad y a la preservación del Patrimonio. El ejemplo más claro y extendido es la falta de rigor a la hora de aplicar la Ley de Patrimonio, tanto en sus vertientes nacionales como en las de Comunidad Autónoma, al prescindir de su aplicación tanto en obras públicas como las intervenciones en el centro histórico, como privadas, rehabilitación de multitud de edificios protegidos por ley, que ni se estudian ni merecen el interés de los Servicios Territoriales de Cultura.

Si El Bosque de Béjar es el buque insignia de la desidia institucional, no sólo local sino también a nivel de Comunidad Autónoma incluso Nacional, aparecen día tras día en la ciudad, elementos dignos de estudio a los que se les augura un futuro negro y poco esperanzador, por ejemplo el caso del Arca Madre, significativa estructura hídrica del abastecimiento local de aguas, único resto conservado de un viejo sistema que se completaba con un interesante acueducto y que parece tener los días contados.

Es esta la forma en que una zona deprimida económicamente, defiende la poca esperanza que le quedaba de resurgir apoyada en el recurso turístico. Por eso estarán de enhorabuena los estudiosos del futuro, cuando fruto de la casualidad se encuentren los restos de una desconocida ciudad llamada Béjar.

Cáparra: Ciudad romana del norte de Cáceres, que tiene el triste honor de ser conocida por el progresivo abandono de sus habitantes, hasta quedar sepultada en el olvido.