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Un deporte minoritario, en el que las mujeres se quedan en un segundo plano
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EL MOTOR DE CUATRO RUEDAS

Un deporte minoritario, en el que las mujeres se quedan en un segundo plano

Actualizado 21/09/2014
Eva Arroyo

Nos cuesta dar el paso a ser la protagonista principal en la carrera, te sientes más observada y entra en juego la propia exigencia que creo que todas las mujeres tenemos hacia nosotras mismas, "tienes que estar a la altura"

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El mundo de la competición con automóviles es un deporte duro física y mentalmente pero sobre todo costoso, aunque muy visual y con muchas connotaciones de calidad, prestigio y estatus, cosa que a las empresas siempre ha llamado la atención y han aportado apoyos económicos como mecenazgo o publicidad. Y la indeseable crisis, como en otros muchos sectores se ha hecho notar.

Cosa aparte es que la propia idiosincrasia de las mujeres, nos hace quedarnos en un segundo plano, apoyando y ayudando a nuestros "chicos", pero nos cuesta dar el paso a ser el protagonista principal en la carrera, fácil es ver en el mundo de la competición de base mujeres en las asistencias dando soporte y apoyo a los pilotos, en algún caso también las veremos con las manos manchadas haciendo la labor de mecánico rápido en las asistencias, cosa que ya es llamativa.

Una vez salvado el tema económico, y el cultural, muchas veces somos nosotras mismas las que nos ponemos el 'NO' antes de probar a ver que tal se nos da, ya que es un deporte que para poder practicarlo, directamente se pasa a la competición en una u otra modalidad, en el crono está el resultado.

Una vez decidida, te verás completamente acogida, animada y valorada por el resto de competidores y contrincantes, solo serán palabras de apoyo y ánimo. Y ahí entra la mentalidad de la mujer "tienes que estar a la altura". El momento de la competición es solo tuyo, no existe nada más. Solo verás que estás mucho más observada que cualquier otro participante, no serás uno más para el público, con lo que otra vez entra la propia exigencia que creo que todas las mujeres tenemos hacia nosotras mismas, "tienes que estar a la altura".

El problemilla puede surgir, no siempre y con todos los contrincantes, cuando ven que una mujer puede estar a su altura y quizá hasta por encima de ellos, en ese caso todo cambia y hasta se pueden llegar a escuchar, en lo que antes eran elogios algún comentario desafortunado.

En no muchas ocasiones me encuentro con otras mujeres a los mandos del volante, y cuando pasa me hace una gran ilusión, espero poder veros y que sigáis este bonito deporte, apasionante a la vez que espectacular que una vez que se conoce apasiona a todos y todas, pero siempre siguiendo las indicaciones de los comisarios en cuanto a la seguridad y en qué lugares debemos colocarnos.

Eva Arroyo

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