Alza tu voz, NO el nivel del mar

Ayer, 5 de junio se conmemoró, como se viene haciendo desde 1972, el Día Mundial del Medio Ambiente, así acordado por resolución de la Asamblea de Naciones Unidas de 15 de diciembre de aquel año. Reconozco que siembre me llamó la atención esta denominación de "medio ambiente" y es que en una ocasión alguien preguntó ¿Por qué nunca se habla del "otro medio"?

Bromas aparte, la verdad es que se trata de un tema muy, muy serio del que nos ocupamos más bien poco, tal vez sea por esa tendencia que tenemos los seres humanos de pensar en lo inmediato nunca a largo plazo, dado que nuestro paso por este mundo es más bien corto, y el planeta sigue evolucionando y defendiéndose de nuestra agresiones como lo viene haciendo desde hace muchos milenios y es que en realidad nosotros sólo somos una "circunstancia ambiental".

Hoy a muchos ámbitos de la existencia humana se aplica el adjetivo de "sostenible", economía sostenible, crecimiento sostenible, desarrollo sostenible, etc.; pero no existe realmente una conciencia colectiva de lo que implica esa cacareada sostenibilidad. A lo sumo, alguna escasa actividad de reciclado, minúsculas reducciones localizadas de contaminación, débiles legislaciones para regular el consumo de ciertos productos y poco más. Los grandes acuerdos internacionales son incumplidos sistemáticamente, sobre todo por los países más potentes y no tanto por otros que aunque quisieran no cuentan con recursos suficientes para contaminar de forma importante, aunque ganas no les faltan, y "venden" sus cuotas de contaminación a otros que se lo pueden permitir. La multa por exceder la cuota asignada es de apenas 25 euros por tonelada de emisión de productos contaminantes. Incluso, la Unión Europea cuenta con Régimen de Comercio de derechos de emisión. El medio ambiente, como todo, también se mercantiliza.

Este año el lema es "Alza tu voz, NO el nivel del mar" y con ello se retoma la preocupación sobre el deshielo de los polos y la contaminación de los mares y océanos que fue objeto del evento celebrado en Barcelona en 2004, en aquella ocasión la propuesta fue "¡Se buscan! Mares y Océanos - ¿Vivos o Muertos?". Y es que el tema no es menor, los mares y océanos, como todos sabemos ocupan las ¾ parte de la superficie del planeta y son un recurso indispensable para la vida, pero también lo es la tierra firma y el deshielo de los polos está causando la subida del nivel del agua situando en serio peligro costas e islas enteras que pueden llegar a desaparecer bajo el agua. Sí, tal vez nosotros no lo lleguemos a ver ¿o sí?; pero para las generaciones futuras llegará a ser un problema transcendental y de muy difícil solución sino comenzamos a tomar enérgicas medidas ya, porque no podemos ni debemos olvidar nuestra responsabilidad con ellos.

Nuestro país tiene muchos kilómetros de litoral y dos importantes grupos de islas, según expertos de Geenpeace en 2100 la subida del nivel de las aguas afectaría a localidades como Marbella o San Sebastián, aunque sería más acusada en las zonas de costa del Atlántico y en los archipiélagos. Según esta misma organización la subida de 1 centímetro en el nivel del agua equivale a perder 1 metro de playa. Yo creo que si lográramos llegar a tomar plena consciencia del significado de estas previsiones deberíamos estar ya ejecutando acciones drásticas para evitarlo. Están en juego los derechos de las futuras generaciones, de nuestros hijos y nietos, su supervivencia.

Carlos Ruiz Zafón, en su novela Las luces de septiembre dice: El mar lo devuelve todo después de un tiempo, especialmente los recuerdos. Puede que algún día el recuerdo que nos devuelva sea el de nuestra pasividad, nuestra indolencia para enfrentar un desafío que ya está aquí.