A Serafín Holgado

38 años después, con la misma emoción y la misma intensidad en el recuerdo, volvemos a tenerte presente, Serafín Holgado.

Compañero, que fuiste asesinado el 24 de enero de 1977 en el atentado del despacho del número 55 de la Calle Atocha de Madrid, contigo murieron y a ellos también recordaremos siempre; Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz, Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco y Ángel Rodríguez Leal, y resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Luis Ramos Pardo, Dolores González Ruiz y Alejandro Ruiz Huertas Carbonell.

Con este recuerdo, reforzamos nuevamente la importancia y el sentimiento tan profundo que significa esta conmemoración para la clase trabajadora y para todas las personas que por uno u otro motivo mantienen vivo esta vivencia en su memoria histórica y democrática y con el que queremos reivindicar la libertad y la defensa de los derechos de la ciudadanía y de la clase trabajadora.

En estas ocasiones, es también un buen momento para agradecer a los compañeros y compañeras que ejercen la abogacía y la docencia en la Universidad de Salamanca, que también sabemos y nos consta, de que en vuestras aulas y en vuestras enseñanzas, siempre os acompaña el recuerdo de actos tan sumamente violentos como este atentado y que transmitís a la clase universitaria los valores democráticos y la lucha permanente que debemos llevar a cabo, desde el ámbito jurídico y docente a las personas más jóvenes.

Hoy Serafín, como hacemos en cada ocasión, también queremos ponerte al tanto de las cosas, de la situación que vive nuestra ciudad en lo laboral, en lo social y en lo económico.

Volvemos nuevamente a hablarte de la preocupación que sentimos por la gran tensión social que se vive en nuestras calles, en las que casi día a día nos manifestamos en actos reivindicativos por las duras, injustas y desequilibradas medidas políticas que se están llevando a cabo por el gobierno de este país.

Del absoluto deterioro que estamos sufriendo en el ámbito laboral y económico con el empobrecimiento de nuestras familias; de las casi 36.000 personas desempleadas que tenemos en nuestra provincia; de las casi 18.000 que ya no cobran ningún tipo de prestación o subsidio; de la grave situación que viven muchas personas, ante la pérdida de derechos sociales y laborales que creíamos conseguidos para siempre y que tanto esfuerzo y horas de trabajo y vidas han costado; de lo complicado que nos está suponiendo mantener la unidad colectiva de las personas con necesidades, que cada vez más comprobamos como está calando el individualismo y la falta de solidaridad, provocado por el extremo empobrecimiento que sufren y por la despiadada política de despidos que están llevando muchas de nuestras empresas, las que están consiguiendo salvarse de esta estafa económica, que denominan crisis.

Y seguimos hablando cada día por esforzarnos, con más dificultad en mantener la paz social, de que cada día es más evidente y profunda la brecha entre ricos y pobres, de que necesitamos seguir trabajando intensamente en reforzar la unidad de los trabajadores y trabajadoras y mucho más, aquellos que no tienen empleo ni perspectivas de lograrlo a corto y medio plazo, de las constantes iniciativas y propuestas que estamos trasladando a las distintas administraciones para mantener el empleo, para que pongan los recursos económicos suficientes y sostener y eliminar la más que inevitable exclusión social que cada día sufren nuestras personas, pensionistas, jóvenes sin un futuro laboral en nuestro país, mujeres, que continúan siendo los grupos sociales que en mayor medida están sufriendo el deterioro del mercado laboral.

Ya también comienza a estar en nuestro recuerdo lo que denominábamos el "bien estar social".

Aquello por lo que luchasteis, los logros sociales, los derechos laborales y las garantías democráticas y constitucionales, como son el Empleo, la vivienda, los servicios sociales, la educación y la sanidad públicas que pensábamos que habíamos conseguido establecer con unos mínimos suficientes para el bienesestar de las personas, vemos como día a día se hacen más débiles, se deterioran, se anulan, se menosprecian y se eliminan sin criterios justos y nos vuelven a llevar a una sociedad más desigual, más desequilibrada, asustada y temerosa.

Y seguimos trabajando por fomentar la ilusión por la libertad y la igualdad, por hacer crecer el espíritu de unidad y de lucha, por la reivindicación de nuestros derechos y el consenso en las negociaciones, instando a los poderes políticos a que no cometan el error de seguir mirando para Europa mientras se empobrece nuestra ciudadanía,

Compañero Serafín, en tu memoria, por tu recuerdo.