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"Subir el pan en 10 céntimos es la decisión más dolorosa de nuestra vida, aunque con ella tampoco llegamos a cubrir la crisis actual"
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"Subir el pan en 10 céntimos es la decisión más dolorosa de nuestra vida, aunque con ella tampoco llegamos a cubrir la crisis actual"

Actualizado 20/11/2021
Redacción

Desde su establecimiento, ofrece productos artesanos de calidad, que hoy se han visto afectados por un aumento muy importante de las materias primas, algo que les está llevando a una situación límite

La historia de Urbano Sánchez Cortés es la de unas manos, un esfuerzo y una ilusión, que desde la cuna se han basado en la artesanía de una labor que cada vez es más difícil de encontrarse en los pequeños pueblos de nuestra provincia.
Un oficio, el de panadero, que ejerce con orgullo y sencillez desde su establecimiento en Arabayona de Mógica, en la calle San Antonio, y que hoy, a sus 58 años, continua manteniendo la esencia y la ilusión con la que comenzaba a amasar siendo casi adolescente.
"Tengo 58 años y llevo 58 años en el gremio. Nací en Villoruela, al lado del horno donde mis abuelos y mis padres trabajaban horneando el pan cada día. Es un oficio que llevo en la sangre desde la cuna" asegura Urbano.
Cogió el testigo de su familia y hoy ya suma la tercera generación de panaderos, sirviendo a diario el pan artesano recién hecho a municipios como Cantalpino, Pedroso de la Armuña, Espino de la Orbada, Villanueva, Cabezabellosa y Pedrosillo, además de algunos establecimientos de Salamanca capital.
Un ritmo de trabajo que Urbano resume en pocas palabras, ya que asegura que hoy "entre todos los pueblos suman uno, ya que cada vez hay menos gente en ellos, salvo en verano que se nota la llegada de los forasteros. Han caído una barbaridad en población nuestros pueblos".
En cuanto a la complicada situación actual de los costes en los productos para poder sacar adelante su oficio, Urbano es rotundo. "Hoy estamos llevándolo como podemos. En dos meses ha subido la harina 15 céntimos, la luz nos supone 300 euros más al mes, cantidad parecida a la que estamos padeciendo en el gasoil". Una realidad por la que, asegura emocionado "nos hemos visto obligados a subir el precio de la pieza de pan en 10 céntimos. Es la subida que más nos ha dolido realizar en nuestra vida y con ella tampoco llegamos a cub

rir la situación de manera total"

.
"Llevábamos 17 años sin subir el precio del pan. Hace dos nos vimos obligados a incrementarlo 5 céntimos y ahora esta tan dura?yo espero que esto pase y que podamos volver a una normalidad, pero la realidad que nos está llegando es muy pesimista, ya que el mercado se ha convertido en un tira y afloja incomprensible" afirma Urbano.
Un negocio que en el medio rural lucha cada día por sobrevivir y adaptarse al mercado, buscando nuevas líneas de trabajo que puedan sobreponerse a la crudeza de los precios en su aumento en las materias primas. "Hoy nosotros vamos cubriendo los gastos. Tengo un solo trabajador, encargado del reparto del pan y la repostería. Pero quienes tienen más trabajadores no se cómo lo van a poder soportar".
Es una realidad que, a nivel rural, en pequeños negocios como el de Urbano, parece haberse entendido entre los vecinos, ya que como asegura "ninguna persona se nos ha quejado de la subida, todos saben cuál es nuestra situación y la realidad que estamos viviendo" destacando como "parece que la sociedad vuelve a poner en valor productos artesanos como el pan y la repostería que nosotros realizamos. Hubo muchos años que la gente iba de cabeza a por el pan congelado de las grandes superficies?ahora, cada vez más, los ciudadanos están volviendo a panaderías como la nuestra a buscar unos productos que nada tienen que ver con lo que compraban".
Y así sigue amaneciendo, a las tres y media de la mañana, durante 363 días al año, siempre dispuesto a crear pan de calidad, artesano, además de productos como magdalenas, suizos, donuts, roscas bañadas o panes de molde, todos ellos elaborados con el mimo y las materias primas de cercanía, algo que simboliza la conjunción perfecta de una fórmula que no debe perderse en el tiempo y que lucha por perdurar a pesar de la difícil realidad que hoy viven.