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¿Son realmente las "unidades de dolor recientes? I parte
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¿Son realmente las "unidades de dolor recientes? I parte

Actualizado 16/11/2021
Isaura Díaz Figueiredo

¿Son realmente las "unidades de dolor recientes? I parte | Imagen 1 Médicos chamanes

Desde su propio nacimiento, la humanidad viene luchando contra el dolor. Este compañero innato de la vida, es amigo desde el origen -tal como legitima la bíblica frase "Parirás con dolor"- también fue definido con cierta poesía por Albert Schweitzer que lo llamó "el más terrible de los Señores de la Humanidad". Tan antiguo es su tratamiento que en "La Odisea", Homero describe acerca de un medicamento que "tomado con el vino producía el absoluto olvido de las penas". Plinio el Viejo especuló que esa droga debía ser la borraja (Borago officinalis), planta medicinal con larga trayectoria en estos usos.

El dolor y enfermedad han sido un binomio lacerante que ha acompañado al hombre a lo largo de toda su historia. Anestesia y analgesia son ciencias tan antiguas como la propia humanidad. Etimológicamente "pain", en inglés, deriva de "poena" en latín, que significa "castigo" y "paciente" deriva del latín "patior": el que aguanta o soporta sufrimiento o dolor. Delimitar el estudio del dolor y su tratamiento empírico del científico resulta bastante difícil, no obstante gracias a los adelantos en ciencias como la fisiología, la química y la física podemos situar al siglo XVIII como el gran punto de inflexión.

¿Qué ocurría hasta el siglo XVIII?

El hombre primitivo creía que el dolor estaba localizado en el cuerpo y que lo causaban demonios, humores malignos o espíritus de muertos que entraban a través de orificios. Por tanto tapaban o taponaban:. boca, nariz, oídos, partes íntimas etc

El hombre del Neolítico hace más de 9.000 años atacaba el dolor desde el aspecto físico, con plantas, sangre de animales, frío y calor. Desde el punto de vista psíquico, mediante ritos mágicos, y comunicación con dioses.

Los sumerios, en el año 4000 a.C., empleaban hulgil o planta de la alegría, como llamaban a la adormidera. Es la primera referencia histórica que poseemos del uso de opio.

Las primeras reseñas históricas retrocedemos 3.000 años a.C. a la civilización mesopotámica (actualmente Iraq) . "Asu" era el "médico" encargado de realizar exorcismos para aliviar el dolor. Decir oraciones para conseguir el perdón de los dioses, a la vez que utilizaban hojas de mirto. Hoy, se tiene conocimiento de sus propiedades analgésicas por contener precursores del ácido acetilsalicílico. El dolor se consideraba como castigo divino. Los tratamientos médico-quirúrgicos y honorarios médicos estaban regidos por el Código de Hammurabi.

Los asirios realizaban "peculiar técnica anestésica" consistente en la compresión bilateral de las arterias carótidas a nivel del cuello, producir isquemia cerebral y la aparición de un estado comatoso (pérdida de consciencia) lo cual era aprovechado para la cirugía y alivio del dolor. Consideraban el orificio nasal izquierdo y los oídos como las vías de entrada de la enfermedad y de la muerte, con lo que el tratamiento era purgar a través de esas vías. No obstante, existen pruebas donde reflejan el uso de plantas para la curación o tratamiento , El Papiro de Ebers (1550 a.C.), describe con gran detalle el empleo de opio para las cefaleas.

Las civilizaciones del antiguo Egipto (1000-1500 a.C.) comenzaron a usar narcóticos vegetales: adormidera, mandrágora y cannabis (hachís) (Papiro de Hearst) se cultivaban en India y Persia. Administraban a los insomnes, adormidera, mezclada con pasta de insectos y cebada.

Durante los años 400-700 a.C. los incas peruanos tenían la creencia de que la hoja de coca representaba un regalo de Manco Capac, hijo del dios Sol, en compensación por todo el sufrimiento humano. Este obsequio producía "satisfacción al hambriento, vigor al cansado y olvido de las miserias al desdichado". Empaquetaban las hojas en forma de bola llamada "cocada". Se vertían sobre la herida mezcladas con cal o ceniza y saliva del cirujano, para producir analgesia. Podríamos considerarlo como el principio de la "anestesia local", llegando incluso a realizar trepanaciones con esta técnica. Estos pueblos reconocían el adormecimiento en lengua y labios al masticarla (de esta forma se liberaba el alcaloide activo), que en quechua significa "kunka sukunka" (faringe adormecida) En toda Sudamérica existían tribus, en su mayoría nómadas, donde la coca estaba muy difundida. El hechicero jugaba un papel básico al aplacar los espíritus. Entre los matacos (Argentina), para ser curandero, hechicero, era preciso ser viejo y feo. Entre los pampas, quienes tenían condición de afeminados se les iniciaba desde niños en las prácticas curandiles, los creían poseídos por los demonios. Los patagones y guaraníes (Paraguay) usaban hierbas, flebotomías y sangrías. Para disminuir el dolor, efectuaban la operación denominada "catatun", que consistía en tomar entre dos dedos la parte saliente de la piel del enfermo, levantarla y pasar un cuchillo de una a otra parte, dejándola sangrar un poco. Los araucanos (Chile) empleaban las flores de la maya o Datura ferox, cuyo principio activo es la escopolamina acompañada de cantidades menores de hiosciamina y atropina. Los mayas (México) daban estramonio (contiene diversos alcaloides del tipo de la atropina y de la escopolamina) a mujeres como "anestésico en el acto del parto, para paliar el dolor". La cultura maya promulgaba el dolor como sinónimo de muerte: "Dicen que el dolor, es el hijo del aire y de la tierra, que son elementos indispensables para la vida, dicen que se viste con amplios ropajes blancos y emblade un puñal, y que se hermana con aquella que viste de negro y siempre lleva una guadaña.

India:

El budismo del siglo V a.C. planteaba el dolor como una frustración de los deseos, y, por tanto, lo localizaban en el alma. En su primer sermón pronunciado en el jardín de las gacelas en Benares Siddharta Sakia Muni Gautama (Buda), anuncio su doctrina: las cuatro nobles verdades y el camino de los ocho pasos. Buda a los 35 años reconoce en el mal (el dolor) la causa de todos los sufrimientos. La primera de las cuatro verdades dice: "El dolor es universal. Nadie puede liberarse de él, desde el nacimiento hasta la muerte". Es importante recalcar que los hindúes y budistas fueron los primeros en señalar la importancia del componente psicológico del dolor. Paralelamente en el tiempo, el médico indio Charaka, año 100 a.C. refleja la farmacopea india en tres grupos; "mantras" (formulaciones mágicas y actos religiosos), el segundo, dietas y alimentación, y un tercer grupo, la curación de la mente.

China:

Los chinos creían que el dolor era una pérdida del equilibrio del ying y el yang, el dolor se asentaba en el corazón. La base de la medicina china se afianzó durante el reinado del emperador Shen Nung (2800 a.C.) quien se había convertido en autoridad médica por el buen uso de plantas medicinales. Huang Ti (2.600 a.C.) producía analgesia y anestesia de dos maneras: dando hachís a sus pacientes y "acupuntura", identificando 335 puntos, distribuidos en 12 meridianos que atravesaban el cuerpo. Comenzó la moxibustion, encendiendo pequeñas cantidades de artemisa sobre la piel del paciente para aliviar dolor. Toda la influencia médica china se propagó por Corea y Japón en el siglo X, llegando a Europa a finales del siglo XVII. No hay indicios del uso de opio y derivados hasta el siglo III-IV.

Grecia:

En la Grecia antigua, personas afectadas por dolor se iban a dormir a los templos de Esculapio, dios de la medicina, donde los sacerdotes les administraban pociones, vendajes y energías místicas (opio). Se levantaron multitud de templos para este fin. Los druidas utilizaban la reina de los prados, Filipéndula ulmaria, precursores del ácido acetilsalicílico. Existen evidencias arqueológicas del consumo de semillas de opio durante las guerras troyanas (1200 a.C.) por los ejércitos griegos. La primera piedra organicista de dolor, la pusieron algunos sabios griegos, quienes defendieron la tesis de que el cerebro era el órgano regulador de las sensaciones. Otro gran grupo, encabezado por Aristóteles, defendía la teoría de que el dolor viajaba a través de la piel por la sangre hasta el corazón. Hipócrates, físico griego, planteaba el dolor como una alteración del equilibrio normal del organismo, yacía en el corazón. Para combatirlo hacia uso de la "spongia somnifera" esponja de mar impregnada con opio, beleño y mandrágora. Hipócrates dijo, que, una vez reconocida la lesión, el cirujano debía "preparar adecuadamente el campo, colocarse en un lugar bien iluminado, tener las uñas cortas y ser hábil en el manejo de los dedos, sobre todo el índice y el pulgar". Esta "técnica anestésica inhalatoria" se utilizó durante muchos siglos cayendo en desuso a mediados del siglo XVI. El mismo Hipócrates describe el uso de la corteza del sauce blanco, para aliviar dolencias de parto Platón y Demócrito referían que era una intrusión de partículas en el alma, y, para ellos, estaba en el corazón.· Aristóteles fue el primero en plantear el dolor como una alteración del calor vital del corazón, a su vez determinado por el cerebro. Este razocinio se encaminaba a entender el sistema nervioso central (SNC), siendo el corazón motor y origen de dolor. Herófilo y Erasístrato, entre 315 y 280 a.C., defendían la postura aristotélica del dolor señalando el cerebro. Esta teoría se mantendría viva durante casi 23 siglos. En los inicios de la era cristiana, (50 d.C.), el filosofo y médico Dioscórides, también llamado Pedanio, fue el primer hombre en usar el término "anaisqhsia" (anaiszesía), para describir los efectos narcóticos de la mandrágora; la Sociedad Americana de Anestesiólogos: "la anestesiología es la práctica de la medicina dedicada al alivio del dolor y al cuidado total del paciente antes, durante y después de la cirugía". Dioscórides hizo familiar el uso de vino de mandrágora como anestésico-quirúrgica. Su actividad se orientó casi exclusivamente al tratamiento de pacientes, proponiendo incluso descargas eléctricas de anguilas (Torpedo marmorata) para tratar las neuralgias.

Roma:

Roma reemplaza a Grecia como centro social mediterráneo, quedando profundamente influenciado por la medicina griega. En el siglo I, Aulus Cornelius Celsus, el Cicerón de la Medicina, escribió "De Medicinae". En esta obra afirma: "el cirujano debe tener mano firme, no vacilar nunca, siendo tan diestra la izquierda como la derecha, vista aguda y clara, aspecto tranquilo y compasivo, ya que desea curar a quienes trata y, a la vez, no permitir que sus gritos le hagan apresurarse más de lo que requieren las circunstancias, ni cortar menos de lo necesario. No debe permitir que las muestras de dolor del paciente causen la menor mella en él ni en lo que hace". Mezclaba y hervía hojas de sauce blanco con vinagre para tratar prolapsos uterinos.

Galeno (130-200 d.C.), nacido en Pergamum, capital de Asia Menor, empezó a estudiar medicina a los 16 años. Su contribución al entendimiento del dolor y descripción del sistema nervioso relacionándolo directamente con el cerebro ha sido extremadamente avanzada para su época. Negaba la idea de un alma inmortal causante de dolor, con lo que fue considerado anticristiano e ignorado su doctrina. Definía el dolor como una sensación originada en el cerebro y utilizaba hojas de plantas como apósitos para úlceras y heridas abiertas. Con él nace la polifarmacia.

Otras partes del mundo antiguo:

Avicenna, médico persa, escribió un importante tratado en el siglo XI "El canon de la Medicina" en el que resaltaba la anatomía de los receptores para el dolor en el ventrículo anterior. Este texto fue utilizado durante más de 600 años llegando incluso a ser base esencial en universidades inglesas. Describe 15 tipos de dolor e inflamación. El imperio árabe divulga el uso del opio después de la caída del imperio romano por toda Persia, Malasia e India. Avicenna, no sólo lo recetaba a todos sus pacientes, sino que desgraciadamente fallece en 1037 por intoxicación y consumo desordenado. Nueva Guinea creía que el dolor y los espíritus malignos entraban a través de la herida de lanza o flecha, siendo el hechicero jefe, el encargado de "eliminar" dicho mal.

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