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Tiempo de magos 
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Tiempo de magos 

Actualizado 24/09/2021
Félix López

Este es el título de un libro de W. Eillenberger (2019), que dedica a cuatro magos de la filosofía, con obras fundamentales entre 1919-1929: L. Wittgenstein, W. Benjamin, M. Heidegger y E. Cossirer.

Narra las cuatro biografías, entrelazadas con sus ideas, sus acuerdos y sus discrepancias. Si les gusta leer pensamiento filosófico este es un gran libro. Los cuatro son muy interesantes por diferentes motivos y por el momento histórico. Scheler, citado por el autor, escribió en 1928: "Nos encontramos, por primera vez en los diez mil años de historia, en un época en que el hombre se ha vuelto entera y radicalmente problemático, en que ya no sabe qué es, pero al mismo tiempo sabe que no lo sabe"

Los cuatro intentan responder a dos preguntas básica: ¿Qué es el ser humano? ¿Cuál es el sentido de la vida?

Me ha interesado especialmente la polémica entre Cassirer (neokantiano) y Heidegger (existencialista).

Heidegger hace una análisis existencial del ser humano, desgarrador y angustioso del ser humano, que se siente arrojado en el mundo y se sabe finito; las muerte es el destino de la vida humana. Reconocerlo y ser auténtico es lo más humano.

Me parece una visión profunda y cierta, pero es individualista. Tengo la impresión, no soy profesional de la filosofía, que hizo varios intentos de salida de sí mismo, poco logrados, por cierto: (a) cuando descubrió el "tu" de una mujer de la que se enamoró; (b) cuándo se rebeló contra el sin sentido, apoyándose en su herencia campesina, y apostando por el valor de la vida y la naturaleza; y (c) lamentablemente, cayendo en la trampa el nacionalismo alemán, que llegó a apoyar.

Cassier defendió una propuesta neokantiana, que reconoce capacidades en el ser humano que le permiten progresar en el conocimiento científico del mundo sensible, pero también desarrollar el lenguaje y el pensamiento simbólico, imaginar un mundo distinto, crear narraciones, darse a sí mismo y al mundo un sentido, crear cultura, valores, derechos, etc. Estas creaciones pueden ser criticadas y mejoradas, pero son una gran reiqueza humana.

Ambos reconocen que no podemos dejar de hacernos preguntas, aunque las fundamentales no las sabemos responder. Coinciden en el concepto de libertad y la capacidad de tomar decisiones. Pero tienen marcos de referencia y valores distintos: más vitalista, individualista y nacionalista, en el caso de Heidegger, más ético y democrático, en el caso de Cassirer, que tuvo que acabar huyendo de la Alemania Nazi.

Su discusión pública, en Davos, en la que ambos intentan responder a la pregunta ¿Qué es el ser humano?, fue antológica.

Finalmente creo que Heidegger describe de forma magistral la conciencia del ser humano que se pregunta y se siente perdido, pero no renuncia a vivir y disfrutar de la vida. Y Cassirer se agarra a la mejor esperanza, como Kant: la posibilidad humana de crear ideales, derechos y ética. En definitiva, un mundo más razonable justo y pacífico.

Las personas no creyentes o ignorantes, no pueden dejar de sentir la angustia existencial, descrita por Heidegger, salvo que nieguen la realidad y no sean "auténticos". Pero pueden reconocer que el ser humano es dependiente, vulnerable y finito: también que es un ser social, necesitado de contacto y vinculación, un ser familiar que puede creer en valores, derechos y leyes asentadas sobre la razón y el buen corazón empático; un ser que puede amar. Este humanismo lo podemos compartir creyentes, no creyentes e ignorantes, como el sacerdote y el médico de La Peste de nuestro más que estimado Camus.

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