La publicidad

No sé si a nuestro entrevistado de hoy le va el titular elegido para presentarle. Posiblemente sí. Pues a ella ha dedicado parte de su vida, como luego explicaremos. Pero lo cierto es que a José Luis Ingelmo (ver foto) siempre le ha ido la "marcha" y se ha visto involucrado en numerosas y variadas, y a veces dispares, actividades.

Nació en Sahagún (León), en la calle San Juan de Sahagún y a los 14 años de edad desempeñaba el cargo de jefe local de la OJE y delegado accidental del Frente de Juventudes? ¡Toma ya!... A los 15 llegó a la ciudad de Salamanca y se convirtió en licenciado en Ciencias de la Comunicación.

Tras una larga temporada de vida bohemia dirigiendo conjuntos, fue más tarde manager de Nino Sánchez y presentador en la sala de fiestas Atenas con anécdotas impresionantes.

Y ya pasamos a la publicidad con API, llegando a facturar el 75% de toda la realizada la Salamanca de aquella época gloriosa. Se divertía y extendió su trabajo en varias ciudades más, editando guías turísticas, desde Murcia a Asturias o Pontevedra a Melilla? y a los 61 años de edad la sobrevino una adelantada jubilación por culpa de un infarto que necrosó su ventrículo izquierdo? ¡Mecachis en la mar?!

Pero aún recuerda su paso por "ocupaciones sociales" que comenta con humor: delegado de FFUU (Falange Universitaria), perteneciente a Organizaciones del Movimiento, presidente del Club Torre del Aire, organizador de "La GLORIETA" como comunidad independiente, secretario y cofundador de la Asociación Salvar el Archivo de Salamanca, vicepresidente de la Cámara de Comercio, presidente del Centro de Iniciativas Turísticas... Y hay más? ¡pero ya ni se acuerda!...

Y no me extraña, ¡que tío!

Así es señor Manuel. Otro buen amigo de usted, nacido en otra provincia, pero que fue "tocado" por la seducción de la apacibilidad salmantina, convirtiéndose en un salamanquino más a ultranza, pero razonando adecuadamente.

Seguro que habrá cantado más de una vez aquello de "Ya se murió el burro que acarreaba la vinagre, ya le llevó Dios de esta vida miserable? ¡qué turururú? qué turururú!".

Usted, como siempre tan cáustico e irónico amigo mío. Pero no le falta a usted razón, pues Ingelmo, estoy seguro, que se hubiera atrevido a cantar también. "Salamanca la blanca ¿Quién te mantiene?... cuatro carboneritos qué van y vienen...", ¡Menudo es!

Y hablo con conocimiento de causa, ya que somos amigos desde hace mucho tiempo. Además de que tuve la suerte de que colaborase conmigo en los programas de Radio y Televisión en Salamanca y Peñaranda de Bracamonte. Él haciendo de Don José, un viejo gruñón y cascarrabias que ponía "a parir" a las cosas mal hechas y que a su sano juicio abundaban en demasía. Fue una larga temporada inolvidable.

Sí, le escuche aquí en el pueblo más de una vez. Y no se privaba de denunciar lo que veía y sentía mal realizado. ¡Un fenómeno!

Así fue señor Manuel, "por corto y derecho" y sin tapujos que valieran. Y le digo que yo ahora estoy muy contento de qué además, como me recuerda "sigo con la publicidad, dedicada al comercio y la hostelería. Soy feliz con mi mujer, hijos y tres nietos. Además de con muchos amigos como los integrantes de la Peña "Los Magníficos" (Ver foto), a la que pertenezco y colaboran en mí dicha".

Profesional integro y forofo de la información y la publicidad bien hecha, "bufa" contra los medios actuales de comunicación social y me comenta: "Parodiando a alguien que ya lo dijo, ahora se les informa de todo, pero no se les entera de nada"? y muchas veces se llega a la desinformación.

Como antes nos contó José Luis Ingelmo, un día su corazón le pidió ayuda desesperada y ahora se cuida. Hace unos días recordábamos tiempos pasados como aquella comida en Casa Pavón de Béjar. "Un grandioso "calderillo" plato de cuchara recio y buen sabor, y después merluza al horno con salsa al "chorrón" (machado de ajo con vinagre y aceite de oliva bueno), de postre, tarta de hojaldre suave con crema pastelera. Un vino "Vega la Reina" de la Ribera. Y café y copa de orujo de la Sierra".

Pero hoy? ¡Ya no puede ser!...Así qué pasemos a? ¡la publicidad!

Pues eso.