El Ayuntamiento de Mieza acerca el cañón del río Duero a los senderistas tras adecentar el...

Después de las lluvias torrenciales del pasado mes de diciembre, y que ocasionaron el derrumbe del terreno en un punto del camino Cachón, el Ayuntamiento de Mieza ha procedido a su reparación y a la limpieza de este sendero para que los aficionados al senderismo tengan casi a tiro de piedra el cañón del río Duero.

Este sendero coloca el cauce del gran río a 3,2 kilómetros del casco urbano del pueblo, un lugar mágico y marcado por la historia, pues no en vano, en el Remanso del Cachón, fue hallada en 1665 la talla de la Virgen del Amparo (Virgen de la Leche), una aparición que se atribuye al desborde del cauce en alguna de las importantes avenidas del padre Duero en su discurrir por la meseta.

En este lugar, donde el Duero parece dormido en su lecho por el embalse de Saucelle, se formaba el Remanso del Cachón y una pequeña playa de arenas blancas, hoy oculta por sus aguas dormidas y donde dos labradores encontraron la imagen de la Virgen del Amparo, dando lugar a un episodio de culto y veneración que permanece hasta nuestros días con gran devoción de la mano de su cofradía, celebración que tiene lugar cada Domingo de la Trinidad.

A lo largo de sus 3,2 kilómetros de recorrido, los senderistas pueden escuchar el trinar de los pájaros en pleno cortejo nupcial en una primavera adelantada, observar los almendros vestidos de pétalos blancos y rosáceos en una fiesta de colores con mil verdes de fondo; percibir la eternidad de las chumberas, olivos y carrascos; y sentir el murmullo del arroyo que en su discurrir, hasta encontrar el Duero en este bello paraje, donde sus aguas se precipitaban en una gran cascada perdiendo su inocencia, recibe el fruto de manantiales y albañales correteando por entre lastras y canales.

Sin duda, una excelente alternativa para disfrutar del fin de semana solo o en familia, descubrir otros rincones sin aglomeraciones, respirar aire puro y sentir en la piel la naturaleza más agreste del Parque Natural Arribes del Duero.

Fotos: Julio Fernández