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El coronavirus impide que las calabazas gigantes de Villarino ambienten Halloween
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El covid-19 se lleva también la ilusión

El coronavirus impide que las calabazas gigantes de Villarino ambienten Halloween

Actualizado 31/10/2020
Redacción

Pepe sabe que el tiempo no disfrutado con los niños es tiempo irrecuperable, momentos irrepetibles que muchas veces cambiamos por lo urgente

Desilusión y rabia. Esas son algunas de las sensaciones que ha sentido estos días José Martín Miranda, 'Pepe Jariego' para los que bien le conocen, después de ver truncada su ilusión por que sus calabazas gigantes sirvieran un año más para ambientar la fiesta de Halloween en Villarino de los Aires.

Pepe sabe que el tiempo no disfrutado con los niños es tiempo irrecuperable, momentos irrepetibles que muchas veces cambiamos por lo urgente y no lo importante, aunque en esta ocasión han sido circunstancias extraordinarias las que han impedido a Pepe y a Tere disfrutar de sus nietos, especialmente de su nieta, que seguro un poco ajena a lo que está sucediendo, esperaba vivir una nueva fiesta de Halloween.

El coronavirus ha impedido que las calles de Villarino, como las de otros muchos pueblos y ciudades, se llenen de alegría en esta última tarde-noche de octubre, un momento para el que Pepe había reservado en Villarino sus calabazas gigantes, frutos en cuyo engorde había puesto todo su cuidado, esmero e ilusión, pero finalmente no ha podido ser.

Tras su recolección en el huerto del Palacio, las calabazas fueron transportadas en un remolque para su vaciado y extracción de pipas, que serán la nueva simiente para el año próximo, esperando que esta vez sirvan para alegrar la cara de los niños y mayores en Villarino.

Por otro lado, su carne servirá para alimentar a las cabras de 'Maleno' ?porque en el mundo rural todo se aprovecha? las últimas de un pasado ya desaparecido, aquel cuando al oscurecer se escuchaban las esquilas por todos los rincones del pueblo anunciando que, al día siguiente, habría leche fresca en cada casa.