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El neoliberalismo
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El neoliberalismo

Actualizado 28/08/2020
Ángel Gómez

Este art. Está basado en datos otro de George Monbiot. Escritor británico.

En estos tiempos que corren uno tiene la sensación que le están dirigiendo la vida, que no es dueño de sus decisiones, que hay otras "personas" que saben lo que te conviene, y que por mucho que hagas entrarás por el aro.

En la pasada crisis económica de 2007 ? 2008, vimos que se pueden cambiar presidentes de gobierno de un país (Italia) y poner quien más le convenga a un grupo de poder económico sin pasar por las urnas. La sensación que sientes es de marioneta al servicio de grandes corporaciones que son las que gobiernan el mundo. No son alucinaciones ni elucubraciones gratuitas.

Existe una ideología que domina nuestras vidas: el Neoliberalismo. Se fundó en 1938 en Paris, como rechazo a la democracia social y el estado de bienestar.

El Liberalismo como doctrina política la libertad del individuo y una intervención mínima del estado en la vida social y económica. El Neoliberalismo va mas allá, propicia crisis como la anterior que vivimos, el dinero ya no pertenece a los países, hay que endeudarse para poder pagar las facturas, antes si un país entraba en crisis devaluaba su moneda y salía con del atolladero con esfuerzo sin endeudarse demasiado.

El neoliberalismo ha creado los famosos "paraísos fiscales" un lugar donde se guarda el dinero sin pasar por caja en Hacienda. Ha ido destruyendo poco a poco la educación y la sanidad pública, ha hecho resurgir la pobreza infantil, el colapso de los ecosistemas, y lo que más nos afecta: la soledad del individuo.

El neoliberalismo está en todas partes, como algo que forma parte de nuestra vida, como algo natural que debemos aceptar y que no tiene ideología, que está fuera de la política. Nada más lejos de la realidad, es una doctrina política nacida para convencernos que es una ley natural, como la teoría de la evolución de Darwin, solo los más fuertes sobreviven. Tiene la intención deliberada de cambiar la vida humana y cambiar el centro del poder.

Utiliza argumentos que nos suenan bien y que nos parecen lógicos, nos dice que la competencia es la característica fundamental de las relaciones sociales, que debemos ser competitivos conseguir beneficios que no se podrían conseguir con la planificación, nos convierte en consumidores cuyas opciones democráticas se reducen a comprar y vender, proceso que premia el mérito y castiga la ineficiencia. Con esto no caemos en la cuenta de todas las personas que se quedan atrás, jóvenes con titulación, muy preparados con empleos cuyos salarios son de semiesclavitud. Jóvenes que por las circunstancias que sean no han podido formarse, quedan fuera del mercado.

Su argumento es: ¿Desempleo estructural? Si usted no tiene empleo, es porque carece de iniciativa. ¿Viviendas de precios desorbitados? Si usted no tiene dinero, es por su incompetencia y falta de previsión. ¿Qué es eso de que el colegio de sus hijos ya no tiene instalaciones de educación física? Si engordan, es culpa suya. En un mundo gobernado por la competencia, los que caen pasan a ser perdedores ante la sociedad y ante sí mismos.

Los ricos se convencen de que son ricos por méritos propios, sin que sus privilegios (educativos, patrimoniales, de clase) tengan algo que ver. Y por si fuera poco la educación concertada recibe dinero público para que le salga más barata.

Nos hablan de libertad, pero libertad del pez grande, no para el pequeño. Ante la brecha digital que existe, ¿Cómo va a ser libre alguien que no puede conectarse a Internet, para tener las mismas opciones educativas, que alguien con buena conexión? Ahora parece ser que se quiere dotar de comunicación a zonas en las que se debía haber hecho ya hace años para. Incluso esto se hará de forma neoliberal: Privatización.

La privatización total o parcial de los servicios públicos de energía, agua, trenes, salud, educación, carreteras, ha permitido a las grandes empresas establecer peajes en recursos básicos y cobrar rentas por su uso a los ciudadanos o a los Gobiernos, tenemos el ejemplo del recibo de la luz. . El término renta también se refiere a los ingresos que no son fruto del trabajo. Cuando alguien paga un precio exagerado por un billete de tren, sólo una parte de dicho precio se destina a compensar a los operadores por el dinero gastado en combustible, salarios y materiales, entre otras partidas; el resto es la constatación de que las corporaciones tienen a los ciudadanos contra la pared.

La consecuencia más peligrosa del neoliberalismo no es la crisis económica que ha causado, sino la crisis política. A medida que se reduce el poder del Estado, también se reduce nuestra capacidad para cambiar las cosas mediante el voto. Según la teoría neoliberal, la gente ejerce su libertad a través del gasto; pero algunos pueden gastar más que otros y, en la gran democracia de consumidores o accionistas, los votos no se distribuyen de forma equitativa. El resultado es una pérdida de poder de las clases baja y media. Y, como los partidos de la derecha y de la antigua izquierda adoptan políticas neoliberales parecidas, la pérdida de poder se transforma en pérdida de derechos.

Cada vez hay más gente que se ve expulsada de la política, se nos hace aborrecer la política, desprestigian a los políticos haciendo ver que son los causantes de todos los males que nos acechan. Fijan el objetivo sobre ellos y el neoliberalismo se presenta como los salvadores de la humanidad con sus soluciones de mercado.

Las palabras que utiliza el neoliberalismo tienden más a ocultar que ha esclarecer. Nos hablan del mercado como un sistema natural que se nos impone de forma igualitaria, como el aire o el sol. Pero está directamente relacionado con el poder. Oímos con frecuencia: "lo que el mercado quiere" pero no es más que las grandes corporaciones y sus dueños quieren. Cuando nos hablan de inversión no significa que sea la financiación de actividades productivas y socialmente útiles. La realidad neoliberal es la compra de servicios existentes para obtener rentas, intereses, dividendos y plusvalías. Un ejemplo claro lo hemos visto con la gestión de las residencias de mayores, se utilizan para obtener beneficios a costa del bienestar de nuestros mayores.

Ahora estamos ante el reto de encontrar entre todos una alternativa, unos programas económicos, un sistema nuevo a medida de las exigencias del siglo XXI.

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