Historia sobre la festividad del Nuevo Año

La fiesta del Nuevo Año se celebró por primera vez en la Antigua Babilonia, hace unos 4.000 años.

El inicio de año no siempre se festejó en la fecha en que lo hacemos en la actualidad, existen pueblos que lo conmemoran, entre el principio de marzo, y finales de abril, Irán, Irak e India.

Cada país y familia tiene sus propias costumbres para celebrar la entrada del nuevo año. Las uvas, ponerse ropa interior roja, salir a correr con maletas para viajar mucho durante los próximos doce meses? Sin embargo, hay algo que prácticamente no cambia alrededor del mundo, el tradicional brindis. Esta tradición no es nueva y la historia nos ha demostrado que esta costumbre forman parte de la herencias de nuestros antepasados.

La primera celebración tuvo lugar en Mesopotamia alrededor del año 2.000 a.C., entre los meses de marzo y abril, significaba el comienzo de la nuevas cosechas. el inicio de la primavera y la primera luna creciente, daba comienzo a la fiesta más importante, Akitu. Consistía en purificarse durante doce días, en el templo de Esagila, hogar del dios Marduk. Principal dios de los babilonios. Y así dar la bienvenida al nuevo año.

Además del significado agrícola, Akitu también hace referencia al amor y a la fecundidad. Para disfrutar de campos fértiles y un buen año económico, se celebraban procesiones y banquetes en donde los habitantes recibían regalos y abundante comida. Según la tradición, esta fiesta también era el momento idóneo para beber, y practicar sexo sin tener en cuenta el estatus social o la religión.

En el 46 a.C. el emperador Julio César decide que el día 1 de enero será la fecha para celebrar la entrada del nuevo año. Los ciclos lunares no son exactos, por ello, César encargó al astrónomo Sosigenes que estableciera un nuevo calendario solar, el calendario JULIANO en honor al dios Janus, una parte de su cara mira hacia el pasado y otra hacia el futuro.

Las Saturnales eran las fiestas en honor a Saturno, el dios de la agricultura, y una mezcla entre una celebración navideña y carnaval. Regalos, banquetes, bebidas... El desenfreno siguió hasta el cristianismo, cuando las Saturnales fueron sustituidas por la Navidad el 25 de diciembre. La fiesta, sin embargo, seguía siendo considerada motivo de excesos para la gente, por lo que, durante el concilio de Tours, se instauraron tres días de ayuno en el año nuevo.

Esta tradición cristiana se mantuvo hasta que el papa Gregorio XIII reformó el calendario, el nuevo calendario gregoriano que estableció definitivamente el 1 de enero como inicio de un nuevo año.

LEYENDA SOBRE EL NUEVO AÑO

Cuenta la leyenda qué podemos conseguir todo lo que nos propongamos. Según esta creencia el tiempo nace y envejece. El 31 de diciembre coincide por una fracción de segundo con el bebé que llega, y el anciano que ha cumplido su ciclo. Cuando se cruzan, el año que acaba tiene un segundo para aconsejar al recién nacido. los días felices vividos juntos y que ya serán eternos.

Dicen que los años odia los relojes, porque le recuerdan lo efímero de su paso por la vida de los hombres. En esa creencia se basan los que conjuran al tiempo con tarritos de cristal.

Según la tradición, hay un modo de lograr que desde el 1 de enero nuestro tiempo nos regale preciosas vivencias y días felices. Compremos un frasco de cristal, y hagamos la prueba. Guardemos todo lo que sea digno de no ser olvidado? lo anotamos en un papel y lo introducimos en el frasco que ya está impaciente por abrir la tapa, antes de sonar las doce campanadas, metemos el primer papel con el nombre del año nuevo y diremos en voz alta el conjuro:

"A lo malo? olvido/ el recuerdo alegre/al futuro? vivo"

"A lo malo? olvido/ el recuerdo alegre/al futuro? vivo"

Ojalá lo vean colmado de todo lo que ansían, pero recuerden que las cosas llegan en el momento justo.

Feliz Año 2020