La política española y el necesario acuerdo entre partidos

Hace tiempo se evidenció la implosión de lo que se llamó el sistema bipartidista español con dos partidos, uno a la derecha, el Partido Popular y otro a la izquierda el Partido Socialista.

En realidad, nuestro sistema político no fue nunca bipartidista porque a nivel nacional, siempre tuvimos un tercer partido, primero el Partido Comunista y más tarde Izquierda Unida, además de dos partidos regionales que han tenido gran importancia para la gobernación del país, me refiero a Convergencia y Unión Democrática de Cataluña, la coalición nacionalista catalana, y al Partido Nacionalista Vasco.

Dado nuestro sistema electoral, los partidos nacionalistas catalanes y vasco han dispuesto de considerable influencia política y de control de las instituciones frente a Izquierda Unida que les doblaba en número de votos pero veía como se reducía en número de escaños gracias a la ley electoral.

La crisis económica y social de 2008 aceleró la descomposición del modelo político con dos partidos fuertes a derecha e izquierda, entre otras razones por su propia incapacidad para reformarse ellos mismos acercándose a los intereses de los ciudadanos, pero también por no saber responder a las enormes consecuencias de una crisis mundial que dejó a miles de empresas y de trabajadores en la calle.

La política de recortes que se extendió por toda Europa y también en España, no solo nos empobreció y redujo nuestro estado de bienestar, sino creó un ambiente contra los partidos políticos que se reflejó en las masivas manifestaciones del 15 M.

Una parte de la juventud española apoyada por gentes de todas las clases sociales, desde pensionistas a profesores o médicos, salió a la calle a denunciar el alejamiento de los partidos políticos españoles de la ciudadanía.

El resultado ha sido la fragmentación política con la aparición de Ciudadanos, un partido que pasó de socialdemócrata a liberal para anclarse en la derecha y un partido de izquierda, Podemos que también pasó de la crítica extrema al sistema constitucional de 1978, convirtiendo al PSOE en el gran enemigo a batir, a moderar sus posiciones dentro de una izquierda más radical pero respetuosa con la actual democracia española.

¿Es positiva esta fragmentación política o crea más problemas que el bipartidismo imperfecto?. La fragmentación termina con las mayorías absolutas de un único partido, sea de derecha o de izquierda permitiendo a los ciudadanos una oferta política mayor, sin embargo, en un país poco acostumbrado a los acuerdos políticos entre distintos partidos puede complicar la acción de Gobierno, sea éste Nacional, Autonómico o Local.

Desgraciadamente en España, cuando se plantea una política de consenso o acuerdo, cada partido considera que deben ser los demás lo que cedan, cuando un acuerdo implica necesariamente la cesión de una parte por cada uno de los partidos que intentan llegar a un consenso. Necesitamos políticos y también ciudadanos que no se rasguen las vestiduras cuando hay que acordar algo en beneficio de toda la ciudadanía.

Un ejemplo, todo el mundo está de acuerdo que hay asuntos de Estado que deben unir a todos los partidos, la lucha contra el terrorismo de ETA, la política internacional pro-europea, la defensa del sistema de pensiones, la mejora de la Sanidad pública o la Educación y sin embargo, todos esos temas se han utilizado politicamente con insultos o descalificaciones del adversario político.

Cuando se plantea la necesaria reforma del Sistema Educativo para mejorarlo y adaptarlo a los cambios sociales, las diferencias políticas aparecen inmediatamente y los intentos de conciliar intereses fracasan estrepitosamente como ocurrió con el esfuerzo del ministro de Educación Ángel Gabilondo en la época de Zapatero, y qué decir de las pensiones?, si se revalorizan con el IPC o no?.

Lo importante de este proceso electoral municipal y autonómico no es solo elegir a nuestros representantes en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, sino elegir aquellas propuestas políticas que posibiliten un mayor entendimiento con la finalidad de conseguir Ayuntamientos y Comunidades Autónomas operativos y eficaces.

La polarización política que hemos sufrido en la campaña de las elecciones generales no es nada positiva ni para las instituciones democráticas, ni para los ciudadanos de a pie.

Lo que importa a los ciudadanos es que los políticos dejen de insultarse y pegarse entre si y nos den propuestas de acuerdos para la mejora de las ciudades, pueblos y las regiones porque terminado el ciclo electoral con Ayuntamientos y Comunidades fragmentadas hay que gobernar y solo mediante acuerdos entre varios partidos se podrá mejorar la vida de los españoles.