El cielo hace una jugarreta al Cristo del Silencio, que se queda sin poder procesionar

El respetadísimo Cristo del Silencio de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración de Ciudad Rodrigo se quedó en la noche del Jueves Santo sin poder procesionar por las calles de la ciudad, tras hacerle el cielo lo que bien se puede definir como una 'jugarreta'.

Como recordaran los habituales seguidores de esta procesión (una de las más seguidas cualquier año que no llueva), en 2013 y 2018 las previsiones meteorológicas también eran malas, pero se decidió poner la procesión en marcha, sorprendiéndole la lluvia en medio del recorrido, lo que obligó a poner rumbo a la Catedral de Santa María a toda velocidad. Este año, ocurrió justo 'al contrario'.

Después de una tarde con lluvias esporádicas, en el tramo de tiempo previo a la hora fijada para el inicio de la procesión, las 23.00 horas, se puso a llover con intensidad, lo que obligó a la nueva directiva de la Cofradía del Silencio a tomar la dolorosísima decisión de suspender la procesión. La jugarreta del cielo está en que no tardó demasiado en cesar la lluvia, momento a partir del cual hubo un importante claro en el cielo sin riesgo de agua.

Precisamente, ya no llovía lo más mínimo cuando concluyó la acción que la Cofradía del Silencio decidió desarrollar como alternativa a la procesión: un besapiés al Cristo del Silencio en el interior de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro, similar al que tuvo lugar en la tarde del Martes Santo, con la diferencia de que en la noche del Jueves Santo había muchas más personas, y además, unas cuantas de ellas ya ataviadas con la indumentaria de la Cofradía.

La otra diferencia de un besapiés a otro estuvo en el respeto por parte de todos los presentes, siendo mucho más solemne el de la noche del Jueves Santo, después de que se decidiese hacer también la promesa del Silencio, dirigida por el capellán de la entidad, Ángel Martín Carballo, quién pronunció unas palabras tanto al principio como al final de un acto que contó con la presencia del Administrador Apostólico, Jesús García Burillo.

De igual modo, antes de darse inicio oficialmente al besapiés, se procedió al intercambio oficial de varas de mando entre el antiguo presidente, Antonio J. Aguilera, y el nuevo, Luis Alberto García. Pese al disgusto (en algunos de los cofrades incluso se vieron lágrimas), Ángel Martín Carballo dio un paso adelante, manifestando que espera que "de esta decepción salgan coas buenas", además de recordar que ahora la lluvia es un problema pero, "luego queremos que los ríos tengan agua en verano".

A la conclusión del besapiés, el presidente de la Cofradía anunció que todos aquellos con responsabilidades (los que llevan la carroza, los del incensario...) debían estar este Viernes a las 16.30 horas a las puertas de la Iglesia de San Pedro, con la idea de trasladar todos los materiales hasta la Catedral de Santa María para la procesión de La Carrera (si es que puede salir).