El programa radiofónico ‘Historias y vivencias de Vitigudino’ rescata la historia de Ulpiano...
Los tertulianos Joaquín Bernal, Pedro Pérez y Abel Herrero solicitarán al Ayuntamiento que la calle Sol lleve el nombre del que fue su morador en el número 5 durante medio siglo
El programa radiofónico de la emisora municipal de Vitigudino, 'Historias y vivencias de Vitigudino', ha sido el punto de partida para que sus tertulianos, Joaquín Bernal Calles, Pedro Pérez Blanco y Abel Herrero García hayan puesto su punto de mira en uno de los personajes insignes de la historia reciente de esta localidad. Precisamente, el objetivo de este programa radiofónico surgido hace dos años y dirigido por María Teresa Marcos, tiene como finalidad rescatar de la memoria individual a personas que jugaron un papel un tanto destacado en la sociedad vitigudinense del siglo XX.
Y bajo ese guion, hace un tiempo llegaba a las manos de Joaquín Bernal el único cuadro que pintó este polifacético artística rescatado por 'Historias y vivencias de Vitigudino' para la memoria colectiva de los vitigudinenses, una obra que aparecía en una pequeña capilla que había en la iglesia y con la que su autor quiso reflejar las ánimas del purgatorio. Ahora, tras ser restaurada por Roberto Vicente, adorna la pila bautismal en la iglesia de San Nicolás.
Se trata de Ulpiano Iglesias Bernal, dos apellidos inconfundiblemente vitigudinenses, carrocero y ebanista de profesión y que tuvo su taller en la calle Vidal González, en las inmediaciones de su humilde casa de la calle Sol, junto a lo que fue el restaurante Las Cubas, para situar al lector. Allí, Ulpiano, al final de la calle Vidal González, continuó con la profesión que aprendió de Rogelio Iglesias, su padre. En este taller carrozaba vehículos para el trasporte colectivo, hizo las actuales andas de la Virgen del Socorro y diseñó el edificio del mercado de abastos, hasta el monumento a los caídos del parque San Nicolás.
Sin duda, Ulpiano Iglesias fue todo un personaje en su época, entre 1890 y 1944, aproximadamente, pues no se han encontrado documentos aún que fijen con exactitud su fecha de nacimiento y la de su muerte. De lo que sí hay constancia es que fue director de un grupo de teatro y que representaba Don Juan Tenorio cada año por Los Santos, también dirigía otro de zarzuela, y hasta de la banda de música que un día tuvo Vitigudino. También fue concejal del Ayuntamiento, papel que le llevó a dirigir obras como la cubierta del mercado de abastos, "sin una columna y a base de pendolones", matiza Joaquín Bernal.
El amor que sentía por su pueblo y sus vecinos le llevó a rechazar importantes trabajos fuera de su localidad natal, como el que le llegó a ofrecer el Ejército del Aire para que realizase piezas para aviones de aeromodelismo. Aunque lo mejor de don Ulpiano era su humanidad. Desprendido hasta el punto de regalar a un vecino necesitado un abrigo recién estrenado, "de tres días", asegura Joaquín, que pone en su boca lo contado por Juan Ignacio Cuadrado Iglesias, uno de los nietos de don Ulpiano y que narró el 13 de agosto de 2018 parte de la historia de su abuelo en la emisora municipal de radio.
Y por ese cariño que don Ulpiano dejó en Vitigudino, ahora Joaquín, Pedro y Abel quieren que Vitigudino le corresponda, aunque sea 75 años después de su fallecimiento. Así que en próximas fechas registrarán un escrito en el Ayuntamiento por el que solicitarán que don Ulpiano tenga su reconocimiento, lo que en su opinión no se cumple con menos que lleve su nombre la calle Sol, donde permanece la pequeña casa donde vivió, allí en el número 5, y que a partir de ese momento sea la calle Ulpiano Iglesias Bernal.