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Augusto Pimenta, el presidente erudito de la Unión Deportiva Salamanca
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Vaticinó la desaparición de la UDS en 1993

Augusto Pimenta, el presidente erudito de la Unión Deportiva Salamanca

Actualizado 20/02/2019
Amador Vicente

El traslado de Augusto Pimenta de Almeida a nuestra ciudad fue una bendición cultural y deportiva. Llegó hace casi 70 años y ha fallecido con 88. Toda una vida entregada a Salamanca, en la que fue cónsul honorario de Portugal y presidente de la UDS, eri

"La Unión que heredamos era pobre, pero digna y transmitimos grande y ennoblecida"

Pimenta fue nombrado "Hijo adoptivo de Salamanca" y dejó un gran cartel como presidente de la Unión, comenzando su etapa albinegra en el Calvario y convirtiéndose en el principal artífice de la Ciudad Deportiva, "un sueño del club y la ciudad", con el estadio Helmántico como buque insignia. Acompañado por los vicepresidentes Pelayo Gonzalez y Manuel Vacas entre otros directivos, el gerente Gabino Sánchez y Salvador García como tesorero, acometió la venta de terrenos del viejo Calvario para comprar 160.000 m. y construir el precioso estadio Helmántico con un coste de treinta millones de pesetas.

La herencia que dejó su mandato tuvo un valor inmenso, aunque él nunca confió en el futuro del club albinegro, desde su conversión en SAD. La famosa Asamblea de Accionistas en los salones de la Junta de Castilla y León presenció un enfrentamiento dialéctico con Juan José Hidalgo por el descontento del ex presidente, que contemplaba con pesimismo la inminente transición de la entidad hacia la Sociedad Anónima Deportiva.

Triste presagioAugusto Pimenta, el presidente erudito de la Unión Deportiva Salamanca | Imagen 1

Tuvimos ocasión de entrevistar en mi revista Salmantica Sport, en 1993, a Augusto Pimenta, que consideraba una idea poco afortunada la referida conversión del club. Desgraciadamente, el reconocido ex mandatario acertó con su pronóstico y la Unión desapareció veinte años después, con Juanjo Pascual como presidente, aunque su existencia nunca pensó que sobrepasaría el año 2000.

"Entre el Salamanca de mi época y el actual, a lo largo de 25 años la vida se transforma y las cosas evolucionan, pero en este cambio de nuestro fútbol lamentablemente éste ha sido para peor y el Salamanca está en la cota más baja de su dilatada historia, que yo recuerde. La SAD más que una necesidad fue una ambición. Fueron tentados por el pecado de la proyección desenfrenada y seducidos por la codicia del patrimonio. Se lanzaron a esta aventura con la misma irreflexión con que se acometieron las últimas campañas deportivas, acumulando cada año decenas de millones de pesetas de pérdidas, lo que ha arrastrado al club a una situación completamente ruinosa".

"Ni en las Juntas económicas ni en las Asambleas Generales ?continuaba nuestro protagonista en la entrevista realizada por mi compañero Carlos Oterino- se ha dado a conocer cualquier informe de auditorías, nominación de acreedores, etc. Hay que inspirar confianza a los socios. Y esa credibilidad no se compra, se conquista. En aquella Asamblea se vició el contenido del orden del día, atropellos a las estatutos que provocaron que los acuerdos resultaban necesariamente nulos. Mi defensa de la legalidad chocó con los intereses personales del presidente (J.J. Hidalgo), que reaccionó abruptamente".

El entonces gerente de la UDS, Gabino Sánchez, que mantuvo dicha función durante varias décadas, siempre ha asegurado que el déficit del club antes de la entrada de Juan José Hidalgo, giraba en torno a los 30 millones de pesetas, una cantidad que fue aumentando de forma preocupante a través del tiempo. Augusto Pimenta, había mantenido una máxima desde el inicio de su gestión: "Es imprescindible ser austero en el gasto, riguroso en los presupuestos y disciplinado en la administracion; todo ello con la más absoluta transparencia y diafanidad. Esto no se apreció en la gestión del club, también con una clara anarquía presupuestaria".

El presidente querido por todos siempre lamentó la gestión realizada desde la conversión de la entidad en SAD por Juan José Hidalgo y su directiva. Con el propio JJ Hidalgo siempre fue claro en el piropo y en la crítica?

Hidalgo tiene las virtudes tradicionales de su hábitat original que representó genuinamente, y eso le honra. Como empresario dio sobradas muestras de su excelente instinto comercial y su ingeniosa imaginación para crear con éxito actividades y negocios de los que legítimamente debe sentirse orgulloso.

Augusto Pimenta, el presidente erudito de la Unión Deportiva Salamanca | Imagen 2"Fueron muy astutos"

Su gestión en el fútbol provocó una víctima bien definida: La UDS. Fueron muy astutos e ingeniosos para engañarnos con las aportaciones de los socios antes de la inscripción de la Sociedad, lo que bordeó la legalidad vigente, tanto en el ámbito de las Sociedades Deportivas como en el de las mercantiles. No hicieron caso a la otra fórmula, la de la adscripción, con ella se afectaba a la nueva Sociedad solamente la parte patrimonial conveniente, el estadio, quedando el resto como propiedad del club y de sus socios, evitándose así futuras especulaciones de cualquier tipo de cualquier tipo".

Y sobre la venta de las instalaciones de la Ciudad Deportiva, después materializada, tampoco auguraba un buen resultado.

La venta de patrimonio es un simple aplazamiento de la crisis, que se repetirá tantas veces como parcelas haya para enajenar, hasta la liquidación total del patrimonio. No estuvo jamás en la intención de ninguna directiva la venta de sus instalaciones y los aficionados tampoco lo hubieran consentido.

En uno de los episodios finales de aquella entrevista, Pimenta rechazaba la idea de volver al Salamanca.

No, no volvería. Me conformo con los bonitos recuerdos que tengo de mi Salamanca, aquella Unión que heredamos pobre pero digna y transmitimos grande y ennoblecida. Fue mucho lo que le di, pero me considero socialmente correspondido. ¿Soluciones? No son ideas ni consejos lo que demandan. Es dinero lo que persiguen.

Con el paso del tiempo y unos años antes de la disolución de la UDS, el histórico presidente me confió nuevamente su decepción por aquella gestión descontrolada, desconfiando del vaivén de numerosos traspasos y fichajes o diversos acuerdos televisivos.

Augusto Pimenta fue un hombre culto, afable y educado, que con su muerte ha actualizado el recuerdo de su brillante paso por la Unión Deportiva Salamanca. En el campo de la cultura queda el agradecimiento de los salmantinos a su legado, siempre entregado a transmitir los valores de una ciudad universal y cosmopolita.

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