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Música celestial en las Pistas del Helmántico
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Opinión de Miguel Ángel Galán

Música celestial en las Pistas del Helmántico

Actualizado 20/01/2019
Miguel Ángel Galán

El presidente de la Federación de Peñas de Unionistas de Salamanca analiza la victoria ante el filial de la Unión Deportiva Las Palmas en el regreso del equipo a casa

Roberto Aguirre, con semblante serio, tragó saliva, subió el peldaño que le permite estar por encima del resto, espectadores y músicos, y se dirigió a los suyos. Tocó un par de veces con su batuta el atril que sostenía la partitura del partido y asintió. La filarmónica Unionista respiró, y se pusó, de forma deliciosa, a interpretar brillantemente la melodía que habían preparado durante la semana.

El patio de butacas sonrió, y después de cuarenta y cinco minutos sensacionales de fútbol celestial, el aplauso fue atronador. Fueron cuarenta y cinco minutos mágicos, todos tocando la partitura de manera excelente. Cada instrumento entraba con fuerza, nadie titubeaba, las notas volaban graciosamente por el reciento y lo que se escuchaba era sobresaliente.

El Stradivarius de Carlos de la Nava sonaba de forma celestial, era oro puro lo que salía de sus cuerdas, su música llenaba el escenario. Dejaba atónitos a los presentes, sus 'solos' eran renacimiento para una grada que no se creían lo que veían, no paraban de frotarse los ojos, los presentes, cuando por sus oídos penetraban notas de triunfo, vitalistas.

Luego Jorge Hernández, esta vez con la oportunidad de tocar desde el principio, no dejó de embelesar a los allí presentes, con minutos de electricidad cada vez que su flauta travesera era la encargada de dirigir la música que desde los instrumentos de viento, tenían su participación principal. El mágico Javi Navas también se sumó a la fiesta y ayudó a que la música siguiera flotando en el escenario.

El tenor fue Guille Andrés, que en el inicio de año, en el 2019 es uno de los más cotizados en las plateas del grupo I de la Segunda B. Su recital fue antológico, marcó dos y participó en todo momento de la algarabía que se montó.

Los tambores de la orquestas daban profundidad y seguridad a la música. En esta ocasión, los encargados de llevar la parte 'dura' de la filarmónica fueron Ribelles y Llano. Éste último llegaba a todo el patio de butacas, mientras el valenciano dejaba la retaguardia resguardada cada vez que su instrumento percutía sobre la suave partitura. Atrás, los violines de Piojo, Góngora, Ayoze y Admonio, sonaron con firmeza y seguridad. Al unísono, todos a la vez ponían una capa de solidez que aportaban armonía y alegría al juego.

Todo fue una delicia, los mejores minutos que se recuerdan en el teatro de las Pistas, que los congregados, tras la primera sesión, aplaudieron a rabiar como nunca antes se había visto en la ciudad. Unionistas vuelve a la senda del triunfo, infringiendo un correctivo serio a su rival.

El maestro Aguirre hace que su filarmónica toque y toque sin parar, sin mirar atrás. Y tocarán hasta lograr el objetivo de la permanencia. Todo esto, para hacer una temporada histórica para el club y sus dueños. Unionistas, con juego sobresaliente y celestial, se acerca a la permanencia, su objetivo.

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