La ‘engualera’ espanta los males en Cipérez la víspera de San Sebastián

Los cipereños volvieron a vivir la 'engualera' en la víspera de San Sebastián, tradición recuperada hace un par de años por el Ayuntamiento de Cipérez y que refleja la creencia de antaño en los efectos purificadores del fuego contra los 'seres del mal', responsables siempre de cualquier desgracia que mediante hechizos o 'maldeojo' se ciñera sobre una casa.

Con la arrancada de piornos en la mañana, su acarreo y encendido de la Engualera por los mayordomos, José María García, Isidro Herrero, Baltasar Herrero y Miguel Ángel Hernández, que recuperan esta figura después de casi cinco décadas, comenzaba este primer día de las fiestas en honor a San Sebastián.

Una vez hechas las brasas, todos los presentes daban cuenta de unas castañas asadas y un chupito de aguardiente y donde no podían faltar las obleas de Fabián

Tras esta jornada, mañana domingo, los cipereños celebrarán la onomástica de su Patrón, que dará comienzo con los actos religiosos a partir de las 12.00 horas, momento en el que se celebrará una misa solemne oficiada por el párroco del pueblo en la ermita del Cristo del Humilladero, seguida de la procesión del Santo por las calles de la localidad.

Cipérez, un 'pueblo de brujas', tuvo en la 'engualera' uno de sus actos más destacados contra las 'fuerzas del mal', hoguera de piornos y retama para purificar matanzas y ahuyentar así a los seres que nada bueno traían a cocinas y cuadras durante las largas noches del invierno, costumbre antes extendida a casi la totalidad de lugares en los que se procesaba devoción a San Sebastián, un santo del que no son pocos los pueblos de las Arribes al que procesan devoción.