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Asunción Escribano, el aire de su vuelo
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'SalMOS DE LA LLUVIA', TÍTULO DE SU ÚLTIMO POEMARIO

Asunción Escribano, el aire de su vuelo

Actualizado 10/12/2018
Charo Alonso

"Este libro tiene cierta estética que coincide con la de Acorde, comparten la misma mirada, la misma comunicación con lo que nos rodea"

Azules y verdes, cielos hilvanados de aves, mañanas frías y lluvias sobre la página fecunda de Asunción Escribano. Cualidad de pájaro de fragilidad aparente, rigor y trabajo en su constante labor, en su discurso cercano, sentido, armonioso. Una cualidad la suya siempre agradecida, de ahí sus Salmos de alabanza, sus poemas contenidos siempre en el filo del decir más de lo que alcanza? Porque el vuelo de la palabra de Asunción Escribano cae, lleno de bendiciones, sobre la página: "Este libro tiene una enorme unidad, escribí el último poema cuando ya había entregado el libro a las editoras. Supe que pertenecía a este libro que se suponía que estaba acabado".

Salmos de la lluvia, es el título del último poemario de la autora salmantina. Un libro de la editorial 'Vaso Roto' de edición exquisita cuyos últimos versos, rematando el original ya entregado, son una vuelta a la espiritualidad vivida, sentida, que caracteriza la ya rica trayectoria poética de la autora: Cortar en dos al mundo/y encontrar cobijado en su nudo,/ en plenitud de flor, a lo sagrado. Sagrada claridad, prístina armonía del día a día ?lo sagrado es candil de cada día- de una poeta que parece estar en paz consigo misma.

"Yo estoy a gusto con el mundo, sí, porque esta poesía sale de momentos de plenitud intensa, esos instantes que coges al vuelo. Un poeta dijo que los poemas son como las libélulas, y que averiguar qué dice la poesía es lo que hacen los entomólogos cuando las tienen atrapadas en el corcho y han perdido su ser. El poema es la libélula, el esplendor del momento? el poema sale de esos momentos de unidad, de armonía, de silencio".

En las palabras de Asunción Escribano hay risa de pájaro, sabiduría, armonía y ese humor alegre y exquisito con el que escribe versos, da clases sobre el lenguaje publicitario y periodístico y escribe excelentes textos académicos: "Este libro tiene cierta estética que coincide con la de Acorde, comparten la misma mirada, la misma comunicación con lo que nos rodea. Sin embargo es diferente, tiene un juego: cierta intertextualidad con otros textos, con otras tipologías textuales".

Asunción Escribano, el aire de su vuelo   | Imagen 1

Del mundo se ha hecho dueña/ la elocuencia, escribe la poeta que borda sus delicados versos sobre un fondo de frases publicitarias que sorprenden e interpelan al lector: "Todo acaba saliendo, en este libro hay un replanteamiento de modelos textuales que yo uso en mi trabajo. Es un diálogo entre la lírica y los textos que trabajo fuera de ella. Siempre se dice de mi poesía que la mirada es muy panteísta, que tiene una sensación de armonía con el mundo". Y el mundo es, en este libro de Escribano, un espacio abierto al invierno que pueblan la lluvia, el paisaje, los pájaros, el frío, el amor, la poesía y esa sensación de infinito agradecimiento que nos lleva al salmo, a la forma poética que, en la Biblia, sirve para la alabanza con ese sincretismo cuajado de significado propio del verso encabalgado, roto de emoción. "Los salmos son música agradecida, el salmo que da nombre al libro es real, llovía y salí y me mojé, sentí entonces la unidad con la lluvia. Sentí que formaba parte de ella".

Hay momentos en la vida cotidiana/ cercanos al milagro. Un milagro que cabe en la vida diaria, en la constante de los trabajos y los días, la poética a veces discordante de la vida universitaria representada por la imagen del poeta Fray Luis de León, presente en el libro a través de un poema que para la autora.

Es un alegato de cómo tiene que ser la vida universitaria.

¿Es armoniosa la vida universitaria?

No, por desgracia no. Debía ser un espacio en el que se cultivara la sabiduría y no tanto las fuerzas internas que convierten en opaco lo que debería ser claro. Fray Luis para mí representa lo que debería ser el profesor universitario, el que cultiva la docencia de forma armónica, pacífica. Él deseaba ser así aunque la vida universitaria de su época también era compleja. Pero esa imagen del sabio que se retira, ni envidiado ni envidioso, es la que deseo.

Transmite Asunción Escribano, en persona, esa fragilidad de pájaro, esa ligereza, ese vuelo que parece sobrevolarlo todo? Cuántas aves, cuántas en sus versos, no en vano su Antología del 2012 se titula Solo me acarician alas: "Desde que me fui a vivir fuera me di cuenta de que en el mundo hay algo más que gorriones. Los pájaros son el símbolo de la sabiduría. Mi primera referencia es la propia realidad, luego viene la simbología? todo lo que vuela, lo que es aéreo? por eso colecciono libros sobre pájaros".

Sin embargo, qué cercana a la tierra y los trabajos y los días en el rigor de la labor docente y académica. Una realidad en la que, afirma la autora Nos falta el don de los vocablos.

Eso de que la culpa de que se use mal el lenguaje sea de las redes sociales yo no lo acepto. Sospecho que tiene que ver con el hecho de que los alumnos no leen. ¿Cómo conseguir que lean? Es muy difícil, porque las pantallas vampirizan el tiempo de los alumnos. Pero no hay que demonizarlas. Es un instrumento perfecto, pero no para todo el tiempo. Tiene que haber tiempos y espacios para todo.

"El escritor tiene su espacio y también lo tiene en las redes, se llevan bien ambos"

¿Cómo se enfrentan tus alumnos de Periodismo y Comunicación Audiovisual a la falta de trabajo?

Nuestros alumnos pueden trabajar en televisiones, radios locales? Es verdad que hay cada vez menos periódicos escritos, pero los alumnos pueden dirigir, guionizar, pueden presentarse a oposiciones y buscar otras salidas como trabajar en gabinetes de comunicación. Y no nos engañemos, el que tiene un buen expediente sale colocado. Nosotros hacemos un seguimiento de los alumnos y normalmente encuentran su sitio aunque al principio estén muy mal pagados".

Eres constructiva, positiva, eso es admirable.

Lo importante es que los alumnos estén felices con lo que hagan. Tienen mucho que innovar, aunque es verdad que hay que cambiar el perfil, la identidad. Hay un cambio de paradigma, tanto en el conocimiento como en la comunicación del conocimiento. Y habrá muchos cambios para que se establezcan nuevos espacios de trabajo.

Escribano tiene el don de la tenacidad, de la seguridad de sus convicciones, la fe en sus creencias, el amor a la labor, labor de maestra, labor de poeta ¿Nuevos espacios también en la poesía?

Sí, el escritor tiene su espacio y también lo tiene en las redes, se llevan bien ambos espacios? Los blogs, las páginas web, los encuentros? Los poetas están en la red, todos menos González Iglesias, que se resiste pero se lo puede permitir. Hasta en eso hay que ser diferente, en el hecho de no usar las redes sociales".

Y ríe Escribano con su risa de pájaro, con esa cercanía y ese humor que llena los versos de inesperados quiebros: Hoy he hablado en clase/del silencio./ El silencio, les decía, es el fermento/ fértil de lo escrito./ Cien ojos me miraban asombrados/ o ausentes ?es difícil saber/ lo que pensaban-/ y alguno compartía su ficticio interés/ con su página de Twitter/ o de Facebook.

José Luis Puerto dijo de Escribano que era un "pájaro fraternal y solitario", ese pájaro que se retira al silencio como Fray Luis de León para seguir siendo fraternalmente solidario? que no solitario. Mi naturaleza es solitaria, me cuesta mucho salir pero luego tengo un lado social, me gusta encontrarme con la gente. Pero es verdad que vivimos una falta de tiempo y necesitamos espacios y tiempos interiores. Por ejemplo, yo los necesito para escribir poesía. Voy alternando la escritura de libros académicos y poesía, pero cuando escribo poesía necesito más silencio, porque paso por mi trabajo mucho tiempo con gente y luego, necesito ese espacio de soledad. Hay que tener espacios y tiempos propios, defiendo ese tiempo personal que no tiene que ser ni grande ni largo, un tiempo para las cosas que amo. La poesía es un acto de amor, luego la poética es algo posterior a la poesía.

Hay en tu poesía un eco detrás de cada verso que parece decirle muchas cosas al lector?

Esta poesía es rítmica y visual, es así como el poema me habla. Se dice que la poesía uno la lee como a él le habla. Una vez publicado, el libro le pertenece al lector. A Borges le propusieron hacer un prólogo para sus obras completas y decía que no podía porque ya no era suya, era de sus lectores. Lo que a mí me interesa es que a ti te diga algo porque ya está escrito y yo desaparezco como escritora.

"La experiencia de la poesía es una sensación, una vivencia. Luego uno lo escribe"

Es una música callada, una soledad sonora?

He estudiado música, piano y me ha quedado un sentido musical de la palabra, me gusta la palabra, la poesía me sale en silencio, tengo que estar en silencio por dentro y por fuera. Por eso me gusta escribir poesía en verano. Entonces no tengo que hacer nada porque durante el curso no tengo ese tiempo.

Silencio para la lectura y la escritura en un tiempo sin horarios en el que acariciar el libro.

"No leo la poesía en libros electrónicos, el que lee poesía quiere el libro físico. Yo leo novela y ensayo en pantalla, pero la poesía me gusta leerla en libro físico. Me gusta tener el libro, llevarlo en el bolso, lo releo, con los años voy releyendo más porque quiero encontrarme con lo leído con otra perspectiva, con el paso del tiempo".

Silencio para la experiencia, el instante detenido del gozo, el tiempo sentido de esta mujer exquisita que se sienta en las escaleras de la Clerecía, piedra que recibe la lluvia en el silencio de los siglos: "La experiencia de la poesía es una sensación, una vivencia. Luego uno lo escribe. Pero la experiencia es anterior a la palabra. Hay poetas que sienten la experiencia mientras la escriben. Yo no. Tienes que tener cierto retiro".

¿Esa experiencia te hace vivir de otra manera cuando la escribes?

Te convierte en un explorador del tiempo en el que vivimos. Sucede un momento de sabiduría, una analogía, es como un fogonazo de plenitud agradecida donde no hay una conciencia, no la analizo de forma vivencial, intelectual. Luego viene la escritura?

La nota sostenida entre el cielo y el suelo. Habitar el invierno, el frío, la lluvia, la vida, con voluntad de alabanza y gratitud. Serena transparencia de la palabra poética. Vuelo acordado, música de escarcha. Libro necesario para devolvernos una hermosa templanza.

Texto: Charo Alonso.

Fotografía: Carmen Borrego.

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