Los Geas de la Guardia Civil, que tuvieron "un incidente" estos días, tenían previsto finalizar el operativo el miércoles sino había resultados
A las 12.40 horas de la mañana del sábado fue hallado el cuerpo sin vida del hombre residente en Beasain (País Vasco), y con ascendencia familiar en la localidad cacereña de San Martín del Trevejo, que se lanzó a las aguas del reculaje de la presa de Irueña el jueves de la semana pasada desde el puente construido al hilo de la entrada en funcionamiento de la citada presa para poder ir de El Bodón a Robleda.
Desde el momento en que se tuvo conocimiento de su desaparición, se desplegó un importante operativo de búsqueda, que por fin dio resultado en la mañana del sábado tras unas jornadas bastante complicadas, que habían hecho incluso pensar en abandonar la búsqueda permanente (y volver de forma periódica).
Poco tiempo después de concluir la operación de rescate del cuerpo de las aguas, el sargento José Luis Fernández Martínez, jefe accidental del Geas de Valladolid explicó a los medios de comunicación los detalles de la búsqueda, en la cual no sólo ha participado el grupo territorial del Geas (con sede en Valladolid), sino que también se ha contado con apoyo técnico llegado de Madrid, en forma de un robot y una cámara pocera, al ser las inmersiones bastante complicadas.
Sin embargo, este robot no ha sido de mucha utilidad, ya que el fondo de la presa está lleno de maleza y rocas, lo que hacía que "el robot chocase y costaba manejarlo". Ante ello, "al final hemos tenido que exponernos los buceadores, porque ya había que hacerlo manualmente". Los buceadores del Geas han ido literalmente "palpando" el fondo, lo que ha ralentizado la búsqueda ya que "hemos ido metro a metro; hemos tenido que hacer cuadrículas".
Finalmente, el cuerpo fue hallado a las 12.40 horas de la mañana del sábado a una profundidad de entre 36 y 40 metros en una zona de "visibilidad nula" que estaba a unos 10 grados de temperatura. El jefe accidental del Geas de Valladolid, José Luis Fernández, resaltó que el cuerpo del hombre había aparecido a unos 25-30 metros del puente en el lado opuesto a donde se pensaba que podía estar.
En este sentido, explicó que tras haber explorado la "zona cero", se había avanzado en dirección a la presa teniendo en cuenta el viento que soplaba el día que cayó. Tras no tener frutos en esa dirección, el nuevo grupo del Geas que dio el relevo el jueves decidió empezar a explorar en la otra, con el objetivo también de "quitarnos la profundidad", para eliminar problemas a equipos futuros que se encargasen de la exploración: "podíamos haber tirado por la zona baja y arriesgarnos menos, pero aquí hay gente muy competente". Al final "hemos tenido suerte, pero buscada", teniendo en cuenta los más de 30 años de experiencia del grupo.
A todo ello se añade que han estado buceando en altitud, de tal modo que "toda la profundidad que nosotros hagamos, hay que sumar un índice de corrección que nos penaliza a la hora del aire que respiramos, que lleva nitrógeno y nos intoxica la sangre". Sin ir más lejos, estos días de rescate ?en los que se ha llegado a explorar a 44 metros de profundidad (los equipos pueden llegar hasta 50 metros)- ha habido "un incidente con un compañero que tuvo problemas y tuvo que dejar de bucear debido a la profundidad y el tiempo que estábamos echando en el fondo".
Como decíamos, el lugar donde ha sido hallado el cadáver estaba a unos 10 grados, una temperatura que ralentiza su descomposición, pero que hace asimismo que no suba a la superficie. De hecho, ha habido búsquedas en las que han tenido que esperar 1 ó 2 años en que bajasen las aguas por ejemplo de una presa para poder encontrar un cuerpo.
En este caso, el hallazgo, tras 30 inmersiones en las que han participado 21 buceadores, se ha producido en un momento límite. Según señaló José Luis Fernández, estaban usando "todos los recueros del Geas" en una época de menor número de efectivos por las vacaciones, por lo que "teníamos pensado llamar el lunes para dejar la búsqueda el miércoles". A partir de entonces, hubiera sido el Geas de Valladolid el que seguiría encargado de la búsqueda, realizando en las aguas de Irueña las prácticas que suelen hacer en Ponferrada y Ávila una o dos veces por semana.
Desde la Guardia Civil de la zona de Ciudad Rodrigo se agradece al Geas su trabajo: "Se han jugado el pellejo".