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Nostalgia
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Nostalgia

Actualizado 28/08/2018
Isaura Díaz Figueiredo

.Nostalgia | Imagen 1 Foto en Aveiro, tomada por Isaura Díaz de Figueiredo

Terminamos de regresar de vacaciones y de pronto te asalta la nostalgia, irrumpen imágenes, ecos, palabras, sensaciones? días de solaz. Te das cuenta que no hay un metódico ejercicio memorístico tras difuminadas imágenes, ocultas están? sueños emociones, sensaciones imprecisas, que parecen instalarse definitivamente en nuestro interior. Es como si de golpe, el pasado quedara resumido en "esa estampa agridulce" de unos días fuera de la rutina.

Recordemos el origen:

La palabra nostalgia se nutre, en su raíz griega, de nostos, que viene de nesthai (regreso, volver a casa), y de algos (sufrimiento). Podría definirse entonces la nostalgia como el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar.

La función principal de la nostalgia es memorar aquello que disfrutamos o sufrimos, y observar el ser ahora. Dura encrucijada perderse en el laberinto del tiempo sin poder detenerlo? o salir de él

La nostalgia llega y herir, doler, o dar ánimos para sobrevivir. Algunas personas descubren en ella ¡tal pasión! que se convierte en una adicción, refugio, exilio llenando los vacíos del presente.

"Los únicos acontecimientos importantes de una vida son las rupturas. Ellas son también lo último que se borra de nuestra memoria" (E. M. Cioran)

Podemos analizar las distintas estancias sobre la nostalgia: sentimental, semeja una especie de lamento por la pérdida de amores. No es de extrañar que el primer amor sea aquel al que siempre regresamos, aunque como bien dijo y escribió el Padre Martin Vigil "Primer amor, primer dolor" cuando las cosas no van bien buscamos abrigo en la ilusión primera. Recordar el dulce sabor del primer beso. Siendo un bonito recuerdo, con la nostalgia se convierte en desesperanza.

Atesorar experiencias cuyo significado ha calado tan hondo en nuestra existencia, que su inesperado recuerdo nos traslada hasta ese instante en el que logramos éxito, que surgió el amor, que redescubrimos a Dios, que creíamos que poder cambiar el mundo.

Tal vez no repetiríamos los mismos acontecimientos, pero no cabe duda, que volveríamos gustosos a cubrirnos de los mismos sentimientos.

"El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia" (Milán Kundera)

Otra manera de vivir la nostalgia es la quienes viven sin desprenderse de su pasado. Lo momifican, revisan fotos, vídeos, manteniéndolo vivo en cada conversación? (fuimos tan felices...qué bien lo pasábamos... tenemos que volver... ¿te acuerdas de...?).

Es una manera de permanecer, sin de abrir los ojos a la realidad inmediata. Es una falacia, una interesada comparación, porque ni aquellos días fueron tan increíbles, ni los de ahora son tan grises. Ocurre que al creer con convicción en el determinismo del pasado, todo lo bueno que exista ahora será difuminado para no dañar el añorado recuerdo.

Poder mirar atrás con paz y tranquilidad, no es querer evitar su presencia, sino integrarla como parte del inmenso don de haber podido vivir momentos plenos. Sin embargo cuando "era mejor antes" tenemos un problema existencial. Una obsesión del regreso.

El eterno retorno

"Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta" (Homero)

La última de las nostalgias que estamos observando tiene mucho que ver con la idea del regreso a casa. Es la nostalgia de los griegos convertida en mito a través de la figura de Ulises en su larga travesía de retorno a Ítaca. Vivir puede asemejarse a un largo viaje, lleno de aventuras, de infortunios, de alegrías, tristezas, azares y desesperanzas. Sin embargo, detrás de cada envite, de cada puerto visitado, de cada amor entretenido, persiste la nostalgia de volver al hogar. Uno anda buscando siempre la manera de regresar a casa, como símbolo del encuentro con la propia paz interior.

A menudo esa paz se encuentra en el regreso construido durante la infancia y la adolescencia. En ese sentido, los pueblos, sus gentes, sus calles, sus entornos, configuran una trama de paisajes, olores, fotogramas y secuencias ancladas en nuestro sistema emocional. Mucha gente, cuando llega la hora de jubilarse prefiere regresar a sus lugares de origen y reencontrarse con viejas emociones, cerrando así el círculo de la existencia.

"Deberíamos utilizar el pasado como trampolín y no como sofá" (Harold McMillan)

¿Qué función puede tener entonces la nostalgia? Acordarnos de aquel que fuimos y poder observar al que somos ahora. El sentimiento de añoranza no deja de ser una pérdida de un yo que existió. Forma parte de nuestra historia personal, a veces se entromete en nuestra cotidianidad para que le hagamos un espacio. La vida es igual al péndulo del viejo reloj del salón.

Recuerden ahora que estamos de regreso, que nunca es tarde para escuchar o decir un te amo, dar un abrazo, acariciar, sentir piel con piel; solo el olvido y la indiferencia, es la distancia más larga, el camino irrecuperable. Feliz retorno al hogar

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