Viernes, 19 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
“Una historia solo merece la pena cuando pasa a formar parte de la vida”
X
FRANCISCO NARLA, ESCRITOR:

“Una historia solo merece la pena cuando pasa a formar parte de la vida”

Actualizado 20/06/2018
Déborah Albardonedo

El jueves llega a la librería Santos Ochoa de la Gran Vía para presentar 'Laín. El bastardo', novela con la que ha logrado el I Premio Edhasa de Narrativas Históricas

Una de las noticias literarias del año ha sido el fallo del Primer Premio de Narrativas Históricas de la editorial Edhasa. La obra ganadora ha sido Laín. el bastardo, del lucense Francisco Narla.

Un autor que ya estaba entre los más reputados del género histórico con sus anteriores libros: como Assur, Rōnin o Donde aúllan las colinas.

Ahora, aprovechando el alto en su gira promocional que realiza en Salamanca, aprovechamos para conocer a este singular escritor que, al modo de Antoine de Saint Exupéry compagina la profesión de novelista con la de aviador, pues además de escribir historias suma ya más de once mil horas de vuelo por medio mundo.

¿Cómo le gusta presentarse, como piloto o como escritor?

Pues la verdad, cuando me hacen esa pregunta me apropio de una frase del propio Saint Exupéry.

En ocasión de una visita suya a Barcelona, creo recordar que poco antes de la Guerra Civil, un periodista le preguntó algo similar, y se limitó a contestar algo así como: «acaso no es lo mismo».

Y lo cierto es que ambas profesiones comparte un espíritu muy vocacional. La verdad es que uno es lo que es como un todo, una suma de partes y lo cierto es que mi actividad profesional como piloto de líneas aéreas me ha permitido conocer lugares, gentes y pedazos de Historia que me han ayudado a idear mis relatos, de modo que resulta imposible separar ambas cosas.

Entiendo que me respondería algo similar si le pregunto por qué en sus novelas aparece siempre algo de España y, especialmente, de Galicia.

Claro, exactamente. El escritor queda conformado por su pasado y yo soy lo que soy porque me crié en los montes gallegos, de modo que eso queda siempre patente en mis novelas. Y siempre intento buscar hechos curiosos o poco conocidos de nuestra Historia para servir como motivo argumental. De ahí que hasta ahora haya hablado de las invasiones vikingas a la península ibérica, como fue el caso de Assur, de la expedición de samuráis que llegó a la Sevilla del siglo XVII, como en el caso de Rōnin, o en el caso de Laín, el bastardo de la poco conocida presencia de españoles en las Cruzadas.

Y centrándonos precisamente en su última obra; ¿cómo se afronta un éxito como el de haber ganado un premio tan prestigioso? ¿Supone una responsabilidad?

En primer lugar se afronta con agradecimiento, como bien sabes el jurado contaba con nombres ilustres como el de Santiago Posteguillo, Jacinto Antón, Sergio Vila-Sanjuán y Mari Pau Domínguez, así que, ante todo, uno debe sentirse agradecido.

Además, es crucial mantenerse sereno y no dejarse llevar por el arrollador ímpetu del premio y las ventas iniciales. Una historia solo merece la pena cuando pasa a formar parte de la vida, de los recuerdos de los lectores y aún es pronto para saber si ese será el caso de Laín. Habrá que esperar unos años para conocer la verdadera opinión de los lectores.

Y puede ser que muchos examinen la novela con más detenimiento dado el premio, pero eso es algo que debe aceptarse sin más, el lector es soberano y lo único que puede hacer el escritor es intentar mejorar con cada nueva historia. Hacerlo cada vez mejor es el deber del artista.

Me gusta remitirme a la frase del director de cine Ventura Pons cuando le preguntan cuál es su mejor película, el siempre dice que será la siguiente, por ese mismo motivo, porque uno debe esforzarse por ir un poco más allá con cada nueva obra. Esa es la verdadera responsabilidad.

"...la novela trata de narrar la biografía de Martín Códax, porque no tenemos ni idea de cómo fue su vida, solo lo conocemos gracias a las cantigas que nos dejó"

Laín. el bastardo es fiel al estilo Narla, tras la estela de Assur, parece que el objetivo es entretener, no dar una lección de Historia, ¿estoy en lo cierto?

Desde luego que sí, y esa debe ser la obligación del novelista.

Hay que entretener. Las novelas no deben ser disquisiciones morales o filosóficas, al menos no en principio, lo que deben hacer es describir acciones.

Lo han mencionado muchos antes que yo. Stephen King lo repite como un mantra, es la acción la que da sentido a una historia, sea del tipo que sea, sin acción, no hay historia. En el caso de Laín se trata de aventuras, pero no es la única opción; por ejemplo, en El nombre de la rosa, que también se considera una novela histórica, lo que hace Umberto Eco es conducir el argumento con acciones de típica novela de misterio, como cualquiera de las novelas de Doyle o de Christie.

Y una vez se consigue entretener, algunas historias, solo algunas, van más allá, dando lecciones, alcanzando el ideal clásico del prodesse et delectare, instruir y deleitar.

¿Qué diferencia entonces a Laín, el bastardo de tus anteriores obras?

Muchas cosas. En primer lugar, jamás una de mis novelas había tenido un recibimiento así de caluroso por parte del público o la crítica. Pero hay más, la novela está construida de un modo diferente a mis anteriores novelas; parte de los capítulos están narrados en primera persona y uno de los personajes principales es el encargado de hacernos saber cómo se van desarrollando parte de los acontecimientos, siempre había huido de ese tipo de narración porque suele devaluar la historia, ya que le roba credibilidad, pues no resulta plausible que un narrador no omnisciente sea capaz de conocer todos los rincones de la historia, sin embargo, creo que en Laín el resultado funciona porque no toda la carga narrativa está sobre los hombros de ese narrador.

También creo que es mi novela más ágil y, además, opino que es la que tiene un mayor número de capas argumentales.

Resulta curioso el modo elegido para narrar la historia: imitando a un cantar de gesta. Es el trovador gallego Martín Codax, personaje histórico, quien se encarga de relatarnos las peripecias de Laín cruzando el mundo desde su Galicia natal a la Mongolia que vivió el esplendor de la Ruta de la Seda.

Bueno, precisamente la novela trata de narrar la biografía de Martín Códax, porque no tenemos ni idea de cómo fue su vida, solo lo conocemos gracias a las cantigas que nos dejó. De hecho, el germen de la novela surgió al descubrir ese vacío histórico, ese detalle de que uno de los trovadores más conocidos, el mismo cuyas cantigas han sido interpretadas por orquestas de medio mundo, no tenía una crónica que nos contase quién era.

Y el darle ese aire a cantar de gesta al manuscrito parecía lógico, me limité a trasladarlo a un lenguaje cómodo para el lector. Hay que pensar que, teniendo en cuenta la importancia de la lírica galaicoportuguesa en ese momento del medioevo, era razonable incluir un trovador en la historia y quién mejor para contar esa misma historia que el narrador lógico, aquel que, en aquellos tiempos, se ganaba la vida, precisamente, contando historias. Son los tiempos del Cantar del mío Cid o de La chanson de Roland. Y eso es lo que hace Martín Códax, contarnos la gran aventura de su tiempo al hablarnos del hijo bastardo que va en busca de su padre, perdido en los desiertos de Judea.

Imagino que, como suele ser habitual en este tipo de obras, el trabajo de documentación resultó exhaustivo?

Claro, no podía ser de otro modo, han sido muchos meses de investigación y trabajo duro.

El proceso completo duró algo más de dos años en los que aprendí cuestiones tan diferentes como técnicas de cetrería, los secretos de las perlas orientales, las técnicas de combate de las hordas mongolas, la verdad sobre el mito de los asesinos, de los hashashin tan de moda por los videojuegos y películas, o la fabricación de instrumentos musicales medievales.

Además hubo que viajar para conocer lugares remotos y tener una perspectiva correcta de las míticas ciudades comerciales, como Samarcanda.

Texto y foto: Deborah Albardonedo

“Una historia solo merece la pena cuando pasa a formar parte de la vida” | Imagen 1

Comentarios...