El triunfo de Inés Arrimadas: “Ni de derechas ni de izquierdas”

Ha ganado Inés Arrimadas. A mí me gustaría pensar que ha sido porque es mujer, pero no: ha ganado porque dice que "no es ni de derechas ni de izquierdas".

Vamos, lo mismo que quién dice "yo no soy ni machista ni feminista". Todas sabemos lo que significa eso, pero a la opinión pública, a la gente que suele ir a votar, le chirría el término "feminista" tanto como "machista" y le chirría tanto la izquierda como la derecha. De muestra, el botón del batacazo que se han dado tanto el PP como la CUP.

Enhorabuena Inés, yo no te habría votado, pero reconozco tu mérito.

Y como todo en esta vida tiene dos caras, tu victoria también tiene cosas positivas incluso para alguien como yo: nos beneficia a todas porque nos acerca a ser #CadaVezMásIguales, y eso siempre es de agradecer en los tiempos que corren; y nos beneficia a todos y a todas, porque como dijo Ada Colau, en la política sobra mucha testosterona, tu victoria, sin duda, la rebajará un poquito.

Y lo que es mejor, tu victoria le baja los humos a los del PP, que se saben cada vez con menos poder, cada vez un poquito menos impunes. La política del miedo, del porque yo lo mando, del 155, de la judicialización de la política, de la represión policial, les ha pasado factura en tu favor.

Aunque para ti es una victoria agridulce porque no podrás gobernar: si es que ya lo decían los independentistas, que estas elecciones no iban a cambiar el panorama político (eso sí, salieron corriendo a presentar sus candidaturas a pesar de quejarse, incluso, de que eran ilegales).

Puede que quién más haya ganado, a pesar del mal resultado, sea Xavier Domènech, que ya no "tendrá que posicionarse en uno de los dos bloques". Él y su grupo, pueden comprarse un cartucho de palomitas y sentarse tranquilamente en el Parlament, a disfrutar del espectáculo, como si de un circo romano se tratara. Y cuando acaben las contiendas y se vuelva a elecciones (que se convocarán otra vez desde el 155, fijo), podrá presentarse limpio de polvo y paja, con su discurso intacto y plenamente vigente: el "voto útil" a uno de los dos bloques, se ha demostrado que es totalmente inútil.

Todos sabíamos que estas elecciones no iban a servir para nada, salvo el PP, no sé si ya les habrá quedado suficientemente claro.

Bueno, sí, han servido para ver que Cataluña no es tan progresista como dicen: los partidos de derechas, si se unieran, sumarían 74 escaños: mayoría absolutísima. Y eso sin contar con los escaños del PSOE, que a pesar de sus siglas, lleva décadas haciendo políticas de derechas.

Y muchas llevamos años diciendo que hay que superar el discurso "izquierda/derecha", no sé si eso también habrá quedado suficientemente claro.