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El Secesionismo catalán. Una explicación
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El Secesionismo catalán. Una explicación

Actualizado 10/10/2017
Miguel Ángel Perfecto

Existen diversas razones que explicarían el hecho de que una parte de la población catalanes quiera separarse de España después de compartir durante siglos una historia común. Me gustaría hacer un breve resumen de esa razones que nos pueden ayudar un poco a comprender mejor el gravísimo presente.

Primero, conviene señalar que, en contra de las afirmaciones nacionalistas, las Naciones son producto y creación del Estado y no existen desde siempre, eso explica por qué los diversos nacionalismos no aparecen hasta el siglo XIX impulsados por una ola romántica que mira a un pasado mítico e idealizado.

Después del Nacionalismo español Liberal que surge en Cádiz en 1812, aparecerán los nacionalismos periféricos gallego, catalán y vasco con el espíritu neorromántico del último tercio del Siglo XIX.

El nacionalismo catalán fue la obra de la Gran Burguesía catalana que lo inició atendiendo a la exigencia de proteccionismo para sus industrias y a la defensa de la lengua y cultura catalana, las razones económicas primaron sobre otras cuestiones. Este nacionalismo se extendió ya en el siglo XX hacia las clases medias urbanas y rurales, los menestrales y los payeses y se construye una concepción mítica de la Historia de Cataluña sobre la pérdida de las Libertades catalanas como consecuencia de la guerra de Sucesión a la Corona española de 1702-1715.

Además de esos mitos también se difunde la idea sobre la superioridad de Cataluña, industrial, trabajadora y europea frente a una España subdesarrollada, analfabeta y conservadora.

Desde el principio han estado presentes tres cuestiones, la superioridad catalana respecto a España, el victimismo y la exigencia de apoyo a la industria catalana. Como alternativa para el encaje de Cataluña dentro de España planteaban una solución Confederal a imitación del Imperio Austro-Húngaro del siglo XIX porque el nacionalismo catalán burgués nunca fue federalista.

A nivel social, este nacionalismo era profundamente conservador y de derechas enfrentándose con el movimiento obrero anarquista y apoyando regímenes dictatoriales como la Dictadura de Primo de Rivera en 1923 y más tarde la del propio Franco. Frente a él existió tambien pero sin tanta fuerza un nacionalismo de izquierdas federalista y en la Segunda República una Izquierda independentista(ERC). En la Transición democrática preocupó el encaje de Cataluña y el País Vasco dentro de España y esa fue una de las razones para inventar el modelo autonómico español, muy influido por el sistema federal alemán. Ahora bien, el título VIII de la Constitución sobre las Autonomías adolece de múltiples problemas y confusos términos que han ocasionado tanto la creación de más autonomías de las previstas inicialmente, todas las uniprovinciales por ejemplo, como un cierto vaciamiento de las competencias exclusivas del Estado puesto que por cuestiones electorales unos partidos y otros hayan cedido muchas competencias estatales a las comunidades autónomas. A pesar de todo, el sistema de Autonomías con una amplísima descentralización ha funcionado razonablemente bien con un problema muy serio la pretensión de las Comunidades con lengua propia de construir un relato histórico frente a España apoyándose y abusando de su control sobre la enseñanza y los medios de comunicación regionales.

Se han agudizado artificialmente las diferencias entre los pueblos y regiones de España y como consecuencia el victimismo nacionalista se ha extendido a todas las capas de la población de esas Comunidades con lengua propia. Se difunde el mito de los vagos andaluces y extremeños frente a la laboriosidad catalana o vasca, que el dinero de Cataluña solo sirve para que vivan las demás comunidades, de ahí el eslogan España Nos Roba, como si en España cotizaran los territorios en vez de los ciudadanos que son los que pagan los impuestos en toda España sin diferencias, y al mismo tiempo se subrayan las carencias que tiene Cataluña achándolo siempre al Gobierno Central.

La última parte de esta explicación tiene que ver con dos cuestiones, la pretensión de los políticos catalanes de conseguir una confederación con España o al menos la independencia económica vía modelo vasco y por otra parte, el efecto económico y político de la crisis económica de 2008 en adelante.

Una vez ampliada la base social del nacionalismo gracias a la inmersión lingüística, se propone una confederación de Naciones, cada una con su propia Soberanía, algo que se reflejó en el último Estatut de Autonomía que fue amputado solo 13 artículos de 232 por el Tribunal Constitucional porque según la Constitución de 1978 la Soberanía es indivisible y corresponde al conjunto del pueblo español.

El impacto de la decisión del Tribunal convenientemente aireado creó la idea de que Cataluña no era Libre y estaba sujeta casi como una colonia a España y en esta labor, las organizaciones sociales catalanistas ANC y Omnium cultural con el apoyo total del Gobierno catalán han sabido movilizar a la sociedad catalana mediante iniciativas como el Derecho a Decidir con votaciones en los Ayuntamientos y un relato sobre la necesidad de Ser Libres y acabar con el yugo español. Esta labor que se había iniciado a comienzos de este siglo fue dividiendo y erosionando la mayoría socialista en Cataluña que se fracturó entre nacionalistas y autonomistas y en este sentido el Tripartito de Pascual Maragall fue un desastre completo al dejar el campo libre al nacionalismo independentista.

La segunda cuestión fue igualmente importante, las consecuencias de la crisis y la debilidad de los Gobiernos centrales para reducirla crearon un Estado con pocas fuerzas para contrarrestar la utilización del Govern catalán de todo su poder para movilizar a la sociedad catalana contra España, la culpable de la crisis, mientras la Generalitat recortaba en sanidad y educación públicas, su discurso le echaba la culpa al Gobierno central, y como alternativa sugería la independencia de Cataluña que traería el progreso y las libertades suprimidas por el malvado Tribunal Constitucional.

Desde 2012 con la incapacidad e inacción del Gobierno central y los partidos políticos nacionales de derechas o de izquierdas y con la división de los socialistas catalanes la estrategia hacia la independencia ha seguido su curso hasta hoy con la ocupación de la calle primero y el desalojo de las Instituciones y el acosos de los No Independentistas acusados de anticatalanes. Solo espero que esta estrategia no tenga éxito por el bien de Cataluña y de España.

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