La energía que nos mueve

Dicen que Castilla y León es tierra de historia y de mucho pasado. Con algo de presente y con futuro incierto. Por delante, como parte integrante de un país y un continente occidental, son 3 los pilares que nos sustentan o nos posibilitan el futuro: sistema financiero, telecomunicaciones y energía.

Nuestro músculo financiero se ha puesto en manos de Andalucía cuando UNICAJA compró Caja España y Caja Duero. Se dio a Cataluña cuando se vendió a la Caixa Caja Burgos y el resto de lo que quedaba se metió al saco roto de Bankia. Nada queda que nos pueda dar servicio a inversiones, operaciones de riesgo y apoyo a la estrategia de desarrollo territorial. Ni para inversiones ni para la captación de fondos extranjeros. El flujo del dinero va bordeando nuestra comunidad.

Un país desarrollado es un país comunicado. Para que nuestros ciudadanos aprendan de las gentes del otro extremo del mundo, para que se pongan en marcha invenciones y aplicaciones útiles en nuestra tierra y que vengan de cualquier rincón del mundo. Para mantener a nuestros jóvenes despiertos y activos allí donde quieran establecerse, desde una capital, a una cabecera de comarca a el pueblo más despoblado y que ayudemos a mantenerlo. Una ventana permanente a enseñar y aprender.

Y lo más importante, la energía que nos mueve. Estamos en una tierra que ha sido permanentemente exportadora de energía y lo sigue siendo. Pasado, presente, pero futuro incierto. Al entierro indigno que le dio el ex ministro Soria al carbón, le ha seguido la noticia bomba del cierre de la nuclear Garoña. Con posibilidades de vida útil, se ha dejado a la deriva y con 2 nucleos poblacionales importantes tocados y hundidos: Burgos y León. Hasta el momento, ha habido un partido gobernante en Castilla y León que se había posicionado a favor de los intereses de sus ciudadanos. Un Partido Popular de Juan Vicente Herrera aferrado a sus gentes y el valor del patrimonio de su tierra. Defensor numantino de lo que nos queda. Sin embargo, la nueva hornada de políticos de Castilla y León deben posicionarse más claramente en la defensa de sus intereses. La energía que nos mueve pasa hoy día por hidráulica, eólica, solar y biomasa. Tenemos que crear un patrón claro de desarrollo de nuestra capacidad productora. Esto pasa claramente por pedir la anulación del veto al autoconsumo eléctrico puesto en marcha por el Gobierno y que la Unión Europea ha puesto en tela de juicio. Pedir claramente que nuestras explotaciones agrícolas, ganadera, industriales de primer orden y futuras con intención de implantarse, tengan energía limpia y a coste cero. Que nuestras pymes puedan abastecerse del mismo modo y que todo ello permita tener unos márgenes comerciales competitivos para estar en la lucha de los mercados internacionales.

La energía que está moviendo últimamente el electorado va por ahí, que no desatinen mucho nuestros políticos si no quieren verse fuera de la energía que tiene el poder del Gobierno.