Secuelas

El atentado de Barcelona ha ocurrido un año después del de Niza y ha sido perpetrado por el mismo procedimiento. Al horror de las penosas consecuencias físicas y sicológicas hay que sumar las reacciones de ciertos descerebrados. Podemos Vallekas colgó horas después de lo sucedido en Niza un tuit diciendo que había sido "un accidente de tráfico instrumentalizado mediáticamente para infundir miedo". Sobre la tragedia de Barcelona, sus hermanos ideológicos de la CUP hablan de "terrorismo fascista fruto del capitalismo". Quiero pensar que no saben lo que dicen ni lo que hacen. El terrorismo más activo en nuestros días es el yihadismo, que pretende aniquilar a los infieles, o sea a nosotros, a los que disfrutamos de libertad de creencias, expresión y comportamientos y asumimos la igualdad de los seres humanos ante la ley. Según las investigaciones policiales, la célula establecida en Cataluña planificaba una campaña de atentados mediante bombas y otros procedimientos más sofisticados que no conviene dar a conocer.

El otro brazo armado del desastre es la extrema izquierda, con la complicidad del retrosocialismo. La exacerbación de la Guerra Santa islámica responde muy probablemente a una estrategia del comunismo, que ya había encendido en el siglo veinte contra la civilización Occidental otros arsenales políticos e ideológicos: los agravios étnicos, los nacionalismos radicales y la propagación de las adicciones. En un artículo titulado "Raíz y meta del terrorismo" publicado en Bilbao el 20 de septiembre de 1972 dije que el terrorismo es uno de los agentes patógenos inoculados junto con la subversión y la degradación moral para debilitar a Occidente, y atribuí su provocación a una campaña del maoísmo comunista. Treinta años más tarde (en 2002) el director del Redwood Institute, el doctor Joseph D. Douglass Jr., uno de los principales investigadores sobre el tráfico de estupefacientes, hacía afirmaciones como estas: "Resulta duro para la población aceptar que el crimen organizado, el tráfico de drogas y el terrorismo son operaciones estatales rusas y chinas, y lo es sobre todo por la larga historia de silencio hacia los crímenes del comunismo por parte de los líderes de opinión políticos, mediáticos y académicos. [...] Los orígenes de los actuales terrorismo, tráfico de drogas y crimen organizado fueron diseñados por el antiguo alto dirigente comunista checo General Major Jan Sejna. Él era jefe del equipo del Ministro de Defensa y estuvo dentro de la planificación y ejecución del plan por parte de varios servicios de inteligencia comunistas, en especial la Unión Soviética y sus satélites de Europa del Este".

Los populismos bolivarianos y podemitas se llevan muy bien con los extremistas musulmanes porque comparten el objetivo de destruir nuestro sistema, y también la principal herramienta: el odio. Se repite ahora mismo en mil foros, pero no está de más el airearlo: ¿nos limitaremos a jeremíadas estériles? No soy de los que creen que "entre todos" podremos con ellos porque son demasiados frentes a los que atender, desde Pekín a Salamanca, pero sí tenemos a nuestro alcance oponer bolardos democráticos a sus objetivos de destrucción, y prevenir las secuelas de estas barbaridades simplemente no otorgando el voto local, autonómico y estatal a los indeseables extremistas.