De penas y alegrias
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No siempre la vida es justa, todos lo pudimos ver en los últimos Campeonatos del Mundo de Atletismo celebrados en Londres, fueron los últimos en los que participaba el irrepetible jamaicano Usain Bolt. Bolt fue derrotado en su prueba estrella los 100 metros y más tarde una inoportuna lesión le impidió finalizar el cuarto relevo en la carrera de 4x100. El jamaicano terminó su actuación tirado en el suelo con gestos de dolor, algo se había roto en su envidiable musculatura.
Usain Bolt puso fin a sus brillantes años en la élite mundial del deporte de la peor manera posible. Perdió su corona mundial, pero nadie podrá arrebatarle el honor de ser, hasta la fecha, el mejor atleta de todos los tiempos e imbatible desde las Olimpiadas de Pekín en 2008.
Como no podía ser de otra manera, la tragedia vivida en Londres por el jamaicano, recorrió todo el planeta cabalgado a lomos de las redes sociales. Acertado nombre porque estas redes nos tienen a todos atrapados sin remedio. Sólo Whatsapp ? de la familia Facebook ? cuenta con 1.300 millones de usuarios que hablan más de 60 idiomas e intercambian 65.000 millones de mensajes y 1.000 millones de videos. Cifras mareantes para aquellos que presenciamos el nacimiento de la televisión.
Por estas mismas redes seguro que también están corriendo mensajes, fotografías y videos sobre las fiestaque se celebran estos días a lo largo y ancho de nuestro país. Multitud de fiestas que en pueblos, olvidados durante la mayor parte del año, pero que rebosan vida por todos sus poros a mediados del mes de agosto cuando residentes, familiares y curiosos regresan para, por unos pocos días, abarrotar bares, restaurantes, terrazas, piscinas naturales y parajes cercanos.
Si algunos de ustedes esta en unos de esos pueblos en fiestas pues pásenlo bien disfruten, diviértanse porque en un abrir y cerrar de ojos la rutina volverá a apoderarse de nuestras vidas. Sean felices y recuerden lo que decía el gran Borges: He sospechado algunas veces que la única cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por sí sola.
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