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Estamos en verano y, el turismo es muy frecuente en nuestro país porque somos una potencia mundial. Entre los primeros como destino turístico mundial. Aunque la mayor parte de los visitantes internacionales que vienen a nuestro país, lo hacen por ocio y/o cultura, por lo que no pueden considerarse como turistas sanitarios. Cuando el viaje a otro país tiene como objetivo principal recibir un servicio de asistencia sanitaria, generalmente relacionado con un tratamiento complejo o quirúrgico, se trata de turismo sanitario. Afortunadamente este tipo no es muy frecuente; pero ha existido y existe porque tenemos un buen sistema sanitario, uno de los mejores de mundo; que ofrece muchas facilidades en el acceso al mismo y, por su amplia y avanzada cartera de servicios y prestaciones.

Este fenómeno hay que tenerlo presente y estar vigilantes en los controles y los costes, porque somos una potencia turística mundial y, porque disfrutamos de un Sistema Nacional de Salud generoso como muy pocos, en relación con sus facilidades de accesibilidad y, porque ha existido la cultura predomínate en los gestores de mira para otro lado y, en consecuencia ha sido fácil enmascarar lo sanitario con el ocio por los amplios periodos vacacionales que ofrece nuestro clima.

El Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud señala que la cifra de extranjeros tratados en hospitales españoles va en aumento y que el perfil de los mismos suele ser de pacientes mayores a 50 años que antes han viajado previamente a España por otros motivos.

En la Unión Europea existen directivas de aplicación en España, como la Directiva 2011/24/UE del Parlamento Europeo y del Consejo relacionada con los Derechos de los pacientes en la asistencia sanitaria transfronteriza, obligando a prestar servicios y prestaciones en las mismas condiciones que a los asegurados del país de destino. También prevé un reembolso entre las instituciones para liquidar los gastos ocasionados; pero existen causas que impiden este reembolso de costes como son: la falta de control de los asegurados extranjeros con cobertura, fallos en los sistemas de cobros a los británicos , que no pasará ahora ante el Brexit. Y por último, lo de siempre en la Sanidad española, su mal endémico, la falta de información, coordinación y colaboración entre las diversas Comunidades Autónomas.

Este fenómeno ha supuesto muchos costes que no han sido reembolsados, sobretodo en épocas pasadas, por causa de falta de profesionalidad en la Gestión y Admiración Sanitaria de las diversas Comunidades Autónomas. Aunque, debido al problema de la financiación actual, el tema está cambiando tanto, que hasta a los ciudadanos españoles van a tener que hacer turismo sanitario en su propio país, dado que empiezan a tener problemas para justificar que sean atendidos en otras Comunidades Autónomas diferentes a la suya.

En mi opinión y, siendo consciente que el turismo es una fuente de ingresos para nuestro país y, uno de los principales motores de nuestra economía. El turismo sanitario puede constituirse una oportunidad como fuente de ingresos siempre que sus ingresos sirvan para mejorar sus recursos e incentivar su Calidad; pero para eso debe existir más vigilancia y más rigor en el control del mismo asociada a una mayor profesionalidad y efectividad en la Gestión y Administración Sanitaria.

JAMCA