¿Justicia ciega?

Hace unos días, mi nieto Izan de 10 años me llamó por teléfono un poco agobiado.

• Abuelo tengo que presentar mañana una redacción sobre la Justicia y no se me ocurre nada. Como en otras ocasiones, dado que a ambos nos gusta la mitología y en especial la griega, le sugerí que pensara en la diosa Temis y la hiciera protagonista de alguna historia. Pasados algunos días, me leyó lo que había escrito y lo cierto es que le quedó muy bien.

Dar a cada quien lo suyo, así definía la justicia Ulpiano el jurista romano de origen fenicio, definición compartida por Aristóteles, Platón y Santo Tomás de Aquino, entre otros. Quien hace lo que las leyes mandan cumple, en principio, con dar a cada uno lo suyo, pero legalidad, equidad y justicia en ocasiones no van de la mano.

Recuerdo que una película de principios de los años 80 trataba este tema. En resumen se trataba de que un reducido grupo de jueces cansados de la aplicación estricta de las leyes por las que se veían obligados a dejar en libertad en ocasiones a muchos y peligrosos delincuentes, y decide realizar juicios paralelos ejecutando sus particulares veredictos al margen de la ley[i].

Cumplir los contratos, respetar los pactos, reconocer el estado de derecho, de eso va lo de dar a cada uno lo suyo, lo de ser justo eso sugería a todos Temis, la del 'buen consejo', la hija de Urano y Gea, la encarnación del orden divino, de las leyes y las costumbres, por eso los jueces eran a menudo llamados 'sirvientes de Temis'.

Desde tiempos romanos, la Justicia (Iustitia en su panteón heredado de Grecia) ha sido frecuentemente representada con los ojos vendados y portando una balanza y una espada. Sus imposibilidad de ver quieren representar la imparcialidad, la balanza simboliza la objetividad de los argumentos que ante ella se presentan tanto en contra o a favor y la espada su la capacidad para imponer las sentencias dictadas.

Lo decente es que ante la justicia, todos seamos iguales, las pruebas sean objetivas y los fallos se ejecuten (aunque llamar así a la decisión de un juez se me hace un poco extraño); pero muchos lo ponen hoy en duda a la vista de ciertos acontecimientos recientes, por lo que pudiera parecernos que, como decían en la película citada la justicia se haya perdido entre los reglones de las leyes. ¿Será que ciertos "poderes" han arrebatado a Temis la venda de sus ojos, su balanza y su espada?

No es justo que quienes no dispongan de suficientes recursos para encomendar su defensa a un costoso bufete de abogados, deban cumplir sus condenas mientras tanto "chorizos de cuello alto" andan por la calle. No, no es justo que se invoque el nombre algún dios para asesinar a las personas. Tampoco lo es que altos ejecutivos de la bancas se jubilen con indemnizaciones o pensiones millonarias habiendo asaltado y rapiñado sin piedad las cuentas corrientes de sus clientes. No es justo que se amenace con recortar los Derechos Humanos a cambio del lograr el imposible objetivo de garantizar nuestra seguridad frente a la violencia terrorista. No es justo, que mientras ciertas sociedades de la opulencia se preocupan por dietas milagrosas para lucir palmito durante el verano y hacer divertidas sus comidas, millones de personas deban realizar milagros cada día para no morir de hambre. No es justo que personajes públicos, en ciertos casos ocupando cargos relacionados con la justicias, admitan que su conducta puede no ser moral pero es legal. Sin duda olvidan que "Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa" como afirmó con acierto el filósofo francés Montesquieu.

No, nada de esto es justo. ¿Tendré que decirle a mi nieto que la diosa Temis ha sido expulsada del monte Olimpo? ¿Tendré que aceptar sin más las palabras de Eduardo Galeano cuando con su siempre impertinente ironía y acierto afirmaba que la justicia es como las serpientes, que sólo muerde a los descalzos?

Cuándo a Aristóteles de preguntaban sus alumnos cómo podían llegar a ser hombres justos, él contestaba: Realizando actos de justicia. Yo seguiré intentando creer en la justicia y a mi nieto, trataré de darle argumentos para que también lo haga, así tal vez pueda devolverle a Temis su balanza, su espada y colocar la venda de ojos, atributos de los que nunca debió verse despojada.