Francia. Las elecciones más importantes para todos los Europeos

El Domingo pasado hemos asistido a unas elecciones presidenciales en Francia decisivas para la mayor parte de los Europeos, sean o no franceses. Se trataba de despejar la incógnita sobre si el populismo de la Derecha Radical era capaz de conseguir la Presidencia de Francia o si la derecha gaullista de François Fillon iba a resistir los escándalos de corrupción que han golpeado su candidatura. Por lo demás, estaba descontado el hundimiento del Partido Socialista liderado por un perfecto desconocido al que habían abandonado socialistas de peso como el exprimer ministro Manuel Valls.

El análisis de los resultados electorales ha revelado unas cuantas cosas, en primer lugar, el voto masivo de los franceses se ha repartido casi proporcionalmente entre cuatro candidatos, Macron, 23,5%, exministro de Economía de Hollande, del movimiento En Marche que representaba la opción moderada social-liberal ante el resquebrajamiento del sistema político de la Quinta República. Marine Le Pen, 21,4%, la líder del Frente Nacional de Derecha Radical que ha ido creciendo a partir del voto comunista y de descontento de los golpeados por la crisis económica y la globalización. François Fillon, 19,9%, el representante típico de la Derecha Dura tradicional y católica al frente del partido Los Republicanos, el antiguo Gaullismo, y finalmente, Jean Luc Melenchon, 19,6%, el representante del populismo de izquierdas que aúna parte del voto socialista, comunista y antisistema. Muy descolgado quedó el candidato socialista Hamon que obtuvo solo el 6,4% de los votos.

En segundo lugar, las elecciones han demostrado el descontento de los franceses con los partidos clásicos de la Derecha y de la Izquierda y con el propio funcionamiento del Estado francés en decadencia tanto por lo que se refiere al liderazgo europeo, como por el propio mantenimiento futuro del Estado de Bienestar en un país con más de siete millones de parados y casi un 25% de paro juvenil. Un país necesitado de reformas urgentes en la administración del Estado que frene la sensación de crisis y decadencia y de optimismo a los franceses sobre su futuro.

El descontento de los franceses ha llevado a votar a un casi desconocido Emmanuel Macron, forjado por el Hollandismo, pero ajeno a las luchas de los viejos partidos y a la candidata antisistema Marine Le Pen que aunque no ha sido la primera ha conseguido un resultado más que excelente a costa del voto del descontento de los grupos sociales más pobres de Francia.

En tercer lugar, se constata el desconcierto del Socialismo francés, un fenómeno igual al que sucede en el resto de Europa. Una gran parte del voto socialista ha nutrido la candidatura de Melenchon.

La Socialdemocracia ha dejado de ser, hoy por hoy, una alternativa de Gobierno frente a la Derecha en toda Europa y se muestra débil e incapaz, sin alternativas reformistas a la crisis político-social y económica que padece Europa.

En cuarto lugar, los resultados dejan adivinar serios problemas de Gobernabilidad en Francia, tanto si en la segunda vuelta electoral gana el independiente Macron, como si gana Marine Le Pen, por razones bien distintas. Hasta ahora, ningún candidato a la Presidencia de Francia había sido independiente, sin un partido organizado detrás. Macron no tiene realmente un partido, solo un movimiento electoral y se va a enfrentar a elecciones para la Asamblea Nacional sin contar con una maquinaria partidaria propia, con lo que sus expectativas en las elecciones parlamentarias no son muy brillantes. Un presidente de la República sin control de la Asamblea Nacional está obligado a la cohabitación con la fuerza ganadora. Respecto al posible triunfo de Marine Le Pen, el resultado sería diferente al anterior, entonces sería la muerte definitiva de la Quinta República y posiblemente el inicio del fin de la Unión Europea, dadas las posiciones nacionalistas y antieuropeas de Le Pen.

Una última constatación, los franceses han ido conociendo los resultados electorales oficiales después que los ciudadanos españoles. En los medios de comunicación franceses, y es clara la responsabilidad del Ministerio del Interior francés, han tardado horas en sacar los resultados oficiales y todavía a las 03 horas de la madrugada del 24 de abril solo se conocía el resultado oficial al 97% escrutado, en España estamos acostumbrados a conocer el 100% de los resultados electorales como muy tarde a las 11,30 horas de la noche, sino alguien hablaría de pucherazo.