Camareros de Europa

Marcharse fuera ya no a trabajar, sino a adquirir experiencia. Es el signo de los tiempos, se van los más dotados y uno se piensa si no se quedan aquí aquellos que, peor preparados, van a ser los camareros de nuestra futura España del turismo. Ese que huye de los lugares peligrosos y se viene a la piel de toro, que resulta exótica y tranquila a la vez. Ahí donde la gente es amable y la vida relativamente barata bajo un sol normalmente benigno. Sí, lo nuestro va a ser el turismo puro y duro que quisieran moderar gentes como Colau mandando no construir más hoteles en ese centro ya agónico de Barcelona. Mientras, a su compañera de fatigas consistoriales en Madrid la come la basura y le sale una crítica de peso. Si Nuria Espert reconoce que ha votado a Carmena y que esta tiene una concejal de cultura que no sabe ni leer, es para echarse a temblar. De todas formas, una cosa es predicar y otra dar trigo. A todos se nos llena la boca con lo que haríamos, pero eso sí, una vez en el cargo entre unas cosas y otras nos damos cuenta de que es más difícil de lo que parece. Menos para Trump, el presidente más rápido que ha visto la historia. En una semana ya ha puesto patas arriba el mundo y lo que le queda. En una semana ya nos sabemos la geografía de la frontera con México y los que pensábamos que todo eran bravatas de campaña electoral ahora nos comemos los mocos. Yo de adivina ya nada de nada.

Pero una cosa sí he adivinado. Y es que Pedro Sánchez poco podía hacer más que presentarse a la Secretaría del PSOE aunque no lo quieran los barones y sí las bases esas a las que nadie escucha. Va a convertirse en el candidato de los descamisados y sacará su pecho de víctima con altavoz barato y parando a comer en bares de carretera donde se hará selfies con el personal. No le falta valor, lo reconozco, pero le sobran enemigos, esos que se sientan con las eléctricas a hablar de alta política mientras nosotros apagamos las luces y los más desfavorecidos tiran de vela. La cosa está complicada en el patio socialista y aún más en la azotea de Podemos, donde es fácil jugar al pim pam púm con un tipo como Errejón que tiene más razón que un santo. Pero toserle a Susana o a Iglesias no es para el común de los mortales, tienen más bula que Rajoy al que se escapa una predicción meteorológica y encima, acierta. La cosa está tan embarullada que no ganamos para debates en la Sexta, claro que al lo que le preocupa es pagar el recibo de la luz, que va a venir calentito, y desear que si se te va un hijo, sea a Alemania que está cerca y no a Australia. Ya ven, cambian las preocupaciones aunque sean las de siempre: sobrevivir y que nuestros retoños vivan mejor que nosotros, o al menos, igual que vivíamos antes, sin respirar hondo cuando nos llega el recibo de la luz. Yo creía que eso era cosa de las obras de teatro de Buero Vallejo, que empieza así su magistral historia de una escalera pobre con bombillas de posguerra? pero ya ven, a veces hasta uno tiene la suerte de que le contraten de camarero.

Charo Alonso

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez.