Viernes, 29 de marzo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
La Transición y mi generación
X

La Transición y mi generación

Actualizado 19/01/2017
Gustavo Hernández Sánchez

Sobre el asesinato del salmantino Serafín Holgado [Ya puedes seguirnos en twitter: @gecagramsci y @CorneliusJojoy]

El 24 de enero de 1977, 5 abogados laboralistas de CC.OO y militantes del PCE fueron asesinados en Atocha, uno de ellos, Serafín Holgado, era salmantino. Este sábado, como cada año, se celebra un acto-homenaje en el cementerio municipal a partir de las 12:00 horas.

La Transición y mi generación | Imagen 1

Mis profesores y profesoras en la Facultad me dijeron que la Transición fue modélica. En un contexto muy complejo, poco menos que todo el país se puso de acuerdo en torno a la figura del rey, Suárez y otros pocos y decidieron caminar hacia un "sistema democrático" que hizo entrar a España en la "normalidad" de las democracias occidentales. A ellos -en masculino- debemos de agradecer lo que somos hoy (¡Al fin éramos europeos y europeas!). El asesinato de Serafín sería algo premonitorio, una señal de que ese pacto era lo mejor a lo que se podía llegar para evitar mayores sufrimientos.

Pero como hoy mi generación tenemos poco, poco trabajo y poca democracia -y la Unión Europea se desintegra progresiva e irremediablemente -junto con nuestras seguridades de un futuro mejor, pues empezamos a no creerlos, a cuestionar el pasado de manera crítica. Empezamos a ver la Transición como una "fábrica de embelecos"... se nos hacían necesarias otras explicaciones, esas que hagan que nuestra situación actual, con un paro juvenil alto en la provincia y la perspectiva del exilio económico como única salida, esto es, emigrar como hicieron nuestros abuelos y nuestras abuelas, cobrase sentido. Se nos hacía necesario un relato diferente sobre lo que sucedió durante esos años.

Mis camaradas del PCE lo ven más claro, se quejan del engaño que supuso ese pacto para permitir, finalmente, a las élites de poder del franquismo seguir manejando los destinos del país. Y no les falta razón, visto lo visto. Carrillo y otros dirigentes de entonces habrían estado en el ajo de todo aquello, traicionando la memoria de compañeros como Serafín y la confianza que en sus dirigentes habían depositado sus camaradas. Hablan de él como un héroe que entregó su vida en pos de un mundo mejor. Debemos imitar su ejemplo. Hoy es necesaria una ruptura democrática, aquella que crímenes como los de Atocha evitó... Pero yo pienso en Portugal, donde sí que hubo una ruptura con la dictadura de Salazar y veo que al final han ido a tropezar con la misma piedra: el maldito capitalismo, esa hidra de mil cabezas, parece ganarnos la partida siempre. Debemos re-pensar nuestra historia, adaptarnos a los nuevos contextos.

Los compañeros y compañeras de Comisiones Obreras, en cambio, ya no lo ven tan claro, es decir, se distancian de la visión del PCE y con el paso de los años basculan hacia la primera versión, que podríamos denominar como la "Memoria del poder" -¿tal vez porque cada vez formen más parte de esa Historia, quiero decir, de ese poder?; después de todo, el asesinato de los abogados laboralistas contribuyó de manera ejemplar al afianzamiento de nuestro "sistema democrático", a pesar de sus imperfecciones, y en el que muchas personas como Serafín, sin duda, seguirían tratando de evitar los abusos del poder. Reclaman, junto con los medios de comunicación -los cuales vienen atiborrándonos durante toda esta semana con reflexiones que refuerzan esta visión- una izquierda de orden. ¿Se trata en realidad de un mensaje sobre el pasado o de un mensaje sobre el presente? Olvidan que luchar por los menos poderosos y por las menos poderosas significa estar con ellos y con ellas, es decir, abajo y a la izquierda, y no con los poderosos, ni tan siquiera cerca de ellos, aunque corramos el riesgo de no salir en la foto. Desde tan alto se pierde la perspectiva y hasta algunos creen -yo personalmente lo creo- que se les nubla el juicio. Su explicación también se ha convertido en Memoria del poder, ese poder que comparten y defienden desde hace tiempo.

Por otro lado, mucha gente en Podemos -me atrevería a afirmar que todos y todas- le respetan -a Serafín-, y con él a la tradición (o "cultura política") que representa el PCE, pero nos acusan de no haber sabido gestionar el descontento en un momento crucial ¿acusan a nuestra generación o a la de la Transición?-aquí el relato del pasado comienza a confundirse con el presente, o quizá siempre lo haga-. También nos acusan de traicionar de algún modo los deseos del "pueblo" y convertirnos en un partido del "establishment" (o "casta" o qué se yo) o un resquicio marginal de la izquierda, lo que supuso que poco a poco el PSOE fuese ocupando el espacio de la izquierda hacia lo que tenemos hoy: un gobierno de corruptos, una alianza del capital contra la clase trabajadora (aunque no empleen este término) representada en los partidos PP-PSOE y su apéndice (Ciudadanos) quienes, no casualmente, pretenden constantemente atribuirse "el espíritu de la transición". ¿Es solamente el PCE responsable de todo esto? Da igual, ahora es su momento, debemos echarnos a un lado. Olvidan que sin nosotros y nosotras están echando a un lado a buena parte de la historia reciente de España, para bien y para mal.

Historiadores excelentes como Juan Andrade (en su obra El PCE y el PSOE en la Transición, editada por Siglo XXI) no lo tienen tan claro. Agarran los archivos y estudian "empíricamente" qué pasó. Consideran que la estrategia del PCE muchas veces respondía a las "relaciones de poder" que se establecen entre sus filas, pero más en la dirección que entre las bases (dimensión simbólica del mismo que es la gran asignatura pendiente de la izquierda materialista -incluso en la actualidad- así como fuente de muchos de sus fracasos, tanto del pasado como del presente). Esas relaciones de poder en realidad fueron auténticas luchas de poder que hoy recordamos a través de lo que nos cuentan nuestros padres y nuestras madres (la historia oral y la Memoria también permiten conocer el pasado), no sin cierto sentimiento de fracaso -vamos, que se produjo una auténtica carnicería de la que quedaron no los más pertinentes, sino, muchas veces, los más perros, los de las "tarjetas black" (pues los y las oportunistas siempre abandonan el barco a la más mínima oportunidad y se pasaron a las filas del PSOE) y muchas otras personas resignadas, aquellos y aquellas que nunca renunciaron a seguir definiéndose como comunistas. Tomen nota quienes se atreven a hacer aseveraciones ligeras sobre la historia del PCE mientras afilan sus cuchillos en un nuevo enfrentamiento al que no hace falta poner nombre ni apellidos, haciendo que se repita la más triste historia de la izquierda, una vez más.

Finalmente, los amigos de mi padre, trabajadores todos, tomando unas cañas estas navidades, lo tenían todo bastante más claro, su relato era más sencillo, vamos, que se hacían menos "pajas mentales". Afirmaban que, mientras la izquierda se vuelve a despedazar en público -haciendo un ruido que tiene ecos de un pasado demasiado cercano-, la derecha jamás duda y hace su trabajo, silenciosa pero implacable -como siempre ha hecho "desde tiempos de la guerra", o como en los tiempos de "Paco" y de Fraga, quien, ya lo decía "el muy hijoputa", dejó "todo bien atado". Asesinatos a sangre fría como el de Serafín son el triste recuerdo de una historia llena de luces y de sombras, pero en la que casi siempre pierden los buenos y ganan los malos. Los datos ofrecidos esta semana por Intermon Oxfam en nuestro país, mientras la gente se muere de frío y de hambre, son escandalosos. Su análisis tal vez no sea tan refinado, pero sin duda da en el clavo.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...