Emprendimiento e Innovación ¿vender humo?

El I+D+i sigue sin ser una prioridad en España, y más en nuestra Región. Los datos oficiales, divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), evidencian que las inversiones públicas y privadas en investigación y desarrollo no mejoran a pesar de la recuperación económica, tan celebrada por el Gobierno del PP. Y según datos de la UE, España sigue en el furgón de cola de los países europeos en lo que a Innovación se refiere. Y a esto debemos sumar el otro gran problema de la descapitalización de la I+D española en cuanto a los recursos humanos. Este es un fenómeno que se ha incrementado como consecuencia de la crisis y los recortes presupuestarios.

Desde hace varios años se nos inculca machaconamente que "el software marcará la nueva revolución industrial". Y por eso proliferan exageradamente las inversiones privadas y públicas para I+D+i de las startups de base tecnológica en detrimento de otras.

Sin ir más lejos, en Salamanca, en la Universidad, se ha celebrado la cumbre tecnológica Global I+T, que dice que apuesta por el emprendimiento, la innovación y la transferencia. Pero más allá de "venderse publicitariamente" y hacer marketing ante los posibles inversores, patrocinadores y entidades públicas, qué hay detrás y qué queda de esas "bonanzas" emprendedoras en un futuro próximo.

Desgraciadamente desde el Ayuntamiento salmantino del PP y desde instituciones empresariales, con el imperdonable beneplácito y la silenciosa anuencia de la Consejería de Economía de la Junta de C y L, destruyeron espacios de innovación, investigación y creatividad, que servían para el desarrollo y riqueza de pequeñas empresas de jóvenes emprendedores. Sobre las cenizas del CIG de Salamanca (Centro de Innovación Gastronómica), de "Tierra Coworking" y del viejo vivero de emprendimiento de C. Rodrigo (cerrados de forma canalla, con subterfugio, alevosía, nocturnidad y quizás ilegalidad), montan otros tinglados para favorecer a su "amiguetes" como la EOI (Escuela de Organización Industrial).

A veces ese supuesto amparo de las instituciones a los coworkings y a los jóvenes autónomos emprendedores, y al I+D+i, es un paraguas no tanto protector. O sea, un camelo para incentivar otras iniciativas empresariales más oscuras y con derecho a prebendas. Cacarean mucho, prometen demasiado hipócritamente, de cara a las elecciones; pero a la hora de la verdad, cuando llegan los problemas o la crisis, dejan tirados a muchos pequeños empresarios, jóvenes investigadores e innovadores, sobre todo.

Si con estas acciones e inversiones se fomenta solo el espíritu emprendedor personal, y no una red fuerte de empresas industriales en la Región, eso es pan para hoy, hambre para mañana. La Junta concedió una subvención directa de tres millones de euros a cuatro centros tecnológicos de C y L, para financiar la realización de proyectos I+D, de esa índole. Patrocinan mucho lanzaderas, incubadoras, aceleradoras, a su personal administrativo, a funcionarios, dietas de jornadas y congresos, algunas infraestructuras tecnológicas, pero poco para Innovación y en contratos de jóvenes investigadores y para ayudas fiscales a los emprendedores, que siguen en precario.

Muchos gurús del emprendimiento, pagados por los poderes financieros, han predicado sobre la prosperidad de ser uno mismo el jefe de su propia empresa. Y así se han "cargado" el tejido de trabajadores industriales de nuestra Región. Existen muchas sombras de la burbuja de las startups, y entre los jóvenes ya se ven con gran recelo y por su escasa trasparencia y rentabilidad.

Y ya sabemos qué pasa con el "romanticismo" de las startups (una de cada diez, sale a flote; lo demás solo es llevarnos a la ruina y a la melancolía, a medio y largo plazo).

El consejero, el director general de universidades y el secretario general de la Consejería de Educación, nos marean, ahora, con esa oscura y enrevesada RIS3 de C y L (Estrategia Regional de Investigación e Innovación Inteligente de Castilla León 2014-20). Según ellos parece que es la panacea que nos va a llenar la región, nuestros campus, de riqueza y prosperidad. Pero muy a pesar de esos cánticos de sirena de las inversiones institucionales en apoyo del I+D+i, las cifras oficiales son tozudas. Hay un frenazo inversor que ralentiza la economía. Y esta incertidumbre económica frena también el impuso emprendedor.

Aquí, en nuestra comunidad, seguimos por debajo de la media de la inversión nacional en I+D. Estamos muy lejos aún del objetivo del gasto del 2% del PIB en I+D. El gasto de la Junta es insuficiente y así llevamos años. Lo otro es reparto de migajas entre amigos, leales a su ideología y finanzas, empresas y universidades, que ya sabemos a dónde van.

Hay un olvido, fundamentalmente, hacia las empresas socioculturales y agroalimentarias de nuestra Región (y en Salamanca aún más), de tanta importancia patrimonial y gastronómica. Se favorecen más las tecnológicas y biosanitarias, y en estas, el desplome actual del I+D+i es alarmante. O sea, ni chicha ni limoná, solo vender "humo" con mucho fuego de artificio.