Trilogía del odio

"Fobia a los extranjeros". A sí de simple define la RAE esta realidad. Miedo. Se trata de algo invisible pero muy presente. Un problema que tal vez pocas situaciones nos haga confrontar. Los medios de comunicación no dejan de alimentarlo para justificar desigualdades estructurales, desigualdades globales. Se utiliza para enviar tropas de ejércitos occidentales a Oriente Medio y otros lugares del mundo, para justificar que existan ciudadanías de primera y ciudadanías de segunda, para distinguir sujetos que se atienen a distintos derechos y que perpetúan la desigualdad entre los seres humanos (por ley). Puede llevar a personas a Centros de Internamiento para Extranjeros (CIEs), que en realidad son cárceles/campos de concentración, por el simple hecho de haber nacido en un lugar específico. Eso es lo que sucede cuando ese miedo nos envuelve.

Pero... ¿Qué sucede cuando ese miedo nos ataca? ¿Qué sucede cuando descubrimos que en otros lugares de Europa o de las islas británicas o de los Estados Unidos somos "gentes del sur"? Gentes más oscuras, más achaparradas... "Spaniards" o "Hispanos" que venimos a quitarles el trabajo, a robarles los "benefits", el "Medicare", a aprovecharnos de su sistema de bienestar y de su situación privilegiada dentro de una economía globalizada. Nos damos cuenta entonces de cómo algo tan intrascendente como nuestro color de piel o nuestro lugar de origen es capaz de marcar diferencias cruciales para nuestras vidas. Diferencias entre encontrar un mejor o un peor trabajo -que no tiene que ver con tus capacidades sino con tu color de piel-, vivir en un barrio o en otro, tener acceso a unas relaciones, a unos determinados recursos o una forma de vida específica.

El discurso del miedo y los efectos de la crisis nos han cogido con la guardia baja. La clase obrera de cada Estado opta por enfrentarse a sus semejantes en lugar de enfrentar el poder que les oprime. El poder sí es internacional, es global, solidario... Ataca con un mismo puño por todo el globo. Nuestra actitud es cobarde. Optamos por replegarnos al miedo en lugar de rebelarnos contra él. La izquierda no sabe dar una respuesta y mira perpleja mientras esta "fobia" gana terreno, abonando el terreno para desgracias futuras. Fascismo. Qué corta es la memoria de los europeos y de las europeas.