Reclamaciones al maestro armero ¡No!

Existe tal grado de incertidumbre que, a pesar de lo que está en juego, uno acaba pidiendo que acabe la inquietud cuanto antes. Han transcurrido más de dos meses desde el 20-D y seguimos "en funciones". Ese ralentí, sin embargo, es de puertas para dentro, porque desde el exterior ya llegan demasiadas insinuaciones, con guante blanco, pero con toda claridad, para averiguar si lo que se está cociendo en España se parece en algo a lo que se comenta en los medios de comunicación. Es lo mismo que sucede cuando un verdadero amigo sabe que vas a tomar una decisión equivocada y, con toda sinceridad, te dice: ¿pero te has parado a pensar dónde vas a meterte?

Comentábamos la semana pasada que, como sucede con el agua y el aceite, hay partidos políticos con ideas tan opuestas que debería ser impensable verlos unir programas en aras y gobernar, sin tener que ponerse los muebles en la calle. El problema surge cuando alguien ha hecho unos cálculos equivocados y, para alcanzar el poder, no tiene más remedio que pasar por encima de sus ideales, cerrar los ojos - y los oídos- tirar por la calle de en medio y aliarse con quien haga falta para llegar a "tocar pelo". Como la aritmética es muy tozuda, los cálculos son inamovibles y, cuando faltan votos, no hay forma de falsificar las notas y se cosecha en consabido suspenso. Querer solucionarlo saltándose a la torera las más elementales reglas de cualquier democracia arraigada es despreciar a los votantes. El pacto de legislatura firmado por PSOE y C´s ha sido un primer intento de desatascar la situación actual. Vana tentativa por doble motivo. En primer lugar porque los partidos que ya han manifestado su intención de votar en contra forman una mayoría aplastante. Además, las condiciones que exige C´s suponen reformas en la Constitución y, en el Senado, el PP dispone de más votos que todo el resto de partidos.

Puestos a mezclar las churras con las merinas, nadie puede aventurar que, si fracasa el primer intento de investir como Presidente del Gobierno a Pedro Sánchez el Breve, los tiros se vuelvan contra las escopetas, y los que ahora se rasgan las vestiduras por sentirse ninguneados, vuelvan a hacer cama redonda con quienes acaban de ponerles los cuernos. Como no hay mal que por bien no venga, ha quedado bien claro que las huestes podemitas no tienen buen perder. Cuando ya casi tenían vendida la piel del oso, los ministerios repartidos, los resortes del poder supuestamente amaestrados y una legión de familiares y amigos debidamente colocados, hete aquí que se han quedado sin pareja de baile, y lo primero que sale de su boca son improperios a diestro y siniestro ?nunca mejor dicho-. Pero, pasado el tsunami, no conviene dar una imagen de excesivo enfado y, por lo tanto, todo el mundo rebaja el nivel de reprimenda para dejar bien claro que, si hay posibilidad de llegar al poder, pelillos a la mar.

Esta encrucijada nos está pillando sin GPS. De todos los itinerarios que se nos ofrecen ignoramos cuál será el menos peligroso; cada vez nos queda menos gasolina y el motor se va calentando demasiado. Así las cosas, uno observa con preocupación la deriva de cada uno de los partidos que participan en este aquelarre. El PP, para no sufrir el mismo patinazo que ahora paraliza al PSOE, optó por quitarse de en medio; aunque no le importa desdecirse y, con las mismas perspectivas de antes, estar dispuesto a intentar ahora los pactos que antes eran inviables. El PSOE, vista la imposibilidad de crecer por su derecha, intentará hacerlo por la izquierda, salándose las líneas rojas que haga falta. Porque, una de dos, o hay un atajo para llegar al poder, o deberá olvidarse de las promesas hechas, y quedar bien con los suyos. Podemos no ha tenido reparos para enseñar las uñas y, haciendo gala de una doble cara, predica para los demás unas obligaciones que bordea para su gente. Los malos están todos en la "casta"; ellos son unos pobrecillos inocentes de quienes todo el mundo quiere abusar, y, además, les ponen trabas para poner en práctica esas medidas que solucionarían todos los problemas que nos aquejan. Vamos, que todavía no hemos querido enterarnos de los milagros conseguidos en Venezuela, Cuba, Corea de Norte, etc. Y, como en todos los lados cuecen habas, C´s , ese apéndice surgido de los "indignados" de PP y PSOE, que es capaz de camuflarse como el mejor camaleón; puede afirmar una cosa y la contraria en el mismo día. En una palabra, esto huele mal. O nos articulan una mayoría antinatural para investir al Sr. Sánchez, o continuamos con otra campaña electoral ? nada halagüeña-. En ambos casos, lo inmediato son negros nubarrones: más impuestos, menos inversión exterior, más recortes, más paro, más deuda, bajada de pensiones? Vamos, un oasis.

Yo creo que el sufrido español se merece unos políticos que piensen en él, que se bajen del machito y dejen de ponerse zancadillas. Y, como suelen ir a su bola, cuando les pidamos explicaciones, procuren no contestarnos con el consabido: "reclamaciones, al maestro armero". No jueguen con fuego, que podemos quemarnos todos.