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¿Existe la izquierda? ¿Quién puede gobernarnos?
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¿Existe la izquierda? ¿Quién puede gobernarnos?

Actualizado 27/02/2016
Matilde Garzón

Me lo he preguntado muchas veces y hoy me lo vuelvo a preguntar con más dudas que nunca. Izquierdas, progresistas, rojos, socialistas son diferentes etiquetas que han apellidado a grupos de personas con ideas más o menos afines. "Izquierdas" suele adjetivar a partidos y se opone a "derechas"; "rojo" fue una descalificación [Img #570816]franquista que podía llevar a la cárcel o a la muerte. "Ser de izquierdas" como "ser progre" fueron equivalentes durante y después de la Transición. Hoy muchos buscan con lupa la izquierda que perdieron, porque se asentaron en una cómoda vida; otros creen hallarla al calor de su grupo o partido que consideran "el mejor". Algunos piensan que "los inteligentes" son de izquierdas o que la "izquierda" en realidad ha muerto. No voy a reflexionar sobre un término hoy confuso cuyo origen procede de una simple localización histórica y utilizaré la palabra "progresismo" para referirme a un "modo de ser y actuar" que supera pero que debería ser la base de las distintas denominaciones citadas.

Etimológicamente "progresista" frente a "conservador" es la persona que marcha hacia adelante, que avanza. Implica dinamismo frente al que se paraliza en el pasado, preocupado en conservar lo que tiene, teme a los que él mismo ha empobrecido y se pertrecha contra ellos o intenta manipularlos o subyugarlos con el poder y la fuerza de su dinero.

Las preguntas que toda persona no contaminada se formula alguna vez: "¿Quién soy yo?, ¿para qué estoy aquí?, ¿qué es el mundo y qué relación tengo con él?, ¿quiénes son los otros y qué tienen que ver conmigo? sólo las responden los que son realmente humanos, inteligentes y honrados, valientes y generosos. No es inteligente la persona egoísta, cuya vida carece de perspectiva y gira sobre sí, como en burro de una noria; ni quién piensa que las fincas heredadas o la brillante carrera se deben a sus méritos y están para su servicio; vive convencido de que de que "siempre hubo ricos y pobres" y para mantener ese estatus que le favorece, se proclama "defensor del orden", un orden que no subvierta sus privilegios. En el colmo del egoísmo, aunque sea ateo, secuestra "religiones" para poner también las conciencias a su servicio. Para desgracia de la humanidad, los escuadrones del egoísmo, tantas veces cainita, se unen con facilidad, razonan con falsos silogismos, que para eso rebosan titularidades y acaban persuadiendo a las masas ignorantes de que disponen de la verdad y de las únicas soluciones para sus penurias. Saben sortear sus corrupciones y las cárceles se convierten para ellos en Hoteles de lujo.

Progresistas podemos ser todos, deberíamos ser todos si nos regimos por los principios de la propia conciencia y la mirada hacia nuestros semejantes, hermanos nuestros. ¡Cuántas veces vemos corrientes de solidaridad, de impresionante ternura entre personas que sufren exclusión, que no encuentran más que obstáculos en su caminar!. Recuerdo películas como "Amelie", "Le Havre"?en las que personas sin estudios, que mastican la pobreza actúan con una prodigiosa inteligencia y ternura que bebe de la vida y arranca del corazón.

Son inteligentes progresistas los que quizá han mamado la bondad o el dolor en su familia, quizá han estudiado y agradecido la oportunidad que otros no tuvieron y por ello, han escudriñado la vida, han taladrado sus injusticias y desigualdades y escuchado los gritos de rebeldía de los pobres, de los trabajadores injustamente tratados. Se ha rebelado contra la bestia feroz, apocalíptica de la desigualdad que divide a las personas, muy pocas inmensamente ricas, despiadadas, causantes de las crisis inacabables, convertidos en "brutos animales", "que tienen ojos y no ven, oídos y no oyen" a millones de personas que caminan entre muertes, hambrunas y enfermedades, por causa de guerras que ellos provocan.

El "progresista tienen abiertas las antenas, admira y se asombra ante la belleza de un amanecer o una puesta de sol; se inclina ante una margarita silvestre o una brizna de hierba, busca respuestas y sentido en la naturaleza que respeta y ama, sabe leer la historia con verdad; trabaja en el presente para un futuro mejor; ama la libertad y aspira a la sabiduría, es apasionado por la cultura, la que nos legaron y la que se construye entre todos. El progresista no sabe de componendas, va de frente porque está seguro de lo que cree, porque en eso estriba su felicidad.

Son progresistas los que se proponen serlo, lo intentan y saben rectificar el camino de su búsqueda y compromiso. El progresista no va solo, tiene capacidad de construir, compartir, reinventarse con otros; vive en comunión con ese orden auténtico del Universo que nos arrastra a todos en una corriente de solidaridad. Está impreso en nuestros genes y sólo hay que despertarlo, compartirlo sin intereses espúreos ni vanaglorias.

En este mar confuso en que vivimos, los diferentes grupos que teóricamente buscan el bien común, no consiguen acordar los programas que deberían ser idénticos o parecidos y prolongamos una situación de desequilibrio, de gasto de energías y de dinero, el pueblo llano sufre las consecuencias. No se entiende esta casi inédita situación que podría provocar resultados de un tsunami moral para un país empobrecido, desigual, en proceso de decadencia, en un contexto europeo que tampoco sabe encarar los problemas. El neoliberalismo se ha enquistado y estas son sus consecuencias. Hay cosas que parecen claras. Que Rajoy está gastado; él, en su vanidad, no lo ve, pero que no lo vean sus correligionarios?; parece que el turno es de oros; a Pedro le falta algo y le sobra sonrisa; los "podemos" siguen con la ideología de la "casta" solo que ahora son ellos los encastados.

Hoy se pide generosidad y como todos alardean de poseerla, creo que había que buscar un presidente fuera de esos círculoscontendientes. Hay dos Gabilondos que estoy segura podrían ser buenos presidentes; hay un Garzón que tiene juventud, buen parecer, energía apacible, sabiduría sencilla? Hay gente buena que podría gobernarnos.

¿ Saldremos adelante?

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