Sagrario Rollán. Persiguiendo la luz entregada

Escribe poesía como pinta, pinta paisajes como escribe poemas, conferencias sobre mística, columnas de luz y apuntes de filosofía. Hay algo luminoso y complejo en la obra de la profesora de filosofía, poeta y pintora Sagrario Rollán, un riguroso deseo de trascendencia, conocimiento y placer estético compartido. Y es ese ejercicio de compartir el acto artístico el que la ha llevado a mostrar en las paredes de la Residencia Usera, su obra pictórica que ha explicado en una conferencia en la misma residencia

Artista de consolidada trayectoria, Sagrario Rollán no solo pinta con la seguridad de la pincelada profesional, amante del color, en ocasiones contenida, siempre plena y volcada al exterior, al mundo natural al cual mirar desde los interiores de la reflexión intelectual. Los paisajes y los animales de Rollán viven y palpitan, por eso llegan a los participantes del acto en el que la pintora mostró sus cuadros en un acto interpretativo que tuvo mucho de afecto, reconocimiento y gusto. No se trata solo de observar los cuadros, se trata de comprenderlos, gustarlos, comentarlos e integrarlos en los recuerdos de quienes abordan el envejecimiento como una forma de vivir el tiempo de forma enriquecedora, dedicados al descubrimiento y a la evocación. Entregada siempre, como en sus clases de filosofía en el IES Mateo Hernández, Sagrario Rollán explicó a su público la diferencia entre los colores fríos y calientes y dejó que divagaran por sus propios recuerdos paseándose por los paisajes de sus cuadros, evocando una vida de trabajo con el ganado en el campo de Gredos tan caro a la autora. Un público activo, espoleado por los colores, los temas, la entrega de una pintora capaz de dejar que su obra sea explicada por quienes tienen el don de observar demoradamente desde la sinceridad y la falta de pretensiones.

Qué necesario es este mirar a quienes, ya retirados de la vida activa son activos en todos los sentidos. Un público al que se dirige Sagrario Rollán con esa carga intelectual que le es propia y que sabe adecuarse al interlocutor con afecto, con respeto, con rigor y con ese deseo de buscar la belleza que no deja ningún resquicio a la banalidad o a la facilidad.

Columnista de fuste, poeta del conocimiento, pintora volcada al un exterior lleno de luz y de gestos cotidianos llenos de gracia. Sagrario Rollán nos entrega una exposición llena de alegría, de comunicación con un público capaz de asimilar lo que ve y comentarlo con esa misma alegría con la que la artista, pincelada a pincelada, convierte la idea y el gesto en un acto estético lleno de alegría y de plenitud. Es la plenitud de la vida, del amor al conocimiento, a la curiosidad, a la sabiduría y a la vida activa que contempla, comenta y sobre todo, disfruta.

Charo Alonso.