Cervantes, por una decisión valiente

Es evidente que el cierre de cualquier negocio en nuestra provincia, siempre es una mala noticia, más aún cuando hay trabajadores y trabajadoras detrás que pierden su empleo.

Está claro que la jubilación es un derecho fundamental y lícito, cuando se han dedicado muchas décadas de una vida a mantener y acrecentar la imagen y la rentabilidad de un negocio.

Es indudable el significado que la Librería Cervantes tiene en nuestra ciudad, en nuestros recuerdos, desde que nacimos, para la mayoría de nosotros. Su ambiente siempre entrañable, su olor siempre especial, su orden siempre peculiar, su sonido particular entremezclando el pasar de las hojas y abrir y cerrar de libros, el crujir de sus escaleras o el murmullo permanente de las conversaciones que se reparten y perciben entre unos y otros mostradores incansables.

Pero es ley de vida, es una situación que podía preverse, cuando es la edad la que marca el límite y no la economía la que hace estragos.

Y no debemos alentar, ni promover, ni fomentar las nostalgias, los lamentos, las resignaciones y las decepciones, cuando caben opciones válidas, útiles y posibles con voluntad, apoyo y valentía.

Valentía para mantener una empresa, una actividad que genera el valor de 30 puestos de trabajo, un negocio que siendo rentable está conviviendo con las nuevas tecnologías que nunca conseguirán acabar con un libro, su papel, sus páginas y sus pastas.

Valentía para afrontar una nueva etapa en la que las ayudas y la confianza de las instituciones, administraciones y las entidades financieras tendrían que dar a quienes debieran ser los merecedores sucesores, los trabajadores y trabajadoras que aún forman parte de esta forma de vida en la Cultura de nuestra ciudad con mayúsculas.

Porque lícito y más que respetable es decidir poner fin a una vida laboral más que dilatada al frente de este emblemático negocio, pero del mismo modo moralmente lícito es promover las iniciativas necesarias de apoyo económico para que siga en pie esta oportunidad laboral que se plantea para quienes viven del sueldo que, a día de hoy, perciben de esta empresa.

La valentía para hacerse cargo en un futuro inmediato, de un negocio que ha dado tanto a esta ciudad en un pasado muy reciente, debe ser la solución a la pérdida de treinta puestos de trabajo que deben seguir manteniéndose.

Dejemos de lastimarnos sobre el fin de un negocio y apoyemos un nuevo proyecto de futuro rentable y posible.

Las oportunidades hay que aprovecharlas, unos para demostrar que realmente apoyan el tejido empresarial de nuestra ciudad y otros para mantener sus puestos de trabajo con dignidad, derecho y valentía.

Emilio Pérez

Secretario provincial de CC.OO.