¿A quién votamos?

No me extraña que hasta hoy haya un alto porcentaje de indecisos. Cuando sólo hay una alternativa y se tiene muy claro a qué partido no votarías, la elección no tiene vuelta de hoja. Ahora tenemos cinco y muchos no sabemos a quién votar. Los programas se parecen.

He sido asidua participante en todas las expresiones de esta palabra mágica de la democracia: mítines, manifestaciones, votaciones; una dinámica desinteresada que ha recorrido mi largura de años, sin ver asomar todavía la preconizada iguadad en el reparto de la riqueza, sin sentir el respeto a los derechos al trabajo, la vivienda, a la excelencia educativa y sanitaria. Podría presumir de saber lo que piensan, lo que van a decir unos y otros, lo que dirán pero no harán, aunque ahora también cambién sus atuendos y ademanes: coletas, descamisados, bailoteos?Vivir para ver. Los mitines por eso me aburren ?no entro en si son necesarios o inútiles? pero me sonrojan más las frivolidades en algo tan importante como la dedicación a lo público, a luchar por el bienestar de todos. Este cometido otorga un relieve y una dignidad a los que están vocacionados para ello, que muchos podrían despreciar la remuneración, a veces escandalosa, de que gozan. Claro está que si los políticos han descendido a esos jolgorios, será que la sociedad lo necesita y entonces, pobre sociedad. Todos han metido en sus programas el I+D+I, sin explicar el contenido de esta suma de tres letras. La gente no sabe lo que es pero me temo que tampoco muchos políticos que lo airean.

Los que hemos sufrido 40 años de dictadura, despues de arduas luchas y persecuciiones, vivimos con febril entusiasmo el estreno de la democracia. Todo lo sentiamos verdadero, y lo falso no se podía disimular, en mítines, carteles, canciones, candidaturas, manisfestaciones. Por eso pesaba por el miedo y de vez en cuando hacía una aparición ruidosa. Algunos gobiernos trajeron esperanza, las aulas se llenaron, la sanidad para todos y poco a poco nos hicimos con la sociedad del bienestar que se extendió desde la Europa nórdica de Olof Palme, Vivimos con tensión las dictaduras sangrientas chilenas, argentinas, brasileña, de Centro América, que felizmente con años de paciencia y buenos gobernantesse fueron resolviendo.

Las democracias europeas cayeron en mamos de la derecha salvo en contados paises que son un ejemplo que preferimos ignorar. Estos últimos cuatro años, con incumpliento total de programa, con angustías de recortes continuos, el paro en aumento, de desigualdades, la infancia empobrecida, de privatización de lo público en educación, sanidad, pensiones?, con deudas publicas que no parecen acabarse, con unas crisis que son el pretexto para empobrecer a las mayoria y enriquecer a las familias que lógicamnete se ha enriquecido más, con esas inacabables corrupciones?;todo eso presagiaba el hundimiento de un partido que no cumplió nada de lo prometido cuyo presidente detrás de su plasma, nada ha explicado hasta estos últimos meses. Es curioso y digno de detenido análisis que en las prediciones de intención de voto, el PP haya ocupado el primer puesto. Sólo se explica por una pérdida de memoria, quizá la que acompaña al envejecimiento, de este pueblo nuestro, viejo y desmemoriado que el presidente ha aprovechado muy bien estos dos últimos meses, con la falsía de un comportamiento que no ha tenido en cuatro años de gobierno. Pueblo viejo y desmemoriado aunque pareciese joven en algunos partidos emergentes. ¿Alguien ha oído algo sobre la despoblación rural?. Ningun partido ha hincado el diente a este problema que afecta a toda la economía rural de Castlla. Podría seguir haciendo preguntas, ¿Cómo damos trabajo a los jóvenes mejor preparados que estan beneficiando a otros paises?. ¿Cómo restaurar las carreras suprimidas de nuestra universidad? ¿Qué va a pasar con las pensiones cuando se está usando el dinero de reserva para cubrir otros gastos? Cosas concretas, cuya solución repercutiría en la vida de toda la ciudad.

¿Cómo lograr que la Univerdidad sea un venero que vierta sus saberes entre las clases más defavorecidas de los Barrios. Cosas concretas, cuya solución repercutiría en la vida de toda la ciudad. Termino tomando como base un frase que muy euforicamnete se ha repetido: Estas elecciones harán historia.

Antes ¿cómo nos juzgará la historia y cómo enjuiciará este cuatrienio derechista? ¿Cómo calificará estas elecciones que con tanto lujo de medios han sido tan superficiales?.