Mensaje navideño

Pensé enviar este mensaje a un reducido grupo de personas familiares, amigas, pero me parece que este sábado toca estamparlo aquí, puesto que también celebramos la fraternidad que nos une.

Antiguamente, durante estos días, escribía, con pluma estilográfica, después con bolífrafo a muchísimas personas: familiares, amigos/as, compañeros/as, alumnos/as, y a todos enviaba un crisma comprado, con un mensaje no formulario sino salido del corazón. A veces hacia yo el crisma y lo fotocopiaba. Todo iba a Correos de la plaza de Santa Eulalia hasta que se transladó a la Gran Vía. Además de tiempo, gastaba mucho sobre, mucho sello.

Desde que tengo el ordenador, hace 16 años, durante los días anteriores a la Navidad, mi entretenimiento digital son las composiciones navideñas con Paint primero y con el Photoshop después. No me suelen servir las de años anteriores porque casi siempre pongo el año junto a la palabra Navidad. Este año, hasta ahora, he realizado tres crismas.En el primero, he colocado al Niño entre pajas sobre un bordado charro. Lo asocio a nuestros antepasados vettones. Ahora recuerdo que el año pasado puse un nacimiento junto a las murallas del castro de Yecla de Yeltes con dos amigas al lado y unos vettones saliendo del interior.

En el segundo crisma, con un fondo de cielo empedrado que hice en el Parque de Puente Ladrillo he colocado a Maria y al Niño sobre pajas, contemplado por angelitos.

Un grupito de chavales se van contentos de haber encontrado al Niño. Los veo como los mejores representantes del pueblo, entre el que podemos situarnos. A un niño, le entienden mejor los niños. Por eso en estas Fiestas son los que mas disfrutan contemplando belenes. También hay un pastor con ovejas. Pero están de vuelta porque ver y contemplar al Niño y a su madre invita a volver a la vida normal, cambiados y comprometidos con la transformación de la realidad. El hermoso cielo que nos cobija, nos invita a una doble mirada: a la Vida y a la otra dimensión del MÁS arriba y MÁS adentro, porque el CIELO=DIOS "lo penetra todo, lo transciende todo y lo invade todo" (Ef. 4,6). No vale quedarse sólo mirando al cielo, porque hemos nacido del humus, en el humus y para el humus. Por eso somos humanos.

En el tercer crisma, sobre un paisaje de tierra y agua (dos vitales elementos que están siendo agredidos) he puesto un fractal, fenómeno maravilloso que se da en la naturaleza y que se puede construir matemáticamente. En un recodo del fractal he colocado el nacimiento que celebramos. Un fractal como maravilla natural, me parece mejor que un recibidor con el arbolito arrancado o comprado en el Corte Inglés y con regalos colgados. También hay una madre pobre con su hijo contemplados por una niña y un burrito. El fractal es como una espaciosa y bella patera. Nos podemos subir para hacer la travesía bien acompañados.

En realidad, Jesús está haciendo estas travesías peligrosas cada día con los miles de refugiados, que mueren a cientos.

Generalmente celebramos esta fiesta muy mal, porque hemos olvidado su sentido. Nos cuentan los Evangelios que nació un Niño Enmanuel ?Dios con nosotros? en un descampado ?sus padres no encontraron sitio en Belén? entre animales y los padres, despues de varios días de camino, cenarían un cacho de pan que quedaría en las alforjas del burrito. Aunque pongamos muchos personajes en los Belenes, le tuvo que ver poca gente, muy sencilla y despreciada: pastores, que dormían al raso, a la intemperie, algún lugareño que pasara por allí, chavales harapientos?

Es el contraste brutal con lo que hacemos la noche que celebramos como Navidad. Cuántas personas que no vemos ni oímos,estarán en descampado material o espiritualmente durante estos días, o peor, huyendo de su país, ahogándose en el mar, caminando entre el frío y la nieve, buscando un lugar de acogida en la orgullosa Europa. Los europeos, nosotros, ni caso, preocupados por comprar los manjares más caros, para preparar suculentas cenas de carne , mariscos, turrones, bebidas, y para hacernos regalos?

Somos los seres más contradictorios e inconsecuentes del mundo.

Si decides no seguir este modo de celebración, te tomarán por extraño o desgraciado.