Ya es nochevieja o año nuevo para algunos. Lo que cabe preguntarse es cómo hemos llegado a que un trabajador que cuesta a un empresario 50.000 euros le queden para gastar para sí mismo y su familia 15.275 euros. Luego nos dicen que la culpa es de no se sabe quién o qué. Se debería cobrar el integro y luego cada cual que se administre para pagar sus impuestos pero mientras podría gestionar su capital. De momento estamos normalizando nuestro empobrecimiento.
De momento seguirán gobernando con reglamentos sin presupuestos y sin mayoría. Seguiremos soportando y facilitando que alguien robe nuestras propiedades con la okupación que no es más que un delito con cooperación necesaria, no recuperar la vivienda de un propietario es delito de omisión del deber. Miles de propietarios atrapados no importan a nadie. Los propietarios no deben ser escudo social de nadie. Un estado del bienestar funciona cuando los problemas colectivos se sostienen con recursos colectivos. Se está prohibiendo de facto cada vez más la propiedad privada.
Mentira tapa a otra mentira es lo que vamos aprendiendo. El estado de las autonomías debe ser reformado. Es el esqueleto de un sistema corrupto que consolida la desigualdad de los ciudadanos y la falta de unidad nacional. Es una coartada para delincuentes.
De la baliza mejor no hablar ni se ve y se queda sin batería a los 30 minutos, antes de que llegue la asistencia. Mientras nos quieren imponer el euro digital nadie recuerda que la Lagarta es una mujer condenada por sentencia firme por negligencia en el desvío de fondos públicos, aunque nos va a dar igual si ponen a otro. Todo lo que vemos es cuando no una ruina o una estafa, o una estafa y una ruina.
Marruecos nos está envenenando con la basura de alimentos que nos manda. Fresas con hepatitis y tomates con cadmio. Pescados con anisakis o salmonelosis, judías con e.coli o plaguicidas en las sandias, ¿qué será lo siguiente? En Africa juegan con ventaja e impunidad.
Las emisiones cero de los coches no van a salvar el planeta. Van a arruinar la industria española y abren el mercado a los coches eléctricos chinos. España pierde empleo y China hace negocio. Ecologismo de despacho y corrupción de alto nivel. De la caducidad de los coches chinos nadie nos informa. Plásticos que se pasman por el sol y repuestos que ni se les esperan.
Un tonto es alguien que se equivoca porque no sabe, pero puede aprender. Es recuperable. Un imbécil sabe, pero se niega a aceptar la realidad y rehúsa aprender. Es importante distinguirlos pues no se gestionan igual. Los políticos lo saben.