DEPORTES
Actualizado 26/12/2025 11:46:14
Chema Díez

Chema Díez, periodista y colaborador de esta casa, despide el año con su última opinión en plenas fiestas hablando de fútbol

2025 ha sido un año con luces y sombras para Unionistas de Salamanca. ¿Por qué no decirlo?

La etapa de Dani Llácer como primer espada del equipo no salió como todos esperaban debido a sus nefastos resultados fuera de un Reina Sofía en el que el equipo mostró una cara muy diferente.

Todo lo bueno, positivo y recordado que el equipo consiguió ante su gente, lo dilapidó en los campos del Grupo I de Primera RFEF a los que viajaba cada dos semanas, logrando tan solo 11 puntos en 19 partidos. Como local, Unionistas se llevó 35 puntos en los mismos partidos, números casi de play off.

¿Por qué esta tendencia de Dr. Jekyll y el Mr. Hyde? La respuesta es posible que no tenga una contestación clara, porque el equipo parecía completamente opuesto; en el Reina Sofía era un equipo sólido, rocoso y con fútbol, mientras que lejos de tierras salmantinas se convertía en un equipo de claro descenso.

Fue este hecho el que terminó antes de tiempo con le ‘era Llácer’ en Unionistas, dejando un recuerdo agridulce, no por su capacidad como entrenador, pero sí por no haber sabido manejar la situación como visitante. Su salida no empaña sus números en casa, ni tampoco cuestiona su futuro en los banquillos, pero era muy necesaria ante la situación que ya se había generado tanto en lo deportivo como en lo institucional.

Pero, cosas del fútbol, fue peor el remedio que la enfermedad, porque la llegada de Acciari a las filas de Unionistas no mejoró las cosas, ni mucho menos, aunque lograse ganar fuera de casa, algo que Llácer había sido incapaz de conseguir. Malos números, un equipo sin gol y una clara sensación de descenso a Segunda RFEF rondaron por la cabeza de club, afición y jugadores… ya que solo una carambola evitó que Unionistas jugase la temporada 2025-26 en una categoría inferior.

46 puntos logró el equipo, solo uno por encima de un Barcelona Atlètic que, pese a ganar a Unionistas en la última jornada, no tuvo la suerte de cara y terminó descendiendo. ‘Match ball’ y de los gordos salvado por el equipo nacido como homenaje a la Unión Deportiva Salamanca.

Tras el final de la campaña, el club apostó por Antonio Paz en la parcela deportiva, incorporando la figura de un Director General como David Alonso Mata, que llegaba del Real Oviedo, tras haber estado allí 15 años en diferentes situaciones laborales.

Llegó Oriol Riera al banquillo con el cartel de haber sido canterano del FC Barcelona y haber jugado en Primera y Segunda, pero con muy poco compromiso y sin el conocimiento de lo que realmente significa un club como Unionistas; le quedó muy grande.

No en vano, después de muy pocas jornadas y tras haber reventado una puerta y haber puesto a la plantilla a los pies de los caballos, fue traspasado a un club croata, siendo recordado más por la alegría de su salida que por lo que hizo con el equipo en sus escasos meses como preparador.

Tras Riera, fue Mario Simón el elegido para enderezar el rumbo de Unionistas, y vaya si lo consiguió, levantando al equipo hasta dejarle siete jornadas sin conocer la derrota y siendo el primer equipo en asaltar el campo del líder y favorito a ganar la Liga: el CD Tenerife. Y, por si fuera poco, encajó solo un gol en siete partidos.

Eso sí, después de esta tormenta de buenos resultados, el equipo solo ha sumado dos puntos de los últimos doce en juego antes de un parón navideño más que necesario para reiniciar la batería y afrontar la segunda parte de la temporada con el objetivo de la Copa del Rey, ambición a la que debe aspirar Unionistas.

Como es evidente, cuatro entrenadores en el último año no es un balance nada bueno para un club que debe ya tomar la determinación de intentar dar el salto al fútbol profesional. Y digo intentar y no obligación de conseguir, que luego se malinterpretan las cosas.

¿Por qué no? La figura del Director General ha llegado para profesionalizar diferentes áreas del club, desde la gestión del día a día y el grupo de trabajo hasta la propia comunicación, importante para que el club pueda acceder a mayores patrocinios y cuotas de mercado futbolístico.

Pero tiene que haber una voluntad por parte del club para que esto sea así pese a que en el mes de abril haya unas elecciones que marcarán de nuevo el rumbo de un club que se ha desviado de lo que pretendía en esta última etapa.

Sea quien sea la persona que ocupe la presidencia, su objetivo debe ser destinar más recursos económicos a que el club sea más profesional, poco a poco y sin derrochar, pero es una labor que después de más de 10 años y haber logrado todo lo que ha conseguido, Unionistas tiene que plantearse.

Solo así, será posible ese intento de poder acercarse un poco más a un play off de ascenso y a ser un equipo a tener en cuenta para luchar por un premio que merece mucho la pena.

Y, qué quieren que les diga, el fútbol popular no está reñido con la profesionalización, con querer crecer y con soñar con poder alcanzar a medio plaza el fútbol que a todos nos gustaría tener en esta ciudad. Después de todo lo conseguido en esta corta historia, poner palos en la rueda no es la mejor manera para que el club siga creciendo en lo deportivo, lo social y lo institucional.

Que no se pierda lo que tanto tiempo y lágrimas ha costado construir.

PD. ¡Ah! Por cierto, ya saben que soy infinitamente insistente. Sigo sin entender como alguien como Carlos de la Nava no es titular en este equipo. No tiene explicación ni sentido. He dicho.

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