OPINIóN
Actualizado 19/12/2025 12:21:55
Miguel Mayoral

Ya nochebuena. Lo único que nos queda de bueno aunque sea el nombre. El jueves pasado fue derrotada Von der Brujen al no aprobarse el tratado de Mercosur. Ganaron los agricultores y ganaderos. Vimos la guerra en las calles de Bruselas. El campo europeo contra la dictadura de las élites. Es decepcionante que los agricultores y ganaderos tengan que celebrarlo cuando queda un largo camino para eliminar toda esa normativa europea o de la agenda 2030 que los asfixia y pone en riesgo la viabilidad de sus profesiones y relevo generacional.

Tanto en Europa como en España nunca ha sido tan evidente el sentido instrumental del poder. La imagen de los líderes europeos reunidos en Bruselas para estudiar su apoyo económico a Ucrania, mientras ardía la calle es una foto de lo que estamos viviendo. No puede ser casualidad este elenco de políticos mermados que imponen políticas de tiro en el pie. Es difícil que caigan los personajes que se han arrastrado toda su vida. Tienen menos luces que una baliza.

Al campo europeo se le exige producir menos y más caro. Reglas que no se imponen para terceros países, por lo que se genera una competencia desleal. Para el año próximo Bruselas pretende imponer cinco nuevos impuestos a empresas y ciudadanos para recaudar 44 mil millones de euros. Mientras leemos que Galicia pierde la mitad de sus granjas lecheras y empezaremos a importar leche de Marruecos con a saber que tóxicos.

España era demasiado fuerte y había que frenarla en 2004 para convertirla en un país débil, sin influencia estratégica, sin capacidad energética y sin cohesión. Lo que vino después todos lo sabemos. Después del 11 M se esforzaron en resucitar viejos rencores, alimentar los separatismos, llamar a la inmigración descontrolada y atacar a la familia promoviendo la ideología de género, la eutanasia y frenando la natalidad. Se inoculó el veneno de la división en una España que funcionaba. La cobardía de los españoles de ahora hizo el resto. Pero todo tiene su fin, nada es para siempre, ni lo bueno ni lo malo. La maldad vuelve al remitente, la envidia a quien la siente, la mentira a quien las dice y el amor a quien lo ha dado. La rueda gira para todos. El fanatismo climático es uno de los mayores crímenes contra la humanidad que se han cometido.

Gary Kasparov afirmaba que Venezuela no es lo que pasa cuando el socialismo fracasa sino que es lo que pasa cuando el socialismo triunfa. España pagará más de 40 mil millones de euros por intereses de su deuda al año, el equivalente a la recaudación de sociedades.

El cálculo de balanzas fiscales es un instrumento de la propaganda separatista. Los territorios no pagan impuestos, lo hacen los individuos y las empresas. España no puede robar a Cataluña u a otra comunidad porque se estaría robando a sí misma. Los españoles pagamos impuestos para los españoles, aunque parece que cada vez menos. Las cuatro provincias catalanas son las que tienen la mayor tasa de violaciones, el primer lugar lo ocupa la provincia de Lérida.

España no es la asistencia social del resto del mundo, ni debe garantizar la sanidad al resto del planeta. España no es un refugio de inmigrantes. La inmigración no es un derecho, y no estamos obligados moral o legalmente a asumir lo contrario. El problema no es nuestro sino de ellos mismos. Han diseñado un país para que a nadie le compense generar un euro. El colapso puede ser total. Un país sin presupuestos es un país que no tiene dinero ni lo va a generar, menos recaudando sólo más y más impuestos. La degradación se va normalizando pero la alegría se va yendo por una ventana.

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