El PNV, que nunca ha pedido perdón por los crímenes, extorsiones y amenazas de la banda terrorista ETA, exige al Estado español representado por el rey Felipe VI un gesto por el bombardeo realizado por la aviación alemana hace 88 años. La casualidad hizo que no fuera el general Franco quien estuviera al mando de la nación, sino Manuel Azaña, presidente de la República.
Recordemos a Javier Arzallus alzando las manos y enardeciendo a las masas con su verbo afilado:"No conozco de ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan. Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas"(año 1991). Desde donde esté, el jesuita sabe que los peneuvistas no han tenido mejores años que los que gobierna Sánchez para obtener una gran cosecha.
Felipe VI acude acompañado del presidente alemán. La visita coincidió con protestas contra su figura. ¿Y por qué no acude por propia voluntad sin ser impuesto por el nefasto gobierno que nos desgobierna a un acto sobre el bombardeo de Cabra, los asesinatos de Paracuellos?
Hoy quiero aportar otra vuelta de tuerca, otro modo de ver el Guernica.
El Casón del Buen Retiro fue, durante 11 años, el lugar donde se podía ver “el Guernica” protegido por una urna de cristal.
El cuadro, en principio, fue pintado como homenaje a Ignacio Sánchez Mejías, torero, intelectual, dramaturgo y mecenas del primer tercio del siglo XX, conocido por su personalidad polifacética y su conexión con la generación del 27. Una figura pública que trascendió el mundo del toreo al financiar el homenaje a Luis de Góngora en 1927. Su muerte en 1934 a consecuencia de una cornada inspiró a Federico García Lorca "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías"
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
A las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde
Hace 88 años que Pablo Picasso pintó el «Guernica»; el cuadro se ha convertido en el icono del siglo XX. Desde entonces son incontables los estudios, ensayos, artículos y exposiciones dedicados a una de las obras de arte más famosas del mundo. Los más reputados especialistas han desentrañado, milímetro a milímetro, este mural. Y son muchas las interpretaciones que se han dado acerca de la simbología de las figuras. La última lectura del lienzo la hace: José María Juarraz catedrático de Geografía e Historia jubilado. Catorce años llevó dedicado a desentrañar cada hilo del lienzo. Ahora se muestra convencido de haber dado con la intención de Picasso al pintar el “Guernica”.
En su libro “Guernica. La obra maestra desconocida” asegura que el cuadro es autobiográfico: las figuras representan a sus familiares y amigos cercanos. “Un trampantojo que enmascara la realidad”
El Frente Popular pagó un total de 200.000 francos por él. Este pago se realizó en dos partes: un primer pago de 50.000 francos y un segundo pago de 150.000 francos.
TRAS LA OCUPACIÓN (los alemanes dejaron París en agosto del 44, y el 5 de octubre del 44, se afilia al Partido Comunista Francés el que había sido nazi).
El catedrático lo describe como un individuo apolítico, al que no le importó nada el bombardeo de Guernica ni lo que estaba pasando políticamente en España («tan solo su nombramiento como director del Prado, que aceptó inmediatamente»). Aprovechó un suceso ocurrido en su estudio para dar la vuelta a la Historia sobre el cuadro. Pasaron por su estudio en la Rue des Grands-Augustins de París sus amigos Paul Éluard, Christian Zervos. Uno de ellos exclamó al ver el cuadro: «¡Guernica!». Poniéndonos en la mente de Picasso, bien pudo pensar:
—Si me dicen que esto es Guernica, lo llamaré Guernica.
Y aquellas palabras fueron el plinto perfecto para elevar la obra de categoría y multiplicar su visibilidad en todo el mundo, convirtiéndolo en un símbolo contra la barbarie fascista de la guerra española». En aquel entonces, la maquinaria propagandística del Gobierno habló de miles de muertos, bulo que se desvaneció ante los estudios más rigurosos realizados por historiadores de un lado y de otro, españoles y extranjeros. La propaganda social comunista ha magnificado lo que a ellos les atañía.
En Guernica, la Legión Cóndor alemana ensayó métodos de combate que luego aplicó en la II Guerra Mundial. Era objetivo militar desde el momento en que tuvo cuarteles militares y fábricas de armamento.
El «Guernica» no se puede estudiar, sin tener en cuenta los bocetos, grabados y proscriptos.
— No le sorprende que, después de los primeros bocetos (días 1 y 2 de mayo de 1937), tardara una semana en hacer los siguientes.
Dicen, —sigue preguntando el reportero— que cuando hubo una manifestación de protesta en París por el bombardeo Picasso se puso a pintar con furia.
—No fue así, de hecho, no estaba ese día en París».
—Y sobre las figuras del cuadro, ¿qué nos dice?
—Figura tras figura, en todas ellas hay alguien relacionado con su vida. Sus ansias desmedidas por que fuera el tercer cuadro del Prado junto a "Las Meninas" de Velázquez y "La familia de Carlos IV", de Goya».
Observe que sitúa el toro en una posición similar a la de Velázquez en «Las meninas» y Goya en «La familia de Carlos IV».
Jacqueline, su última esposa, lo presentaba como «el rey de España». Por tanto, el «Guernica» es el retrato de la familia del propio Picasso.
El toro, que se ha asociado al fascismo, es su autorretrato.
Sobre la figura del caballo pintado «con forma fálica y lengua afilada», no tengo duda de que se trata de la bailarina rusa, Olga Khokhlova. La figura de la mujer con el niño muerto en brazos puede ser su joven amante, Marie-Thérèse Walter, y su hija Maya. Se puede afirmar por los numerosos bocetos que hizo a Marie-Thérèse Walter, fallecida de forma trágica.
La mujer de la lámpara, (que se asocia con algunas de sus amantes) se trata de María, la madre del pintor. Comparando el retrato que le hizo en 1923 con esa mujer: el pelo, la oreja rasgada, el perfil y el velo..., es igual.
Muy difícil era que Jacqueline, segunda esposa y su última gran musa, la que pintó más de 400 veces, aceptara que fuera la imagen de una de sus amantes. Picasso retrataba a las mujeres desnudas con sus atributos sexuales bien definidos y no lo hizo en este caso.
—¿Y sobre la figura del guerrero muerto?
—Es sin duda Carles Casagemas. Amigo íntimo de Picasso, que sufría una fuerte depresión al ser abandonado por su amante, Germaine, la espada rota en la mano del guerrero, es el puñal con el que trató de suicidarse. Terminó sus días pegándose un tiro en la boca.
El «Guernica», dice el catedrático, «sintetiza tres momentos clave en la vida de Picasso : el terremoto de Málaga en 1884, cuando tenía tres años; la muerte de Casagemas y su conflicto personal, por el divorcio de su primera esposa en los años 30.
Y también sintetiza tres momentos clave de su producción artística: la época azul, el cubismo y el surrealismo». «Si non è vero, è ben trovato», concluye José María Juarranz de la Fuente.
Ustedes pueden analizarlo fibra a fibra y comentar que ven sus ojos.