María Ángeles Hernández destaca el valor emocional del tradicional turrón de piñón y establece el 22 de diciembre como fecha límite para encargos.
La Navidad en Pastelerías La Madrileña es una sinfonía de trabajo intenso y aromas tradicionales que impregnan cada rincón del obrador. Para María Ángeles Hernández, al frente de este emblemático negocio junto con sus hermanos Tobías y Marcos, esta época del año trasciende la mera producción de dulces. "Es la época más especial y la de más trabajo y la más bonita", ha confesado en una conversación que desvela el alma de una pastelería que ha sabido conjugar la nostalgia con la innovación.
El ritmo de las fiestas ha cambiado con el tiempo. La Navidad de hoy, más extensa y con una demanda en constante evolución, poco se parece a la que María Ángeles conoció en sus inicios. "Ha cambiado todo mucho, porque cada vez la Navidad es más extensa en el tiempo, empieza mucho antes, tenemos muchísimos más productos", ha explicado. A pesar de que los gustos se transforman, en La Madrileña se mantiene un pilar inamovible: el respeto por la herencia repostera. Por ello, su oferta es un equilibrio perfecto entre creaciones novedosas y las recetas que han marcado generaciones.
Este año, la creatividad se ha materializado en sabores que evocan la esencia de las fiestas. La novedad principal es el turrón de polvorón, una creación que, según Hernández, "ha quedado riquísimo, con un sabor a Navidad espectacular". Junto a él, destaca el crujiente de limón, que se suma a un catálogo de casi 22 variedades diferentes. Por supuesto, no faltan los clásicos que la clientela espera cada año, como el irremplazable turrón de piñón, un éxito garantizado.
La excelencia y la dedicación de La Madrileña han sido recientemente reconocidas con un 'Solete Repsol', una distinción que ha llenado de orgullo a todo el equipo. "El reconocimiento siempre es bonito, es de agradecer mucho que se acuerden de ti, de que valoren tu trabajo", ha afirmado María Ángeles. La noticia, recibida a principios de noviembre, fue una sorpresa total. "Me llamaron, que nos habían concedido un solete Repsol, que no podía decir nada porque era secreto hasta que lo hicieran público", ha relatado, admitiendo con sinceridad que desconoce el proceso de selección.
El primer distintivo ya luce en la puerta de la tienda de Cruz de Caravaca, una decisión personal de María Ángeles. "He apostado por ponerla en esta tienda porque es la primera que abrimos en la capital", ha comentado, con la esperanza de que pronto todas las tiendas puedan exhibir el galardón.
Más allá de premios y novedades, hay un producto que encapsula la historia y el corazón de La Madrileña: el turrón de piñón. Para María Ángeles, su elaboración es un ritual cargado de significado. "Significa tradición, significa familia, significa amistad, significa pasar una tarde con los trabajadores y con los amigos que nos van a ayudar y, sobre todo, significa nostalgia", ha descrito con emoción. Es un producto que va más allá de su valor comercial; es un acto colectivo y un homenaje al pasado.
Aunque las tendencias cambien y los jóvenes demanden otros sabores, este turrón se mantiene. Es un producto costoso, elaborado con piñón castellano de alta calidad, pero su pervivencia está garantizada por una razón poderosa. "Lo seguimos haciendo por sentimiento", ha subrayado. La recompensa es ver cómo la tradición se transmite. "Es bonito que que vengan hijos de de sus padres y te digan yo lo tengo que comprar porque me recuerda a mis padres, porque, si no había este turrón en casa, parecía que no era Navidad'. Entonces, eso es bonito", explica María Ángeles.
La oferta navideña no se limita al dulce. La pastelería salada, con los canapés como protagonistas, es fundamental en las celebraciones. Este año, La Madrileña ofrecerá entre 14 y 16 variedades de canapés, incluyendo siempre alguna novedad para sorprender a los paladares. La demanda es tan alta que la organización es clave, por lo que se ha establecido el 22 de diciembre como fecha límite para realizar los encargos de canapés, saladitos y postres.
Finalmente, María Ángeles Hernández ha querido compartir un mensaje navideño con todos sus clientes de Alba de Tormes y Salamanca. Unas palabras que van directas a lo esencial de estas fechas: "Disfrutar de la Navidad en compañía de, sobre todo, la familia, de la gente que te acompaña alrededor". Un recordatorio de que el verdadero valor de las fiestas reside en los afectos y en los momentos compartidos. "Estamos agradecidísimos siempre de estar en todas las casas en esos momentos tan bonitos y tan importantes, y, sobre todo, disfrutar de los seres queridos, porque es lo único que nos vamos a llevar".