OPINIóN
Actualizado 13/12/2025 17:14:48
Carlos Javier Salgado Fuentes

Este fin de semana Mañueco y su equipo están llamados a reflexionar sobre si acompañan a Aragón en el adelanto electoral o esperan a la fecha anunciada de marzo, esperando ver cómo evolucionan los acontecimientos.

Este viernes la falta de acuerdo en Aragón entre PP y VOX para aprobar los presupuestos autonómicos hacía que el presidente aragonés, Jorge Azcón, decidiese hacer saltar por los aires la legislatura anunciando que convocará elecciones anticipadas el 8 de febrero.

Una jugada que podría considerarse un tanto arriesgada y que podría acabar condicionando un posible adelanto electoral de las elecciones autonómicas de Castilla y León, siempre que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, decidiese saltarse a la torera lo que él mismo afirmó de que las elecciones autonómicas serán en marzo y solo las adelantaría en caso de haber un adelanto de las elecciones generales.

Por otro lado, la decisión de Azcón podría antojarse quizá un poco precipitada, teniendo en cuenta que si el presidente de Aragón hubiese esperado poco más de una semana, ya con los resultados de las elecciones de Extremadura en la mano, podría ver con más amplitud y quizá incluso con otra perspectiva la posibilidad de dar o no el paso de adelantar las elecciones.

Y es que, ¿Qué escenario electoral se le abrirá al PP en el caso de sacar un resultado peor del esperado en Extremadura y con un Vox que se disparase en votos y escaños en la región extremeña? Sin duda, un escenario así podría volvérsele en contra a los populares, que parecen seguir pensando en clave bipartidista a la hora de encarar las elecciones, pero ciertamente se está jugando ya a otra cosa y principalmente en el tablero de la derecha.

Por otra parte, si nos atenemos a las encuestas, entre Guardiola, Azcón y Mañueco el que parece tener más lejos la mayoría absoluta a día de hoy y a quien más se le podría subir a las barbas Vox es precisamente a Mañueco, aún y cuando todo parece indicar que tampoco en Extremadura ni en Aragón el PP logrará la mayoría absoluta, pero los sondeos estiman que podrían estar a unos 3 escaños de alcanzarla en Extremadura y Aragón, pero en Castilla y León se le podría alejar a unos 7 escaños o incluso más.

Esto haría que en el caso de Extremadura presumiblemente la gobernabilidad pase porque María Guardiola tenga que pactar con Vox (o repetir elecciones de no alcanzar un acuerdo), al no haber una fuerza regionalista con capacidad de obtener representación en la Asamblea de Extremadura que pudiese permitir al PP un plan ‘b’.

Ahora bien, la cuota que pediría Vox al PP irían en consonancia con el resultado que obtenga, con lo que un resultado que evidenciase un importante crecimiento de Vox en escaños y votos en Extremadura podría condicionar no solo el pacto extremeño, sino también la percepción y el resultado de las elecciones en Aragón, así como en Castilla y León, especialmente si se convocasen a la vez que Aragón.

Por ello, quizá a Mañueco podría incluso venirle mejor esperar a ver qué ocurre en Extremadura e ir a elecciones después de Aragón, dado que los números que plantean las encuestas en Aragón le podrían llegar a permitir al PP una alternativa de gobierno con el Partido Aragonés Regionalista (PAR) y Teruel Existe, con los que ya ha pactado previamente en instituciones.

Así, un resultado en Aragón que permitiese el pacto de populares con regionalistas y provincialistas podría acabar favoreciendo a Mañueco a la hora de plantear el relato de que en Castilla y León habría alternativas para el PP que no pasasen por pactar con Vox. Alternativas más factibles quizá con Por Ávila y Soria ¡Ya!, y más complicadas con UPL, que plantearía mayores exigencias a Mañueco, empezando por avances hacia la autonomía de la Región Leonesa, que no parece estar dispuesto a asumir el PP a día de hoy, enrocado en una especie de nacionalismo ‘castellanoyleonés’ con incluso fundaciones creadas al efecto para fomentarlo.

Por otro lado, no es cosa menor el hecho de que, de mantener Mañueco la fecha de marzo para las autonómicas, esto le podría permitir finalizar la legislatura sacando adelante la Ley para cubrir los puestos sanitarios de difícil cobertura, cuya tramitación finaliza la semana que viene. No obstante, de decidir Mañueco la disolución de las Cortes el lunes esto implicaría de rebote renunciar a aprobar esta Ley, prevista para ser votada por el pleno de las Cortes el miércoles.

Por otra parte, lo que resulta a estas alturas más que evidente es que el PSOE está sumido en una profunda crisis fruto de múltiples escándalos que va a dejar en bandeja al PP proclamarse primera fuerza en Castilla y León. Pero aunque se las prometa muy felices, el PP no va a llegar a la mayoría absoluta, quedándose lejos, ya que este hundimiento del PSOE paradójicamente a quien está beneficiando sobre todo es a Vox, lo que puede suponer un importante problema para el PP, ya que cuanto más inflado esté Vox, más peaje le van a pedir en Castilla y León al PP de Mañueco.

Y ciertamente, tras la ruptura del gobierno conjunto de la Junta que compartían PP y Vox, las relaciones entre populares y ultraderechistas no pasan por su mejor momento, especialmente tensas tras el episodio del ‘burruño’, cuando Mañueco decidió en un pleno de las Cortes hacer una bola con el folio que incluía las propuestas que le dejó Vox encima de la mesa, arrugándolo y tirándolo al suelo, en un gesto de desprecio que ha marcado un antes y un después en la relación entre PP y Vox en las Cortes de Castilla y León, que ha devenido en importantes choques entre ambas formaciones en el parlamento autonómico.

Una tensa situación entre PP y Vox en la comunidad de Castilla y León que puede llevar a Mañueco a esperar hasta el tope legal de marzo para que se celebren las elecciones, con la esperanza de que Vox, aun y cuando pueda sacar un importante resultado en Extremadura, pueda desinflarse en Aragón, a priori un territorio más complicado para los ultraderechistas, por lo que un desinflamiento de Vox en Aragón respecto a Extremadura podría beneficiar al relato del PP en Castilla y León para señalar que Vox no va a más.

En todo caso, es este un fin de semana en el que Mañueco y su equipo están llamados a reflexionar profundamente sobre si acompañan a Aragón en el adelanto electoral o esperan a la fecha inicialmente anunciada de marzo, a la espera de ver cómo evolucionan los acontecimientos, y siempre y cuando no obligue Feijoo desde Madrid a poner las elecciones un día u otro, aunque en Génova 13 parece que no les viene mal una cascada de elecciones sucesivas en que el PP pudiese erigirse en el partido más votado, siendo actualmente Extremadura, Aragón y Castilla y León comunidades propicias para ello, a las que seguiría Andalucía. El lunes saldremos definitivamente de dudas sobre si Mañueco pulsa el botón o mantiene la palabra de que las elecciones sean en marzo.

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