OPINIóN
Actualizado 11/12/2025 16:53:13
Amador Vicente

La política en España ha tomado unos derroteros tan singulares, que un sector de la población hace un uso del diccionario a su antojo cuando le interesa defender los intereses de lo que denomina su ‘ideología’ o cuando está sumamente preocupada por que no haya un cambio político, usando una injustificada demagogia que intenta infundir un temor si llega de nuevo la derecha. El propio PSOE, al que en ocasiones hemos votado tantos españoles, no tiene nada que ver con el de otros tiempos, que ayudó en su día con el resto de partidos a construir un nuevo camino. ‘Otra’ formación política, con el mismo nombre, ha intervenido las instituciones para que su impulsor, Pedro Sánchez, mantenga el poder, comprando también voluntades con el dinero de todos y amparado por medios de comunicación descaradamente sumisos, a los que ha inyectado a menudo cantidades escandalosas de dinero para tapar su gestión.

Curiosamente el propio Sánchez, protagonista de una coyuntura llena de derroche, nepotismo y corrupción, es el que ha denominado ‘fachosfera’ a quienes claman contra el mandato de un autócrata que no tiene precedentes en el periodo democrático. Es difícil adivinar que al Presidente le quede alguna institución o empresa de su interés por atar o intentarlo, como el caso de la UCO, cuya intervención ha llevado a prisión a sus compañeros de máxima confianza del Gobierno e investiga a su familia, y que finalmente puede sentarlo en el banquillo si se confirma su implicación en la trama del Peugeot.

El 13 de Junio de 2021 tuve oportunidad de acudir a Madrid con gente de Salamanca a la concentración de la Plaza de Colón contra los indultos en Cataluña. La víspera, en una conversación en la Puerta del Sol con varios policías locales, les pregunté qué pensaban de la custodia de los votos en Correos, en las Elecciones generales celebradas unos meses antes. Me contaron convencidos que en esa dependencia se habían manipulado las urnas para ganar las elecciones.

‘Contemplamos un rosario clamoroso de delitos, amaños electorales, afinidad con el chavismo, maltrato a la G. Civil y el Ejército…’

Y en las últimas Generales, la sombra del pucherazo en pleno mes de julio con tanta gente de vacaciones, resurgió en el voto por correo, con un importante papel de Leire Díez en la gestión de dicho sufragio. Anteriormente, en distintas poblaciones de Madrid, ‘La fontanera’ del PSOE, imputada ahora por cohecho y tráfico de influencias y detenida, tuvo igualmente un papel preponderante en el voto postal en poblaciones de Madrid, Cantabria y Andalucía. Su largo historial coincide asimismo con el ofrecimiento de pactos con la fiscalía o ascenso en la Guardia Civil a cambio de información sucia de quienes investigan al Ejecutivo socialista. Esta ‘militante’ también puede ser investigada por el manejo de la caja B y la financiación irregular del PSOE. Pero desde el propio Partido Socialista, Susana Díaz declaró recientemente… “Todos sabemos lo que sucedió en la Primarias que ganó Espadas”, pues más de 800 afiliaciones irregulares inflaron el censo electoral tras la fecha oficial de cierre, especialmente Sevilla, Córdoba y Almería, según El Debate. Para no ser menos, nuevas revelaciones de la UCO informan de un presunto amaño en la contienda que libraban especialmente Pedro Sánchez (vencedor) y el erudito del PSOE vasco Eduardo Madina en las Primarias de 2014. Tres años después, Sánchez volvió a presentarse tras ser defenestrado y hacer la gira del Peugeot con sus compañeros de batallas por todos conocidos. La favorita, Susana Díaz, tampoco ganó y Pedro Sánchez salió de nuevo airoso contra pronóstico.

Un rosario clamoroso de presuntos delitos, amaños electorales, afinidad con regímenes totalitarios y desprecio a la Premio Nobel Corina Machado, favores e indultos a partidos independentistas para mantener el cargo, negativa a investigar los crímenes de ETA sin esclarecer, compadreo con Otegi y Aizpurúa, condenados por terrorismo; derechos a la okupación para quitárselos al propietario, la gestión negligente y criminal de la pandemia, el maltrato a la Guardia Civil en la lucha contra el narcotráfico y otras funciones, el desprecio al ejército en catástrofes como la Dana o los incendios, el uso arbitrario del decreto ley para cambiar leyes sin criterio, la utilización escandalosa de la fiscalía y el CIS, gobernar sin Presupuestos, etc., siempre con la firma suprema del farsante habitual y a menudo la complicidad de Podemos y Sumar.

Y un nuevo escándalo de índole diferente por el acoso de los amigos socialistas del Presidente a compañeras militantes, ha intentado ser tapado en el partido de la igualdad, también por su Secretario General, que lucha por continuar en el sillón más que nunca para evitar la cárcel. Y siempre en compañía de una inmensa tropa que lo arropa sin sonrojo. Una insólita sociedad a la que se ‘curra’ sin tregua y que costará neutralizar en las urnas, que contamina un país maravilloso y acoraza a un socialismo que nada tiene que ver con el de épocas precedentes, cuya semilla comenzó con su predecesor Zapatero.

Con estas mimbres sigue escribiéndose nuestra historia, que en los últimos 7 años ha cambiado el mandatario actual. Ciertamente, estábamos tan preocupados por ver venir al fascismo por la derecha, que no lo vimos venir por la izquierda.

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