'Tempo de renacer', una colección de treinta obras que utiliza la técnica del 'fotoescaparatismo' para reflexionar sobre el conflicto en Gaza y Cisjordania.
El Palacio Episcopal de Salamanca se ha convertido en el escenario de una profunda reflexión sobre el dolor y la esperanza. La artista salmantina Lucía Vicente Ezcurra ha inaugurado su exposición "Tempo de renacer", una muestra que, a través de una treintena de obras, dirige la mirada hacia la tragedia que se vive en Gaza y Cisjordania, transformando el arte en un vehículo para la denuncia social y un clamor por la paz. Se puede visitar hasta el 18 de enero, de 10:00 a 20:00 horas, de lunes a sábado, y los domingos de 10:00 a 17:00 horas.
La exposición, que ha sido presentada este viernes, no solo revela el talento de Vicente Ezcurra, sino también su singular trayectoria vital y artística. Tras una larga carrera dedicada al escaparatismo, la artista de Aldeadávila ha fusionado su antigua profesión con su pasión por la fotografía en una nueva disciplina que ella misma ha bautizado como "fotoescaparatismo". Este estilo único le sirve ahora para colocar en el escaparate los grandes dramas de la humanidad.
En el acto de presentación han intervenido Tomás Gil, director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico; Mercedes Bayo, delegada episcopal para una Iglesia samaritana y de la caridad; y la propia artista, quienes han desgranado las claves de una colección que nace de la conmoción ante las imágenes del conflicto palestino.
Tomás Gil ha sido el encargado de contextualizar la obra de Lucía Vicente, explicando cómo su jubilación marcó el inicio de una nueva etapa creativa. "Tras su jubilación, inicia una nueva etapa de búsqueda, se aventura a fusionar su anterior profesión con otras expresiones artísticas", ha señalado Gil. El resultado es una propuesta donde los descartados de la sociedad ocupan ahora el lugar que antes pertenecía a los productos comerciales.
Gil ha destacado que las obras de Vicente Ezcurra son ahora "escaparates" que, en lugar de vender, "nos ponen ante nuestra realidad la sensibilidad social por los últimos, por los desheredados de la tierra". La artista ha reciclado y reutilizado materiales de su antigua profesión, como marcos y bastidores, para dar forma a este proyecto. "Me pareció una buena idea reciclarlo todo, y utilizarlo para esto", ha confirmado la propia Lucía Vicente.
La exposición "Tempo de renacer" se articula como una valiente toma de postura al lado de las víctimas y una búsqueda activa de caminos para la paz. Tomás Gil ha desmontado el antiguo adagio latino "si quieres la paz, prepara la guerra", calificándolo de "mentira". En su lugar, ha propuesto la visión que impregna la muestra de Vicente Ezcurra, basada en cuatro pilares fundamentales.
"Si quieres la paz, prepárate para la verdad, prepárate para la justicia, prepárate para el amor, prepárate para la libertad", ha afirmado con rotundidad. Según Gil, sin estos cuatro elementos, "no hay paz". Todas las obras de la exposición se engloban en estos conceptos, proponiendo la reconciliación como única salida viable, un camino que, aunque difícil, se ha demostrado posible en otros momentos de la historia, como en la Sudáfrica de Nelson Mandela.
Por su parte, Mercedes Bayo ha ofrecido una lectura de la muestra desde una perspectiva ética y espiritual, definiéndola como un antídoto contra la apatía. "Mirar estas obras es un paso para que no nos dejemos arrastrar por lo que el Papa Francisco llamaba globalización de la indiferencia", ha expresado. Bayo ha advertido que esta indiferencia "nos mutila como seres humanos" y nos acostumbra al sufrimiento ajeno.
La delegada episcopal ha subrayado que la exposición también combate la "globalización de la impotencia", esa sensación de que "no se puede hacer nada" ante el dolor de los inocentes. La propuesta de Lucía Vicente, ha dicho, es una forma de movilizarse "con las armas del arte y de la belleza" y de unirse "al grito de los que sufren la violencia".
En un discurso cargado de simbolismo, Bayo ha imaginado un futuro donde la reconciliación es posible: "Ojalá que de los drones caigan pinceles de colores, de los barcos que desembarquen maestros en educación de la no violencia, y de la boca de los líderes (...) que caigan sobre sus adversarios bendiciones".
La artista, Lucía Vicente Ezcurra, ha explicado que la colección es el fruto de un año de trabajo, un proceso creativo directamente influenciado por la actualidad. "Todo este tiempo que las televisiones nos han machacado con esas imágenes tan tremendas, pues cada día era una inspiración verlos para yo poder hacer un cuadro", ha confesado.
Con humildad, ha hablado de su formación continua en la Escuela de San Eloy para perfeccionar su técnica pictórica, aunque su gran pasión sigue siendo el fotomontaje. Finalmente, se ha mostrado satisfecha con el resultado y el ambiente logrado en la sala del Palacio Episcopal, un entorno que, en su opinión, favorece la contemplación. "A mí me da una sensación de paz, de recogimiento, de que me llena mucho, porque creo que realmente las obras transmiten más cuando tú estás en un ambiente sosegado, tranquilo, como es este", ha concluido.
Fotos de David Sañudo