La iluminación especial transforma la capital con más de un millar de adornos distribuidos por un centenar de calles.
Salamanca se ha vestido de luz y color para celebrar unas fechas entrañables. La ciudad ofrece una vez más una estampa renovada gracias a una iluminación navideña que supera el millar de adornos y que se extiende por más de cien vías urbanas. El objetivo es invitar a salmantinos y visitantes a redescubrir los rincones más emblemáticos bajo una atmósfera festiva y alegre, ideal para capturar recuerdos fotográficos.
El encendido de las luces, que marca el ritmo de la vida social en estas fechas, tiene un horario establecido para facilitar el disfrute de los paseantes. Las luces brillarán desde el anochecer hasta las 23:00 horas de lunes a jueves, mientras que el horario se ampliará hasta las 00:00 horas los viernes, sábados, domingos y festivos. Esta programación permite planificar con tranquilidad una ruta por los diferentes barrios, ya que la decoración llega a zonas como el parque Picasso, la plaza Barcelona, la plaza Valmuza, el parque de los Jesuitas o el barrio de Huerta Otea, además de espacios como la plaza de la Concordia o el Museo del Comercio.
Para aquellos que busquen la foto perfecta para sus redes sociales o el álbum familiar, el recorrido por el centro histórico ofrece diez puntos clave que dialogan con la arquitectura salmantina. Obviando el archiconocido árbol gigante de 23 metros de altura instalado en la Plaza Mayor, la ruta puede comenzar en la Plaza de los Bandos, donde unos grandes soldaditos de plomo custodian el espacio, evocando los juguetes clásicos de la infancia y ofreciendo un marco colorido y nostálgico.
La magia de los Reyes Magos tiene este año un protagonismo especial a través de la figura del Elefante de Oriente. Esta estructura luminosa se ha ubicado estratégicamente en tres puntos diferentes, permitiendo varias perspectivas: uno se encuentra en la calle San Pablo, otro en la céntrica Plaza de la Libertad y un tercero preside la Plaza del Mercado, junto al edificio de abastos.
Adentrándose en la zona más turística, a lo largo de la Rúa Mayor se pueden encontrar varias estrellas que tienen como telón de fondo el bullicio y la algarabía de esta arteria de la ciudad, creando un túnel de luz muy favorecedor para la fotografía nocturna. Al llegar a la zona de la estatua de Francisco Salinas, la imagen es de postal: una gran luna luminosa posa con la Clerecía y la Casa de las Conchas como inmejorable decorado.
El recorrido continúa hacia las catedrales. En el atrio de la Catedral Nueva, respetando la tradición, se ha instalado un Nacimiento a gran escala que resalta sobre la piedra dorada del templo. Sin embargo, apenas unos metros más allá, en el Patio de los Leones, la tradición da paso a la sorpresa con la instalación de un astronauta gigante, una figura moderna que se ha convertido en el protagonista de la Navidad de este año y que ofrece un contraste visual único con la arquitectura histórica.
Para los amantes de la naturaleza invernal, los Jardines de Santo Domingo acogen un paisaje polar, recreando un ambiente frío y mágico entre la vegetación. Pingüinos, osos polares y una gran variedad de árboles recrean un ambiente acogedor y mágico a partes iguales. Finalmente, la ruta desemboca en el entorno de los Dominicos. Allí, con el imponente Convento de San Esteban de fondo, los visitantes pueden fotografiarse junto a un gran árbol de Navidad y el letrero luminoso 'Salamanca es Navidad', que sirve como broche de oro y firma perfecta para esta ruta visual por la capital del Tormes.