LOCAL
Actualizado 05/12/2025 20:50:28
Rosa M. García

Los comercios de proximidad y la hostelería encaran semanas decisivas con optimismo en las ventas en una campaña que desborda al sector del transporte

Más allá de la iluminación y el ambiente festivo, la Navidad supone el momento económico decisivo del año para miles de empresarios y autónomos de Salamanca. Lo que para el viandante son fechas de celebración, para el tejido empresarial representa la cuenta de resultados del ejercicio.

Desde el pequeño comercio que planta cara a los gigantes digitales hasta una logística desbordada, este reportaje analiza cómo afrontan distintos sectores una campaña que actúa como una inyección de liquidez fundamental para salvar las cuentas.

Hostelería: optimismo

El sector hostelero es, sin duda, uno de los grandes termómetros de la actividad en la ciudad. Las cenas de empresa, las reuniones de amigos y el ambiente en las calles se traducen en una facturación vital. Jorge Moro, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca, se muestra optimista ante el arranque de la temporada navideña.

"Para nuestro sector es una época a priori muy positiva. Aumentamos las plantillas debido a la gran demanda de comidas y cenas concertadas", explica Moro, quien destaca el esfuerzo de los locales por crear atmósfera: "La hostelería se prepara para una temporada preciosa y decoramos en la gran mayoría nuestros establecimientos para obtener un ambiente cálido y muy familiar, como estas fechas demandan".

Sobre el coste de los menús, el presidente de los hosteleros reconoce el impacto de la inflación estacional en los productos frescos. "Trabajamos con menús cerrados y también con productos muy de estas fechas. Es cierto que, debido a la gran demanda, nos adaptamos a los precios que, como sabemos, son más altos en Navidad debido a los productos de gran tradición", señala.

En el calendario hostelero hay una fecha marcada en rojo antes de la Nochebuena: el 18 de diciembre. "No olvidemos que Salamanca cierra el año universitario ese día con nuestro tradicional y apoteósico Fin de Año Universitario".

Asimismo, Moro valora positivamente la estrategia municipal: "El Ayuntamiento de Salamanca invierte en múltiples actividades culturales y de ocio familiar que tienen cada vez más ‘efecto llamada’ turística, como avalan los números. Tenemos una Salamanca dorada y luminosa con mucho que ver y disfrutar".

Hoteles: cambio de tendencia

Si la hostelería llena mesas, los hoteles están logrando cambiar una tendencia histórica. Tradicionalmente, la Navidad era temporada baja en cuanto a pernoctaciones, pero el escenario está cambiando. Silverio Vicente, responsable de la sección de Hoteles de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca, confirma este cambio de paradigma.

"En los últimos años están aumentando las reservas. Si bien es cierto que hace un tiempo el periodo de Nochebuena y Navidad era de muy baja ocupación, ahora poco a poco se incrementan las cifras", asegura Vicente, aunque matiza que sigue siendo baja. El perfil del cliente también ha evolucionado: "Hay gente que se desplaza de otras ciudades, sobre todo turismo nacional, e incluso personas que vienen a visitar a la familia y, en lugar de quedarse en los domicilios particulares, utilizan los hoteles para pernoctar y descansar".

La iluminación decorativa juega un papel crucial en este repunte. Según Vicente, acciones como "la iluminación, el espectáculo del Huerto de Calixto y Melibea o el mercadillo contribuyen a que haya un motivo adicional para acercarse a Salamanca". El hotelero cifra la ocupación media esperada en torno al 50 %, aunque con picos muy marcados.

"Cuando más se incrementa es en los días en torno a fin de año, donde tradicionalmente hemos tenido gran afluencia de portugueses y de otras provincias", apunta. Respecto al próximo puente de la Constitución, las perspectivas son desiguales por el calendario: "Los días 6 y 7 de diciembre, sábado y domingo, serán un muy buen fin de semana, pero se queda más flojo el día 5 y el 8. A partir de esa fecha se nota una bajada drástica, incluso del cliente de negocios, hasta la llegada de las fiestas".

A pesar de este descenso estacional, las esperanzas están puestas en el periodo navideño para dinamizar la actividad turística y hotelera de la ciudad. El sector confía en que la programación especial y el ambiente festivo actúen como un imán para los visitantes durante unas fechas que, aunque no son de temporada alta, tienen un gran potencial para atraer a un público específico.

Comercio: el ‘salvavidas’

Más allá de hoteles y restaurantes, la Navidad activa otros motores económicos esenciales para Salamanca. La campaña de Navidad, que abarca desde el 'Black Friday' hasta las rebajas de enero, se ha consolidado como el periodo más crucial para la supervivencia y la rentabilidad del comercio de proximidad en Salamanca. Para muchos negocios locales, estas semanas no son solo una época de buenas ventas, sino el pilar fundamental que sostiene su balance anual. Así lo explica Benjamín Crespo, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Comercio (AESCO), quien subraya la importancia vital de este tramo del calendario para el tejido comercial de la ciudad.

En un contexto de competencia feroz con las grandes superficies y el auge imparable de la venta online, el comercio local se juega su futuro en cada transacción. La dependencia de esta campaña es tal que, según Crespo, define en gran medida el éxito o el fracaso del ejercicio completo. "Es la temporada más alta, donde para muchos negocios la cuenta de explotación varía muchísimo", afirma el presidente de AESCO, cuantificando el impacto de manera contundente: "Muchos negocios se juegan el 50 por ciento del año".

Esta cifra revela la presión a la que están sometidos los pequeños y medianos comerciantes, que ven en la respuesta de los consumidores durante estas fechas la clave para garantizar su viabilidad. Por ello, desde la asociación se ha lanzado un llamamiento a la ciudadanía para que apueste por las tiendas de su entorno, un gesto que va más allá de la simple compra.

Frente a la comodidad y la inmediatez del clic, Crespo pone en valor los atributos del comercio tradicional. Insiste en la necesidad de que el consumidor acuda al establecimiento cercano, al de toda la vida. "Animamos sobre todo a eso, a que se vaya a ese comercio de confianza, ese comercio de proximidad", señala, destacando que esta elección es "una garantía" para el cliente. Además de la atención personalizada y la calidad, el presidente de AESCO introduce un factor cada vez más relevante: la sostenibilidad. En contraposición al modelo de la venta por internet, caracterizado por un constante trasiego de paquetes, embalajes y transportes, ha defendido un consumo más consciente.

La apuesta por el comercio local se convierte así no solo en un apoyo a la economía salmantina, sino también en una decisión que favorece un modelo de consumo más sostenible y con menor huella ecológica. Aunque la campaña navideña tiene un efecto positivo generalizado, hay sectores que viven su particular agosto en diciembre. Benjamín Crespo detalla cuáles son los ámbitos que experimentan un mayor repunte en su actividad, dibujando un mapa claro de las compras típicas de estas fechas.

Como es tradicional, la alimentación y los juguetes se sitúan a la cabeza de los productos más demandados. Sin embargo, la lista es mucho más amplia y abarca una gran variedad de negocios locales. "Son los sectores que influyen en esta temporada, que son alimentación, juguetes, colonias, librerías", enumera. A ellos se suman otros como los pequeños regalos, la informática, la joyería, la bisutería y, por supuesto, el sector de la moda, incluyendo ropa, calzado y complementos. En definitiva, es una temporada que "afecta a todo" el comercio minorista.

El ambiente que se respira en las calles durante la Navidad es un elemento decisivo para incentivar las compras, y en ello, las iniciativas del Ayuntamiento de Salamanca juegan un papel crucial. Crespo califica de "fundamental" la animación y, en especial, la iluminación navideña, ya que crea el clima propicio para que los ciudadanos salgan a pasear y, consecuentemente, entren en las tiendas. No obstante, apunta que existen áreas de mejora, como la existencia de "muchas calles que no están iluminadas" y que "notan esa falta" para generar ese ambiente festivo. A pesar de los desafíos, el presidente de AESCO confirma que en esta época se nota un mayor apoyo de los salmantinos al pequeño comercio. Un respaldo que, como concluye, desearían que se extendiera durante todo el año para garantizar la fortaleza y el futuro de un sector que es vital para la economía y la vida de la ciudad.

Lotería: la ilusión

Tras el comercio tradicional, las Administraciones de Lotería representan otro de los termómetros económicos de la ciudad. El Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre es, sin discusión, el hito comercial del año para las administraciones salmantinas, ya que es uno de los periodos de mayores ventas de todo el ejercicio. La dinámica de compra es progresiva: la demanda comienza ya en verano, con vecinos y visitantes comprando los primeros décimos, y se dispara vertiginosamente en estas últimas semanas, donde se forman las tradicionales colas en busca del ansiado ‘Gordo’.

Viajes: musicales, mercadillos y sol de invierno

Muchos salmantinos también aprovechan estas fechas para hacer las maletas. El deseo de viajar goza de "buena salud" tras un verano fructífero. Ricardo Criado, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Salamanca (ASAV), dibuja una campaña de otoño-invierno marcada por la alta ocupación: "El puente de la Constitución está prácticamente completo y las plazas de nieve están volando a una velocidad de vértigo".

Las tendencias para esta Navidad son claras y variadas. Por un lado, triunfan los mercadillos navideños, no solo en las capitales europeas clásicas, sino también en otras ciudades españolas que han apostado fuerte por la decoración festiva. Por otro lado, los salmantinos también ‘se escapan’ a actividades culturales a Madrid, con una alta demanda para asistir a los grandes musicales de la capital. Otra tendencia consolidada entre los salmantinos para despedir el año es la búsqueda de climas cálidos, con destinos como las Islas Canarias.

Transporte: un mes "conflictivo"

La otra cara de la moneda la viven el transporte de mercancías y la logística. La campaña de Navidad, un periodo tradicionalmente asociado al aumento del consumo y la actividad económica, se ha convertido en una auténtica prueba de fuego para el sector del transporte en Salamanca. Lejos de ser una época de bonanza, las semanas previas a las festividades representan un desafío logístico y de personal que pone al límite a las empresas. Paulino Benito, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Transportes Discrecionales (Aestradis), describe la situación como "unos 20, 25 días muy conflictivos", marcados por una demanda desbordada y una alarmante escasez de mano de obra.

El volumen de paquetería se dispara de tal manera que la capacidad del sector se ve superada. "Tenemos más demanda de la que a veces podemos hacer", afirma Benito, resumiendo la tensión que viven las empresas. Todo el trabajo de un mes se concentra en un corto y frenético periodo que abarca desde principios de diciembre hasta el día 22, un ritmo que exige un esfuerzo extraordinario a una plantilla ya de por sí mermada.

El principal obstáculo para afrontar este pico de actividad es la imposibilidad de reforzar los equipos. A la pregunta sobre nuevas contrataciones, la respuesta del presidente de Aestradis es contundente y reveladora: "Eso de contratar a gente ya es una utopía". El problema, explica, no es la falta de voluntad de las empresas, sino una carencia estructural de profesionales disponibles. "No existe la gente para contratar", sentencia, extendiendo esta problemática a otros sectores clave.

Ante esta realidad, la única solución viable para las empresas de transporte es intensificar la carga de trabajo sobre el personal existente. "Lo que estamos haciendo es apretar más el trabajo de los que tenemos". Esto se traduce en un mayor esfuerzo, más horas y más viajes. La consecuencia directa para los consumidores es inevitable. Benito advierte de que, dadas las circunstancias, es muy probable que se produzcan incidencias en las entregas: "Seguramente, la gente sufrirá algún que otro retraso en la entrega de los paquetes".

A la alta demanda y falta de personal se suma un tercer factor: la configuración del calendario festivo. Cuando los días festivos caen a mitad de semana, como ocurre este año, se genera lo que Benito califica como "semanas perdidas". Esta distribución de los festivos rompe la operatividad logística y hace inviables muchas rutas de larga distancia. "Nosotros, en el transporte, no somos capaces de manejar esos tiempos", explica. Esto provoca una concentración extrema de la actividad en apenas 18 días, hasta el 22 de diciembre, fecha en la que muchas fábricas y empresas cierran y se dan vacaciones.

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